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Sabores de la cúrcuma, propios y complementarios

La cúrcuma presenta una heterogénea combinación de sabores: picante, acre, cálido y hasta amargo. El sabor picante (pungente) es predominante y expresa un vector de energía expansiva, rompe obstrucciones, atomiza coágulos, abre los poros, es diaforético, promueve la circulación. El calor intrínseco que provee la cúrcuma facilita su propagación por la sangre. Algunas de estas propiedades las comparte con el jengibre, siendo ambos rizomas picantes de la familia de las zingiberáceas. Emerge el hecho de que la cúrcuma tiene además ciertos compuestos de sabor acre, los cuales modulan parcialmente aquella fuerza centrífuga, ayudando a consolidar y cohesionar la dinámica de su sabor, como si fueran planetas en activo movimiento que secretamente son contenidos por una fuerza gravitacional central y centrípeta. El sabor acre contiene una combinación de sabor agrio mezclado con picante, que podríamos llamar agripicante.

Conforme a la teoría de los sabores, las sustancias que combaten las células madre de cáncer (CMC) se pueden clasificar en el siguiente orden.

Tabla 1. Clasificación de sustancias que combaten las células madre de cáncer (CMC)

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Aun sí el sabor influyente y sobresaliente de la cúrcuma es el picante, su color amarillo es también expansivo y radiante. Teniendo esta naturaleza el sabor, se puede combinar con otros sabores para lograr un efecto clínico determinado. El entendimiento y manejo de la propiedad energética de los sabores es fundamental, además podríamos considerar las particularidades fisiológicas y bioquímicas. Si se ignora el sabor, y se atiende solo a los principios activos, corremos el riesgo de invertir y contraponer las prioridades. El sabor es el líder que dirige la trayectoria de la sanación, el que propicia el equilibrio y el orden en la fisiología; en un segundo plano, se encuentran los principios activos, que vienen a ser los operarios que realizan el trabajo de filigrana.

En los textos clásicos, la cúrcuma tiene semejanza con el jengibre, tanto sheng jiang, jengibre fresco, como gan jiang, jengibre seco. El jengibre dentro del Shang Han Lun se emplea en todas las conformaciones, desde el Tai Yang hasta Jue Yin, es decir, desde las condiciones más agudas hasta las más crónicas. Aunque en las fórmulas de Yang Ming no predomina ni abunda, lo encontramos, por ejemplo, en el Zhu Ye Shi Gao Tang. Esto habla mucho de la pluralidad y funcionalidad del sabor pungente, en casos de fiebre, escalofrío y fiebre, alternándose, o frío puro. Así como el espectro completo de transformaciones biológicas desde una enfermedad aguda hacia una crónica.

En los tres estratos Yang, el jengibre se usa fresco, mientras que en las tres conformaciones Yin, se usa horneado. El primero abre los poros, el segundo calienta el intestino. Lo que queda claro es la versatilidad y ubicuidad del jengibre como armonizador y protector del Yang en los diferentes escenarios la enfermedad, según la teoría de la progresión de las fiebres de Zhang Zhong Jing en la dinastía Han.

Combinación de sabores de la cúrcuma

Picante y ácido

Lo picante tonifica el hígado y reduce el pulmón, mientras que lo ácido reduce el hígado y tonifica el pulmón.

Por ejemplo, reducimos el exceso de catarro del pulmón con jengibre, cebolla, ephedra, chen pi (cáscara de mandarina), pero se detiene la tos y el espasmo ascendente con ácido, con limón o WuWei Zi, Schizandra chinensis.

El picor de la cúrcuma puede combinarse equilibrando el sabor con el ácido astringente de la granada. En la sección 8.5, se puede ver el contraste y la complementariedad en la comparación de efectos clínicos de la curcumina y el ácido elágico de la granada. Los dos compuestos son efectivos antitumorales y ayudan a frenar el desarrollo de las CMC, ambos también exhiben comportamiento antiangiogénesis.

Picante y dulce

El dulce es el sabor que sustenta al estómago y el bazo, pero requiere del picor para impedir que las propiedades viscosas del dulce generen inercia y catarro. Lo picante también dispersa el impacto del hígado sobre el estómago, mientras que el dulce se comporta como un protector, que le permite absorber la colisión de una invasión del hígado sobre el estómago. El regaliz es el sabor dulce clásico para lograr armonizar el picor del jengibre y la cúrcuma. Adicionalmente, el regaliz es una medicina que ayuda con la absorción y biodisponibilidad de la cúrcuma.

Picante con picante

Por tropismo y afinidad, empleamos el jengibre con la cúrcuma, así como la Curcuma phaeocaulis con la Curcuma longa, E. Zhu y Jiang Huang, respectivamente. Estas dos medicinas cooperan para establecer una sinergia y polivalencia en sus efectos clínicos. En conjunto abren canales, mueven la sangre y rompen obstrucciones.

Picante con amargo

El sabor picante es caliente mientras que el amargo viene a ser frío. Lo amargo consolida y contrae. Lo amargo ayuda a cohesionar el Yin. Por ejemplo, un sabor que usamos en clínica es el de Hu Zhang, Polygonum cuspidatum, esta medicina elimina el calor, la humedad y las toxinas del cuerpo. Sobresale de esta combinación la curcumina con el resveratrol, ambas con estructura molecular muy parecida, reconocidas en la ciencia académica como sustancias de gran valor medicinal.

Picante con salado

Las grandes medicinas son saladas, el sudor, la lágrima y el mar. Lo salado disuelve masas y aglomeraciones, aumentando picante se obtiene la dinámica para vencer la inercia de la solidez.

Es un escenario clínico común ver síntomas de calor entremezclados con un extensivo predominio de frío, como si fuera un parque cubierto de nieve sobre el que se encienden breves fogatas. Por ejemplo, el calor en la planta del pie, la orina concentrada y fétida, bochornos, tinitus, mientras que en el cuerpo hay gran debilidad, se manifiestan síntomas de frío, extremidades frías, sudoración nocturna fría, polinicturia, pulso profundo. Este escenario trae gran complejidad para el tratamiento, tenemos un Yang devastado y luego un burbujeante falso calor, que no suele ser de naturaleza infecciosa. La medicina alopática no posee las herramientas de observación para distinguir el panorama. El principio terapéutico que se requiere es administrar el sabor amargo para extinguir el fuego, a la par que se dispone una fusión con el picante para caldear el cuerpo. Una celebrada fórmula para afrontar el tema es el Qian Yang Dan, o el elíxir que sumerge el Yang, que viene de la escuela sichuanesa de Sheng Huo Pai, fuego divino. El nombre de la fórmula explica el precepto de conducir el Yang al interior; en otras palabras, evita la separación Yin y Yang, equivalente a un cuerpo sin vida Yin, con fuga o carencia de vida Yang.

La popular y milenaria fórmula Shen Qi Wan, medicina para la energía del riñón, sirve para almacenar y consolidar energía en el riñón. Para este propósito contiene 24 gramos de una hierba amarga y glutinosa como Rhemania glutinosa, y a la par de 3 gramos de acónito procesado. Es interesante evaluar esta proporción de sabores: picante y amargo. Una analogía es entender que lo picante calienta el agua, crea vapor y lo distribuye por todo el cuerpo, mientas que lo amargo llena la olla de agua nuevamente. Si queremos calor y Yang usamos picante, pero estamos consumiendo las reservas, y de hecho si se ingiere picante de forma prolongada se agota el cuerpo. Así como al ejercicio físico debe seguir el sueño reparador, corresponde combinar el picante con el amargo. Otra manera de balancear estos sabores es dar predominio de sabores picantes en la mañana y amargos en la noche, o distribuir las dosis de estos dos sabores conforme al resultado clínico deseado, ya sea liberar energía o consolidar energía.

Shen Qi Wan es una fórmula empleada al final de un largo proceso terapéutico, donde en todas las etapas de la fiebre, los seis estratos energéticos son debidamente balanceados, y lo que queda es sellar, consolidar y solidificar todo el trabajo realizado en los últimos meses, evitando la recurrencia de la enfermedad, para que el paciente se recupere.