El gran poeta Paul Valéry decía: «Los dioses facilitan el primer verso; que el segundo sea idéntico al primero, depende del poeta, y así sucesivamente».
Con esta reflexión como telón de fondo, cada uno de los 365 pensamientos y aforismos angelicales propuestos en esta obra se sitúa en el punto de partida de una reflexión sobre lo que es amar, intercambiar y compartir. Depende de cada uno de nosotros que los desarrollemos y los pongamos en práctica para que el mundo cambie.
Todos ellos, tanto los que tienen un significado evidente como los que parecen más complicados, incluyen una serie de claves que pueden guiar al lector hacia el camino de la felicidad.
Su cuerpo siente la primavera
Mucho mejor que sus neuronas.
Abandonarse al placer inmediato que nos proporciona la naturaleza, acallando por una vez nuestras consideraciones intelectuales: he aquí la invitación que el ángel nos hace para vivir plenamente nuestra condición humana dentro de toda nuestra dimensión corporal. Y es que la simbiosis con la naturaleza es fuente de mil beneficios.
2
Deje entrar en su casa
El humo de su perfume.
Reanudar nuestra relación con las sensaciones más inmediatas, incorporándolas a nuestro entorno natural, nos permite reencontrar la esencia misma de la vida y nutrirnos con sus placeres. Es también una manera sensible e inteligente de evadirnos del decorado urbano en el que, día a día, vamos perdiendo un poco de nuestra alma.
3
Imagine por un instante
Que la montaña es negra...
Jugar con el mundo, inventar imágenes y dar un toque de fantasía a todo aquello que parece eterno, todo ello hecho además con espíritu lúdico y creativo: esta es la pista que nos da el ángel, un camino que nos permite recuperar el espíritu de nuestra infancia.
4
Robe la leche sobrante
Del nuevo tallo naciente.
Al estar atrapados en una sociedad excesivamente normalizada, hemos olvidado el goce que nos provocan algunas sensaciones, consideradas por decreto como desagradables. Tocar la peculiar textura de un tallo cuando crece es como tocar la eclosión misma de la vida: una metáfora viviente.
5
Vaya hacia los demás como un perro:
Él lo sabe...
Olvidemos la comodidad egoísta de nuestra cotidianidad abriéndonos espontáneamente a los demás, sin hacernos más preguntas. Dejemos de condicionar nuestras relaciones con los otros a intereses de cualquier tipo. Abramos los brazos y démosles la bienvenida: este gesto siempre genera bellos descubrimientos y grandes alegrías.
6
Confíe en...
Las ranas.
Un aforismo que puede parece misterioso pero que cobra significado en el momento en que se hace referencia a las citas de dos grandes poetas. La primera es de René Char, que escribió:
«Antes de morir aún hay tiempo para llamarle “dama” a una mosca».
La segunda es de Guillevic:
«Hay utopía en la brizna de hierba.
Si no, no crecería».
En ambas citas, el consejo es prestar atención al menor signo de vida que nos rodea, ya que esa observación es siempre sinónimo de enseñanza.
7
Luche por el placer;
No cuente los ladrillos del muro.
Crear y actuar son las dos palabras clave de la existencia. Construir un proyecto requiere compromiso, pasión y esfuerzo. Quien ahorra sus energías en ello se arriesga a no lograr el objetivo propuesto, y quien no disfruta de todas las tareas de la construcción sólo está rozando la felicidad.
8
«¿Por qué?» es una pregunta que no siempre requiere una respuesta.
¿Hay que estar siempre seguro de todo para involucrarse en un proyecto o una relación? ¡No! Si supiéramos de antemano el resultado de nuestras acciones, la vida sería muy triste. Por el contrario, asumir que actuamos sólo por el deseo de llevar a cabo nuestras decisiones es la mejor filosofía que existe, ya que afrontar el riesgo que tal actitud implica da valor a nuestras acciones.
9
Con cada día que amanece azul
La felicidad se convierte en el rocío de la aurora…
Dar la bienvenida con alegría a las promesas que trae una nueva jornada confiere al destino todas las posibilidades de ser radiante. En otras palabras, la confianza y la implicación de las que hacemos gala al inicio del día, hacen que ese nuevo episodio de nuestra vida sea más prometedor.
10
Querido libro
Contigo la vida descubro.
Nadie puede conocer por sí solo todas las experiencias de la vida. De ahí la importancia de escuchar, de intercambiar y de compartir. En ese aspecto, los libros pueden ayudarnos a descubrir otros caminos, otros valores, otras visiones del mundo que nos permitirán ampliar nuestro campo de conocimientos y nuestra manera de afrontar la realidad humana.
11
El libro mudo dice:
Lee y relee.
Un libro no es sólo un conjunto de palabras sueltas. Es también un lugar donde discutir, intercambiar y compartir, en el que el lector es conducido a posicionarse. Como en toda relación, es útil —y necesario— profundizar en el diálogo y no quedarse en la superficie de las cosas.
12
Jamás es suficiente
Cuando se comparte.
La abundancia de bienes no disminuye, aunque las riquezas se redistribuyan entre muchos. El verdadero tesoro no es aquello que poseemos, sino lo que damos y abandonamos.
13
Lo que nazca
Será su vida.
Ponerse al servicio del que está por debajo —el niño, el alumno, el aprendiz o el obrero— lleva a la convergencia de todos los instantes. Una convergencia responsable que implica olvidarse de uno mismo en beneficio de los demás, así como dar sin tener que renunciar.
14
«Soy yo quien abre la puerta»,
Dice orgullosa la llave.
No nos hagamos ilusiones: aunque seamos dueños de nuestros actos y, por tanto, podamos mostrarnos legítimamente satisfechos de sus efectos y sus consecuencias, no podemos vanagloriarnos de ser completamente responsables. De hecho, son muchos los elementos que forman parte de lo que hacemos, y seríamos demasiado orgullosos si nos atribuyéramos el mérito exclusivo de nuestras acciones. Un poco de humildad nos llevará a reconocer que hay vanidad en atribuirnos el éxito de una empresa o, por el contrario, su fracaso.
15
«¡Bandera blanca! ¡Bandera blanca!», grita el centinela.
«¡Mentiroso!», responde el soldado daltónico.
La mediación debe prevalecer siempre por encima del enfrentamiento. Rendirnos a tal evidencia no constituye en absoluto una retirada o una derrota, sino todo lo contrario, ya que demuestra nuestra voluntad de resolver la crisis por vías alejadas de la violencia. No resulta fácil elegir esta opción, y a veces, aquel a quien nos dirigimos se revela incapaz de comprender la señal o, peor aún, finge no captar su auténtico sentido.
16
No hay duda entre lo dicho y lo callado:
Un diez por lo primero, un cero por lo segundo.
Elegir el camino de la franqueza: este es el significado profundo de este aforismo, que nos invita a no cargar con lo que no hemos dicho, pues su peso acabaría por reducirnos a la inmovilidad. En efecto, la libertad de expresión es la única fianza de nuestra libertad de acción.
17
El canto de un pájaro es para un sordo
Mayor música que para el que no quiere escuchar.
Este aforismo, cuya forma y esencia se deben a la sabiduría de un proverbio chino, expresa con claridad que quien se cierra se encierra más en su propio enojo y soledad que aquel que no tiene los medios para superarlos. Para este último siempre existe la posibilidad de superar sus limitaciones encontrando otras vías de comunicación, lo que no puede suceder con el primero, ya que es él mismo el que provoca su desgracia.
18
La música del pan tostado
Se aprecia con el olfato.
A menudo, los pequeños placeres son los más mágicos porque proporcionan sensaciones sin igual. Saber aprovechar el instante en la simplicidad de su magnificencia es saber dar una oportunidad de abrir la vida a fortunas mejores.
19
Que el propósito de año nuevo
Sea el propósito de cada día.
Hacer de cada nuevo amanecer un futuro que podemos construir de la misma manera que los nuevos propósitos inauguran el año: he aquí el privilegio que nos ha sido dado si queremos hacer de cada día un día de celebración.
20
Si la flor de edelweiss puede atravesar la nieve
¿Qué fuerzas no le dará la primavera?
Del mismo modo que una semilla logra germinar en los entornos más hostiles, encontramos en nosotros fuerzas insospechadas que nos ayudan a crecer incluso en los momentos más difíciles. Es entonces cuando hallamos en nuestro interior, no la voluntad, sino el deseo de crecer sin ni siquiera reflexionar. En ese momento podríamos mover montañas.
21
No envidie al viento:
¡Jamás se detiene!
Nuestro deseo de libertad y de acción es tan grande que estaríamos dispuestos a renegar de nuestros límites... Grave error: las acciones descabelladas sólo producen una felicidad momentánea. Debemos saber detenernos y reposar: la hora del descanso es también fuente de bienestar.
22
Todos los misterios del mundo
En los ojos de un gato...
Si hay algo realmente enigmático en este mundo es la mirada de un felino. No abusemos de nuestra sed de certeza, hay que saber dejarse seducir por lo que se esconde tras una evidencia tan bella.
23
La cima no es el objetivo:
Igual que el dedo, sólo señala...
Un proverbio asiático dice, básicamente, que cuando el sabio señala el cielo con el dedo, el necio mira el dedo y no el cielo. Este aforismo recoge la misma idea y nos propone tener siempre en mente la idea de ir más lejos, de avanzar tanto en las pequeñas cosas como en las grandes.
24
Aposentado en su propio presente
Lleva dentro la historia y el futuro del mundo.
¿Qué es el instante? No es sino la conjunción de un pasado —el nuestro—, que se confunde con una historia ancestral que empezó mucho antes de nuestro nacimiento, y de un futuro que está por crear y por vivir para convertirnos a cada uno de nosotros en parte esencial del engranaje humano. En otras palabras, somos a la vez herederos y testadores, inventores y poseedores de la memoria del mundo. Seamos dignos de esa doble carga.
25
Al decir «yo»
Abre la puerta a todos los «tú».
No seríamos gran cosa sin los demás, incapaces de evolucionar, de crecer, de realizarnos y, en definitiva, de vivir. Expresarse como persona es, pues, reconocer la importancia de los otros y la gran oportunidad que este hecho representa, ya que nuestra relación con los demás es lo que realmente nos hace existir.
26
Una gota de café en el fondo de la taza,
Un poco de vino en el fondo de la copa,
Nada se ha perdido por esto.
La generosidad de la naturaleza es indispensable para el desarrollo de la vida. Como lo es, por ejemplo, que los bosques se renueven gracias a las ardillas que, cuando no encuentran avellanas, cavan en la tierra permitiendo que crezcan nuevos árboles. Seamos menos avaros en nuestro día a día. Como en ese bonito cuento ya centenario, dejemos que los recolectores tengan con qué llenar sus sacos.
27
Su sueño vale más que su vida,
Su vida vale más que su sueño.
Por su magnífica fuerza de atracción, el sueño constituye el motor perfecto de nuestros mejores compromisos y acciones. Pero por su propio carácter ideal, también es irrealizable. Soñar para construir implica también saber renunciar a lo imposible y aprovechar las experiencias que los sueños nos han permitido adquirir.
28
Que su deseo fluya,
Nadie lo detendrá...
El deseo es el motor de la existencia. No debe, pues, aspirar a simples satisfacciones personales, sino a favorecer el diálogo, la atención y la recepción para hacer que el amor sea la vocación principal y la única satisfacción de este mundo. Su fuerza será entonces tan grande que, igual que un río, guiará al mundo en la dirección correcta.
29
¿Suficiente de todo?
Cuando todo no es suficiente...
No se canse nunca, ni siquiera cuando cree estar de vuelta de todo, pues el abanico de experiencias y descubrimientos es infinito. Este aforismo nos invita a ir siempre más allá para acercarnos aún más a la esencia del mundo.
30
Vaya directo,
Suele ser un trayecto corto.
No siempre es fácil actuar según los sueños, ya sea por falta de fuerzas o por no encontrar la manera de hacerlo. Ese momento más o menos largo de espera obligada, que pone a prueba nuestra paciencia, forma parte de los obstáculos que debemos superar para lograr nuestros objetivos, a los cuales tenemos que resistirnos para evitar la tentación de abandonar.
31
No lamente los excesos
Que le marcan los extremos.
El entusiasmo suele llevarnos a hacer más de lo que debemos; como la debilidad, que nos lleva por caminos poco recomendables. Sepamos ver lo positivo de los extremos y aprendamos la lección que nos dan en lugar de escondernos en una culpabilidad estéril.
32
Entre «demasiado tarde» y «nunca más»,
Usted elige.
Es mejor darse cuenta de que, por haber renunciado o por no haber tenido coraje, nos hemos perdido algo esencial y que debemos poner todos los medios para que no vuelva a suceder, en vez de lamentarnos y desesperarnos sin reaccionar.
33
Un plato frío,
Mejor que la penuria.
Nunca es demasiado tarde para hacer el bien y cada logro —aunque sea tardío— merece saborearse como tal, aunque haya llegado tarde.
34
No caliente sus odios,
Tampoco los consuma fríos.
Si no podemos acallar los odios que albergamos dentro, dejémoslos morir sin reactivarlos nunca más y, al contrario de lo que dice el refrán, no los tomemos tampoco fríos.
35
Incluso las islas
Conocen la tormenta.
Aislarse para protegerse no garantiza la paz, por lejos que se vaya uno. Cuando la tormenta se desata, no es sólo en un pequeño lugar, sino en todo el territorio.
36
¿Han manchado su nombre?
Sabe, sólo es un nombre.
Sólo se puede reaccionar ante las agresiones externas con la indiferencia y, a ser posible, con el perdón. En el momento en que uno actúa de acuerdo con su propia ética, poco importan las críticas de las que sea objeto. Los que se mofan de alguien no logran poner en entredicho la integridad de esa persona.
37
Aprenda a saborear
La luz de las estaciones.
Vivir siguiendo el ritmo marcado por la naturaleza y permitirse el lujo de apreciar cada instante conlleva tal sentimiento de armonía que podemos fundirnos con el mundo y con su Creador.
38
Espléndido color
El negro de la noche cerrada.
Quien abandona sus miedos descubre la esencia: la belleza en estado puro.
39
¿Y si, por una vez,
Andase sin rumbo?
Andar por el placer de andar, ir a la aventura, con confianza y libertad. Una experiencia única que abre la puerta a todos los encuentros posibles.
40
Escribir sobre una hoja o sobre la arena,
¿Importa?
Lo importante no es tanto lo que uno hace, sino el impulso que nos hace actuar y que enriquece nuestras creaciones. Este es el sentido profundo de nuestros pasos y su justificación.
41
Bajo la sombra del manzano,
El placer de la flor, la promesa del fruto.
¿Qué valor tendría el apacible confort de un instante bonito si no existiera la perspectiva de un futuro prometedor? Aprovechar el momento significa saber y admitir que este contiene la totalidad de la vida.
42
Es difícil,
¿Y bien?
Lo importante no es que las tareas que uno emprende sean fáciles o difíciles, sino tomarlas con entusiasmo, convicción y perseverancia.
43
La manta de lana
Anuncia la llegada del invierno.
A cada pregunta, su respuesta; a cada problema, su solución... A cada realidad, un modo de adaptación, y todo ello, con el descubrimiento de una nueva manera de actuar y un placer nuevo.
44
En un gorro de lana
Todos los corderos del mundo.
Entre la imagen y la metáfora, no cabe ni siquiera un cabello. Este aforismo subraya el respeto que debemos a la vida y al trabajo de los hombres.
45
Una tarta en el horno es más que una promesa:
Es el instante mágico de la felicidad.
Como en el refrán «El mejor día es la víspera...», este aforismo nos dice que la espera de la felicidad que ha de venir ya es felicidad. Y lo que es válido para los placeres de la mesa, también lo es para todos los aspectos de nuestra existencia.
46
El placer no es más
Que el rocío de la felicidad.
A menudo el placer es como el árbol que impide ver el bosque. Sólo nos deja ver más allá si lo consideramos como lo que es: una etapa en el camino hacia la felicidad.
47
Como las abejas,
Crea en abundancia.
Generosa por definición, la naturaleza produce bienes que a menudo sobrepasan nuestras necesidades. Las abejas son un buen ejemplo: fabrican más miel de la que necesita la colmena. Así, el hombre puede retirar parte de la riqueza del panal sin poner en juego el equilibrio de la colonia. Crear en abundancia nos abre el camino para compartir.
48
No entregue,
Deje que le quiten.
San Vicente de Paúl, fundador de las Hermanas de la Caridad, decía: «Hace falta mucha humildad para aceptar el pan que te dan». Es en este sentido en el que hay que leer y entender este aforismo, que proclama que el dar debe ser tan natural, tan corriente y tan espontáneo que responda al abandono de todo tipo de resistencia.
49
Diga «sí» o «no»,
Pero no permanezca en silencio.
En toda relación humana, nada es peor que la indiferencia. Dar respuesta a todas las peticiones, incluso aunque sea con una negativa, es mejor que el silencio, que propicia toda clase de interpretaciones.
El helado de leche caliente
Como la nieve en verano.
La magia de esta metáfora reside en la unión de los contrarios, en el matrimonio —contra natura y, sin embargo, vivido como real— entre dos elementos que no pueden coexistir de forma natural. Sin embargo, la imagen se impone por sí misma, testimonio patente de que lo imposible no es siempre imposible.
51
Ese cuadro le dice: «Venga».
Escuche sólo esa voz.
A veces una obra de arte despierta en nosotros una llamada que no podemos resistir. Una necesidad imperiosa de ir más allá de lo que vemos surge con tal fuerza y de manera tan misteriosa, que literalmente nos transporta. ¿No es esto propio del mensaje de un ángel?
52
No hay peor desgracia
Que una casa sin música.
Debido a los ecos de felicidad —y a veces de dolor— que suscita en nosotros, la música tiene el poder de transportarnos a mundos nuevos, de hacernos abrir los ojos y el corazón a lo esencial. Privarse de música es perder la oportunidad de acceder a ese nivel superior de emoción y conocimiento supremo. No es por casualidad que, en la tradición pictórica y religiosa, encontremos tantos ángeles músicos.
53
La memoria está en sí
Mucho mejor que en los libros.
Los libros son memoria, pero memoria muerta si sus páginas carecen de lectores. Apropiarse de las palabras de los demás para enriquecerse y transmitirlas constituye, pues, un acto de salud pública. Y esto, que resulta válido para los libros sagrados, lo es también para las obras profanas, que tanto hablan del hombre.
54
Una rosa bien vale
Saltarse una comida.
Tomarse tiempo para maravillarse de la belleza de las cosas podría considerarse una forma de contemplación, una pausa en nuestra existencia, generalmente sometida a un ritmo tan rápido que nos priva de esos momentos de gracia. Permitámonos, pues, disfrutar de ellos sin culpabilidad, al margen de nuestra cotidianidad, tan funcional, para poder reencontrarnos con lo esencial.
55
¿Dormir para olvidar?
¡No! Para vivir un poco más.
Muchos creen que dormir es una pérdida de tiempo. Esto implica olvidar que esas horas, independientemente de sus virtudes reparadoras, abren la puerta a sueños que, a veces, nos quedan grabados con una fuerza y una permanencia superiores a muchas experiencias vividas estando despiertos. También estas forman parte de la vida...
56
El secreto de los espejos
Es que son un extracto.
Aunque refleja de forma idéntica —pero a la inversa— el mundo sensible que nos rodea, el espejo no deja de cuestionarlo. Vemos una imagen de nosotros, de los seres y de las cosas que nos rodean que, aunque sea real, no lo es de forma estricta. Por esto, podemos considerar legítimamente los espejos como un extracto, a causa de las reflexiones que pueden suscitarnos.
57
Grande y pequeño
No significan nada en el país de los ángeles.
Ser plenamente lo que uno es para poder convertirse en lo que uno quiere constituye el único camino interesante. Con esta perspectiva en mente, cada uno va a su ritmo, sin que nadie sea más pequeño o más grande que los demás.
58
No se limite
A lo que digan los demás.
Construir una vida no consiste en convertirse en la imagen que los demás proyectan de nosotros. Hay que reaccionar ante esta actitud pasiva con un compromiso activo e individual para poder recuperar nuestra originalidad como personas. El mismo ángel no nos pide que coincidamos con la imagen ideal que nos impone, sino que participemos activamente en la construcción de nuestra personalidad.
59
Ser el ángel
De su ángel.
Entrar en competición con su ángel para convertirse en su protector: quizás sea imposible, pero sería glorioso.
60
Incluso solo
Vive acompañado.
Un hombre solo perdería su humanidad. Estaría desamparado, marginado y aislado. Toda impresión de vacío y de abandono se debe, pues, a la pérdida de la conciencia de sociedad, ya que todas las personas viven en el interior de una colectividad y una historia humanas, sean cuales sean sus circunstancias.
61
Ser el cuerpo
De su ángel.
Dotar de cuerpo a su ángel, que por naturaleza es un espíritu puro, puede parecer un objetivo ambicioso. Es, sin embargo, un proyecto legítimo, ya que, cuanto mayor es el reto, más grandes son las oportunidades de avanzar en el camino hacia la perfección.
62
El horizonte,
Límite en sí mismo.
¿Es el horizonte un límite? Sí y no. Sí, porque constituye la línea donde se pierde la mirada. No, porque esa frontera retrocede a medida que avanzamos. No constituye, pues, una barrera, y además nos sirve como una meta, gracias a la cual no nos sentimos perdidos en el infinito y podemos permitirnos avanzar a escala humana.
63
Lo que quiere el ángel,
Es lo que usted quiere...
Preocupado por nuestra libertad, el ángel actúa para proporcionarnos el modo de reafirmar nuestras decisiones en todo momento.
64
Alégrese
Si llaman a su puerta.
No vivir confinados en nuestra confortable intimidad, sino abrirnos constantemente a los demás sin manifestar jamás el más mínimo signo de incomodidad o rechazo: he aquí el significado profundo de este consejo.
65
¿Quién tendrá jamás la alegría
De inclinarse sobre la cuna de un ángel?
¡Qué bonito sueño! Coincidir perfectamente con la creación hasta el punto de poder asistir al nacimiento de un ángel.
66
No confunda el amor del cine
Con el cine de amor.
En otras palabras, no se debe confundir de forma irreflexiva el objetivo con los medios utilizados para lograrlo. Desde luego, no está prohibido, más bien lo contrario, darse el placer de hacer algo, pero siempre que no se equivoque de blanco. Si pintar es un placer, el cuadro mismo es un goce. Olvide la regla que nos hace artesanos cuando somos artistas...
67
«Deja tus alas y ven...».
«¡Sería capaz!», dice el ángel.
La vocación del ángel es asistir, dar fuerzas y reconfortar con tal constancia, abnegación y humildad que, sin duda, estaría dispuesto a renunciar, si fuera posible, a su propio estatus para cumplir su misión a la perfección.
68
No juzgue el lápiz
Sólo por su carbón.
El ángel no está reñido con el humor. Este aforismo es una prueba de ello, ya que expresa de forma directa que la apariencia no tiene por qué coincidir con la realidad íntima de los seres y las cosas. Así que, prudencia...
69
El ángel no conoce otras lágrimas
Que las que seca en sus mejillas.
Aunque es una criatura de amor, de alegría y de entusiasmo, el ángel puede conocer la pena, pero sin detenerse demasiado en ella. A su imagen, debemos preferir la esperanza al lamento y, por tanto, la acción al arrepentimiento de no haber construido un destino mejor, tanto para nosotros como para los demás.
70
Escribir:
Derroche de tinta...
Lejos de ser un simple pasatiempo, el trabajo de escribir constituye una buena manera de profundizar en una mejor comprensión de uno mismo, de los demás y del mundo. Tras el devenir de ideas y emociones aparecen verdades, certezas e interrogantes nuevos que nos permiten profundizar en la búsqueda. Este enraizamiento no es sinónimo de inmovilidad, sino más bien de un trampolín que propicia los avances.
71
No vea sólo el agua azul
Ya que a veces se vuelve gris.
Siguiendo el mismo registro humorístico, pero en un tono más estricto, este aforismo sugiere que debemos aceptar que los demás, y el mundo en general, no se corresponde siempre con lo que nosotros deseamos o esperamos... Incluso (y quizás, sobre todo) aunque sea por su bien.
72
¿Sirve de algo
Encontrar un culpable?
Perder la costumbre de dividir el mundo en dos polos opuestos —el bien y el mal— y, por tanto, querer etiquetar siempre a los demás como culpables e inocentes no sería sólo una demostración de sabiduría, sino también una prueba de amor. Las cosas no son siempre tan simples, tan claras, ni tan cuadriculadas. Es una cuestión de tolerancia...
73
Venga lo que venga,
Tómese el tiempo de sonreír.
Exceptuando casos extremos, ¿es la vida cotidiana tan pesada, dolorosa y sombría que no nos deja un solo espacio para una explosión de alegría, de belleza o de ternura? Ante esta pregunta, cada uno podrá constatar que las pruebas que nos desaniman no tienen el poder de aislarnos en la soledad y el sufrimiento, y que siempre existe la manera de encontrar, en un lugar u otro, la razón para salir de nuestra clausura.
74
Existe, seguro,
Un amigo que te espera.
Gilbert Bécaud cantaba: «La soledad, ¡eso no existe!». Un estado de soledad... quizás, pero siempre es algo pasajero. Cada uno debe hacer el esfuerzo de salir de sí mismo, dirigirse hacia los demás y darse al mundo. El camino no es fácil, pero la recompensa se encuentra al final: ¿quién puede decir que jamás ha tenido un amigo?
75
Elija levantarse...
Con el pie derecho.
Una conocida superstición dice que la jornada depende del pie que elegimos para levantarnos. Más allá de las convenciones, la idea que encierra esta sentencia es que hay que burlarse de las circunstancias y optar por el buen humor cada día que amanece, pero siempre por una decisión voluntaria y determinada.
76
Utilice el pasado
Como trampolín.
Vivir no es echar de menos la felicidad de tiempos pasados ni quejarse de los obstáculos encontrados a lo largo de la vida, sino utilizar el potencial de emociones y de conocimientos que hemos adquirido gracias a esas experiencias para disfrutar mejor del presente y construir un futuro mejor. En este sentido, el pasado constituye una inestimable riqueza que puede y debe servirnos para avanzar con mayor fuerza.
77
Hágase un collar
Con sus pequeñas alegrías.
Son muchos los que dejan escapar la vida por limitarse a esperar o a conquistar la gran felicidad, cuando miles de pequeñas alegrías llegan a cada momento para que seamos felices en la cotidianidad... Claro está, uno ha de estar atento y no despreciarlas. Tomémonos tiempo para identificar esos frágiles instantes y nos sorprenderá constatar que, incluso en la peor de las jornadas, la vida no escatima en darnos agradables sorpresas.
78
Vacíe el hatillo
De todas las culpas.
Para andar ligero hay que desprenderse de los bultos pesados. Y la culpabilidad es uno de los sentimientos que más pesa. En vez de darle vueltas a todo lo malo que nos ha pasado, volvamos a empezar permitiéndonos el lujo de aprovechar esta nueva oportunidad.
79
Escoja el futuro
Antes que el lamento.
Es imposible volver al pasado: alegre o triste, constructivo o destructivo, forma parte inseparable de nuestro bagaje personal. Así que, mientras vivamos, todo sigue en juego, todo sigue siendo posible. Involucrémonos, con alegría y convicción, en el terreno virgen del mañana, donde todo está por construir.
80
Sueñe con lo imposible,
Pero realice lo posible.
Cuanto mayor sea nuestro objetivo, más alta será la cima que alcancemos. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que nunca estaremos a la altura de nuestros sueños. Debemos tener objetivos ambiciosos, pero también valorar los escalones que nos han permitido subir.
81
No desaproveche su tiempo
Con discusiones inútiles.
La vida es demasiado corta para enzarzarse en discusiones y malentendidos. El tiempo es una mercancía demasiado preciosa para dedicarla a solventar pequeñas diferencias, sobre todo si nos esperan bellos encuentros, bonitos diálogos e increíbles momentos que compartir.
82
No acuse a los demás
De los odios que suscita.
Este aforismo es una derivación de la famosa parábola cristiana de que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. Antes de juzgar las reacciones de los demás y de fustigar sus resentimientos, debemos destinar algo de tiempo a realizar un examen de conciencia.
83
No juzgue,
Analice, estime y aprecie...
Juzgar es, a menudo, condenar. Y en materia de ética, nadie tiene la exclusiva de la verdad. Vale más, pues, analizar, sopesar y tratar de comprender antes que sentenciar. Además, nos sorprenderá ver cómo esta actitud desata la empatía y dota a los verbos estimar y apreciar de un doble sentido.
84
Conozca sus límites
Para poderlos traspasar.
Conocer los límites de uno mismo no es resignarse a ser esclavo de ellos, sino aprender a buscar la manera de sobrepasarlos. Este aforismo surge de un bonito poema de Guillevic:
«Los límites existen,
En todo va a encontrarlos,
Menos en su deseo
Por franquearlos».[1]
85
Escuche a los demás
En lugar de escucharse a sí mismo.
Olvidarse de uno mismo en beneficio de los demás constituye una de las formas más bonitas de enriquecerse a través de un espíritu de desdoblamiento —a veces conflictivo, pero siempre constructivo— que propicie un intercambio esencial tanto en el plano intelectual como en el espiritual, el afectivo y el emocional. Es una buena manera de alejarse del cara a cara con uno mismo, que rápidamente se vuelve estéril.
86
Celoso:
¿Por qué?
Envidiar a los demás en lugar de construir nuestra propia felicidad constituye uno de los mayores frenos a nuestra expansión personal. Debemos tener en mente que sólo se disfruta plenamente de aquello que se construye, no de aquello en lo que nos amparamos.
87
Las peores circunstancias
Son también terreno para magníficos nacimientos.
Uno de mis amigos, un librero que se declara amante de los hombres y de la literatura, es la prueba viviente de una bonita filosofía que sostiene que la vida está hecha de una sucesión de problemas que se deben resolver. Si no tuviéramos escollos, ¡qué aburrimiento! Actuar es reaccionar, incluso cuando los obstáculos nos parecen insuperables. Convenzámonos de que luchar de forma positiva es una oportunidad que raramente sabemos apreciar.
88
El fracaso enseña más
Que todos los trofeos ganados.
Si soñamos con alcanzar el éxito en plena juventud, la vida nos enseña que, difícilmente, las cosas suceden con esa facilidad. Y, en cierta manera, es mejor que esto suceda así, ya que las adversidades nos obligan a desarrollar nuestros recursos, a afirmar nuestro potencial y a afinar nuestras estrategias para culminar nuestros proyectos, de manera que todo lo que ganamos lo convertimos en nuestro.
89
Sea curioso.
No deje de aprender...
Sócrates decía: «Solo sé que no sé nada». Es un buen motivo para abrirse aún más a los demás y al mundo en un acto de enriquecimiento permanente, gracias al cual la existencia adquiere un sabor de constante renovación.
90
Necio es
El que juzga al asno.
Lo que para uno es estupidez, es inteligencia para el otro: todo está en función de la cultura, la sensibilidad y el conocimiento. De ahí la importancia de ir más allá de lo que sabemos a priori y de salir de nuestro pequeño mundo para enriquecernos con el contacto continuo con el otro, aunque sea un animal.
91
Si el ángel hace al lirio
Que el lirio haga al ángel.
Símbolo de la pureza, la flor de lis se asocia con frecuencia a los ángeles y a María en las representaciones pictóricas. Obremos nosotros también, en nuestra vida cotidiana, para que la asociación entre el lirio y el ser humano sea igual de evidente.
92
Salvo las grandes causas
Ni «bueno» ni «malo», sino «esto» y «aquello».
Considerar las acciones y los pensamientos de los demás —y, de paso, también los nuestros— con mayor mansedumbre y tolerancia: este es el sentido de esta proposición que nos invita a dejar de juzgar y acercarnos a las cosas con un dualismo menor para captar la realidad bajo un ángulo más libre, más flexible.
93
Conozca la paciencia
Bajo los grandes árboles.
Inspirarse en los ejemplos de la naturaleza para relativizar nuestra concepción del tiempo e involucrarnos de lleno en el transcurso de la vida: este es el sentido de este aforismo, que nos enseña que no debemos retener nuestros deseos, sino darles tiempo para que fructifiquen.
94
Todo hombre es Dios
Si da un sentido al mundo.
Uno de los aspectos más bonitos de nuestra libertad es el hecho de poder «inventar» el mundo dándole un sentido. Para los creyentes, esta «invención» se confunde con el descubrimiento íntimo de la realidad divina y de todo lo que implica en cuanto a humildad, amor y desdoblamiento. Ser Dios no es, pues, conocer, sino «re-conocer».
95
Cree sus decisiones
Y crea en ellas.
Ningún proyecto personal puede dar fruto sin convicción, lo que no significa que no haya que escuchar los consejos que podamos recibir de nuestro entorno. Pero una vez que la decisión esté tomada, luchemos por nuestro objetivo con una confianza ciega en nosotros mismos.
96
La novedad no es
Fuente de todos los placeres.
Si el aburrimiento nace de la monotonía, la felicidad no es necesariamente hija de la novedad. En una sociedad donde los intereses comerciales multiplican el deseo por los productos inéditos, podemos ver que la proliferación de creaciones no es garantía de una vida realmente mejor. La felicidad también existe dentro de ciertas formas de cotidianidad o de repetición, ya que, como no somos máquinas, nunca repetimos las cosas exactamente de la misma manera.
97
Todo gesto
Tiene su propietario.
En cuanto nos dejamos llevar por el impulso que nos arrastra hacia el otro, el menor gesto de comunicación o el menor signo de recibimiento nos involucra de lleno en esta relación. Los demás tampoco se equivocan, ya que reciben un signo de inspiración idéntico. En este momento dejamos de ser nosotros mismos. Como algunas risas, que son más contagiosas que otras...
98
Como las flores,
Sea una promesa.
Más allá de su valor estético, la flor anuncia el nacimiento inminente del fruto, símbolo de la cosecha y prolongación de la vida. Como ella, seamos siempre portadores de proyectos constructivos.
99
El ángel necesita su pie
Para dejar su huella.
En el sentido literal y en el figurado, el ángel —ser inmaterial por definición— no puede dejar sus huellas en este mundo si no es a través de un ser corpóreo. Cuanto más se acerca el hombre al ángel, más se confunden sus pasos... Y también lo hacen sus huellas.
Que sus grandes palabras
No traicionen su palabra.
¿Qué es más personal y más representativo de nosotros que nuestra palabra? En cuanto la damos, nos comprometemos en nuestra totalidad. Más vale pues morderse la lengua antes de hablar que abandonarnos a una verborrea sin fin, para que nuestro discurso corresponda perfectamente al mensaje que queremos transmitir, sin arriesgarnos a que este nos traicione.
101
¿Quiere pelea? ¡Adelante!
Busque a su adversario en el espejo.
La agresividad hacia los demás suele venir por un malestar personal interno más que por motivos reales de discusión. Antes de abandonarnos a la cólera y de llegar a las manos —aunque sea de forma simbólica—, un momento de reflexión ante el espejo nos permitirá pensar sobre cuáles son los motivos reales de nuestra ira y, por tanto, de la legitimidad de nuestras acciones.
102
Tenga respeto
Hacia usted.
Quien no se respeta no respeta a los demás. Y cuando falla el respeto, no son posibles las relación ni los intercambios, dejando aparte el hecho de que esta falta de respeto nos hace la vida realmente imposible.
103
Quien presiente el camino de la felicidad
Es más feliz de lo que piensa.
«Si me buscas, es que ya me has encontrado», decía Cristo en una de sus parábolas más hermosas. Esta sentencia sirve igual para la felicidad, pues buscarla es estar en camino hacia el objetivo que se persigue.
104
Crea
Por creer.
Sin convicciones, sin rodeos. La fe —en Dios, en uno mismo, en el otro— constituye la convicción suprema, gracias a la cual es posible ir más lejos en el intercambio, en la compasión (en el sentido literal de cum passion, «con pasión») y en el hecho de compartir para construir un futuro en consonancia con nuestras aspiraciones más nobles.
105
Como todo animal,
Sucumba a la caricia...
No es fácil dejarse amansar. Ni lo es tampoco desprenderse de esa desconfianza que nos permite abandonarnos al otro. La confianza y la sensación de abandono constituye pues el punto de partida para compartir, sea cual sea el terreno en el que se encuentre: tanto espiritual como afectivo o sensual.
106
Agradezca
Todo lo que le ofrezcan.
Igual que San Francisco de Asís, tomémonos el tiempo de agradecerle a Dios los regalos que nos ha hecho, gracias a los cuales disfrutamos de las alegrías del momento y de las bellezas del mundo.
107
Término significa «casi nacimiento»,
Nos enseña el ángel.
A menudo confundido con el final, que concluye definitivamente un recorrido, debemos considerar el término como el logro de una etapa que nos permite empezar otra nueva. Más dinámico que el final, es sinónimo de apertura a posibles novedades.
108
Hielo y nieve en abundancia:
Nunca el verano ha conocido esa luz...
No hay situación tan extraordinaria ni tan remota de la cual no podamos sacar provecho. El objetivo de este aforismo es incitarnos a renacer en cada ocasión.
109
Agradezca al ángel
Poder elegir.
Sin la libertad de elección que nos da, el ángel sería más bien un legislador, o peor aún, un dictador. Por eso debemos agradecerle el bonito regalo de la autodeterminación.
110
En el festín de los ángeles
Todos los platos son para usted.
En el banquete espiritual al que el ángel nos ha invitado y que ha preparado en nuestro honor, todos los platos están reservados a nosotros.
111
Todo origen
Tiene un futuro.
Todo lo que nace deviene en algo. Y el devenir implica también un recorrido, con todo lo que implica de éxito o de fracaso, de suerte y de desgracia, de breve aventura o de largo viaje. Pero sea como sea el camino, es el de la vida, milagro permanente.
112
Ser uno mismo:
Apuesta arriesgada.
Huir de todas las formas de apariencia y dar la espalda a todo lo falso no es tarea fácil, pues estamos demasiado influidos por lo socialmente establecido, encerrados en actitudes convencionales o que adoptamos por pudor o timidez. Lograr ser uno mismo —y sólo uno mismo— en todos los aspectos de nuestra personalidad constituye el éxito más auténtico de nuestra existencia. Una única orden, pues: ¡fuera las máscaras!
113
¿Tu mejor ambición?
La humildad del ángel.
Obremos a la sombra y al margen de todo sentimiento de orgullo: he aquí la lección que nos da el ángel con su actitud hacia nosotros y hacia su Creador.
114
No lo creerá,
Pero mañana vuelve a empezar...
«Mañana será otro día», dice una sentencia... Tan auténtica, que hace que nos impliquemos en las cosas para que evolucionen positivamente.
115
El agua,
Más que agua.
El Antiguo y el Nuevo Testamento están repletos de metáforas relacionadas con el agua. Desde el pasaje del mar Rojo hasta el bautismo por inmersión, el agua es algo más que un símbolo: es un sacramento.
116
Mida su fuerza
De acuerdo con su clemencia.
Si «la clemencia es la virtud de los reyes», como afirma Edme Boursault, ¿por qué no puede ser la prerrogativa de cada uno? En cualquier caso, sería una buena manera para que podamos acceder al trono de la grandeza, pues esta es directamente proporcional a la capacidad de perdón.
117
Al pie de la montaña
La promesa de un ángel.
Todo recorrido comporta unas pruebas, toda prueba es un desafío, y todo desafío es válido porque responde a una apuesta: este es el sentido de este aforismo, que nos invita a ir más allá de nosotros mismos para llegar a la cima que representan nuestros objetivos.
118
No tenga más orgullo
Que el de hacerlo bien.
Si el orgullo tiene alguna utilidad es la de ser la fuerza que nos empuja a hacerlo mejor según nuestras capacidades. Sólo este orgullo es legítimo.
119
¿No puede perdonar?
Siga intentándolo...
Si algo es difícil es aprender a perdonar. Y si decimos aprender es porque pocos de nosotros somos capaces de ejercer esta mansedumbre de manera espontánea. Sin embargo, si no hay perdón abrimos un conflicto permanente con el otro. Así que no nos resistamos a seguir el consejo que el sabio Boileau daba a sus escribanos, aplicado aquí a nuestra apuesta moral: «Repetid cien veces el trabajo para mejorar la obra».
120
Ninguna puerta a la que llamar...
Siempre a la del ángel.
Cuando todo parezca estar en punto muerto y estemos a punto de caer en la desesperación, recordemos que el ángel escuchará siempre nuestra llamada.
121
Dichoso aquel cuya riqueza
Se mide en gotas de rocío.
Saber apreciar el regalo que se nos ofrece sin quitarle valor: he aquí la verdadera riqueza.
122
El ciempiés
Es también una obra de arte.
La belleza se revela a quien sabe observar con atención, fuera de patrones estéticos y culturales. Como prueba de esto, la increíble anatomía de este miriápodo, cuya perfección llama al respeto.
123
Grande es
Quien ofrece su mano al vencido.
Vencer no es aniquilar al otro, sino darle los medios para que pueda levantarse después del combate. Un gesto tan noble implica mucha humildad, amor y renuncia para no sucumbir a nuestras ansias de grandeza.
124
Llegar es
Volver a empezar.
El único punto final que hay en este mundo es la muerte. Cada tarea finalizada debe ser el trampolín para otro impulso o proyecto. No debemos estancarnos, pues, insistiendo en nuestros fracasos o vanagloriándonos de nuestros éxitos, ya que lo esencial es estar siempre en marcha, en busca de nuevos retos.
125
El invierno tiene su sol:
La chimenea.
Nada es blanco o negro en nuestro mundo, sea cual sea la situación en la que nos hallemos. Sacar el máximo provecho de los acontecimientos sin perdernos en sueños estériles constituye la mejor manera de avanzar, descubriendo que cada momento puede ofrecer nuevas alegrías y riquezas.
126
Su mejor amiga:
La aurora.
Cada día que empieza se abre un abanico infinito de posibilidades, lo que supone una buena ocasión para entrar en el futuro con toda la fuerza de nuestro entusiasmo y concretar cada vez más nuestros sueños.
127
Dedique un tiempo
A velar por las estrellas.
Simplemente contemplar y meditar: un placer único, que raramente nos damos el lujo de experimentar. Sin embargo, esta pausa en la cotidianidad es indispensable para reencontrarnos con nosotros mismos y con el mundo en el que vivimos. Pronto nos daremos cuenta de que esos ratos muertos son también muy activos.
128
Guarde con cuidado
Los secretos de los demás.
Respetar al otro es respetarse a sí mismo. Debemos, por tanto, estar éticamente a la altura de las confidencias que se nos hacen, guardar los secretos que nos han sido confiados y no utilizarlos para satisfacer nuestro sentido de la ironía ni tampoco como armas contra aquellos que se han abierto a nosotros con total confianza.
129
¿Ser ángel?
¡Extraño!
Puede parecer extraño querer imitar a los ángeles o, como mínimo, querer tenerlos como modelos, cuando nosotros estamos lejos de poseer su constancia y sus cualidades. Sin embargo, la apuesta no es tan descabellada como puede parecer a primera vista, ya que, cuanto más exigente es el objetivo, más oportunidades existen de progresar.
130
No reduzca al otro
A la imagen que tiene de él.
La idea que nos hacemos de los otros siempre es parcial, ya que nunca los podemos conocer completamente. Por tanto, debemos tener en cuenta todo lo que se nos escapa de ellos para evitar una visión simplificada que no corresponda en absoluto con la realidad de su ser.
131
Aquello de lo que sea desposeído
Vale menos de lo que cree.
¿No damos demasiada importancia a aquello que poseemos? O, si lo prefiere, ¿no somos esclavos de nuestros bienes? Con la experiencia, uno se da cuenta rápidamente de que lo que creía esencial para la felicidad y el confort no es, al final, tan indispensable. Una buena manera de concentrarse en el ser y no en el haber.
132
No espere la suerte:
Téjala.
Este aforismo recupera, a su manera, el refrán «Ayúdate para que el cielo te ayude». Quien se contente con esperar pasivamente el paso de su buena estrella se arriesga, de hecho, a aguardarla durante mucho tiempo. Vale más invertir con paciencia y constancia en nuestras acciones para lograr, etapa tras etapa y punto tras punto, como un tejido, los objetivos propuestos.
133
Más alto, más lejos,
Siempre.
Los límites están hechos para sobrepasarlos, ya que si no se convierten rápidamente en los muros de una prisión. De ahí la importancia de ver más allá de ellos para no dejar nunca de progresar.
134
No hacen falta alas
Para ser un ángel.
Tan verdadero como que «El hábito no hace al monje», las alas no hacen al ángel: son sólo el «traje», la representación. Ser un ángel depende de un estado de espíritu, de voluntad, de compromiso.
135
No apueste por el sufrimiento
Para asegurarse el derecho a la felicidad.
El sufrimiento no es una moneda de cambio que pueda usarse para «comprar» felicidad. Al contrario, la cantidad de felicidad no es proporcional a la de sufrimiento. De nada sirve pues flagelarse, ni en el sentido literal ni en el figurado, cuando lo esencial es orientarse siempre hacia el camino de la felicidad —física, psicológica y espiritual— a pesar de las pruebas y el dolor que puede generar.
136
¿La felicidad por la felicidad?
Triste programación.
La felicidad no es, en esencia, egoísta, sino todo lo contrario: crece de tal manera que puede compartirse sin ningún desvelo de avaricia. Y si, por casualidad, los demás la rechazan, nosotros debemos seguir irradiándola sin retorcernos jamás en un gozo del que seríamos el único beneficiario.
137
Bien entendido
El destino es fuente de la felicidad.
Sacar lo mejor de cada imprevisto, por doloroso que sea, nos permite aceptar las alegrías y sobrellevar mejor los nuevos obstáculos. Esta apertura a todo lo posible constituye un verdadero pozo de riqueza, gracias al cual tenemos la oportunidad de dar sentido a nuestra vida y al mundo.
138
Abandónese sin medida,
Aun bajo el riesgo de destruirse.
Darse al otro en cualquier circunstancia constituye la marca del ángel. A su imagen, debemos implicarnos totalmente en cada gesto, pensamiento e impulso, aunque este compromiso nos lleve a veces a situaciones extremas. Nuestra convicción y autenticidad nos servirán de escudos contra la adversidad.
139
¿Ningún ángel en el horizonte?
Entonces, gire la cabeza...
A menudo, es en los momentos en que nos sentimos más solos cuando se producen las mejores coincidencias: una mano tendida, una voz que nos llama. Hay que abrir bien los ojos para verla, o los oídos para escucharla. La aparente ausencia del ángel revela, de hecho, su presencia.
140
Desconfíe
De los vendedores de felicidad.
La felicidad no se compra, sino que uno mismo la crea, la gana y la construye todos los días, por deseo, elección o voluntad propios. El resto no es más que charlatanería y fuente de desilusiones.
141
El arco iris:
¿La sonrisa de un ángel?
En el país de los ángeles, la alegría exultante puede compararse metafóricamente con la curva de colores del arco iris, tan frágil como bella. Tengamos esta imagen presente —así como la realidad del fenómeno meteorológico— por lo que es... y por lo que podría ser.
142
Aprenda a reírse
De su sufrimiento.
Relativizar las cosas nos permite una aproximación más exacta a la realidad y, por tanto, escapar de esa actitud victimista que nos despoja de todos nuestros medios. Con la perspectiva de la distancia, podemos encontrar las respuestas apropiadas para salir del círculo vicioso en el que nos habíamos encerrado.
143
Mejor que nadie
Sabe usted dónde está la dicha.
Encontrar en uno mismo las razones para vivir y conducir nuestra existencia según nuestros propios valores implica voluntad, confianza y constancia, sin las cuales uno no llega a ser nunca lo que es y depende siempre de las alegrías prestadas.
144
Ame sin concesiones,
Siempre.
La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiándose... Sobre todo cuando el amor es fuente de encuentros felices y alegrías inefables. Vivir es amar siempre sin tregua.
145
Abra los ojos,
Deje entrar el mundo.
Confinarse en el confort de la individualidad constituye una actitud negativa, sin la cual es imposible compartir. Abrirse al mundo en todas sus vertientes, tanto de alegría como de desdicha, permite interactuar con los demás y enriquecer nuestra vida.
146
No se crea responsable
De todo lo que se le escapa.
La culpabilidad es fuente de grandes tristezas. No se trata de eludir responsabilidades, sino de que es ilusorio pensar que se es capaz de resolver todos los problemas. Aceptar nuestras limitaciones para poderlas superar es algo que se aprende, y nadie debería cargar con la responsabilidad de resolver todas las miserias del mundo. Podemos —¡debemos!— darnos la libertad de ser felices, aun cuando creamos que no hemos llegado a ayudar al otro, aunque esto fuera lo que realmente hubiésemos deseado hacer.
147
Un buen «tiene» es mejor que dos «tendrá».
Sueñe que ese «dos» es también para usted.
Aunque «lo mejor es enemigo de lo bueno», nadie ha dicho que debamos renunciar siempre a ello. Además, hay que ver ese exceso como una apuesta posible de futuro y no como una competición sistemática, que nos llevaría a considerar cada experiencia como proveedora de penurias.
148
Primero conquistar...
Luego dar.
Todo lo que podemos adquirir no vale nada si no somos capaces de compartirlo. Sin esta facultad, pronto nos encontraríamos solos en medio de una fortaleza, que podríamos identificar fácilmente con una cárcel.
149
Sueñe que el tiempo
Le da más de lo que le quita.
La noción de tiempo —y, por tanto, de envejecimiento— tiene muy mala consideración entre la sociedad contemporánea. Prueba de ello es el culto a la juventud que transmite la publicidad. Sin embargo, cada día que pasa aporta una riqueza inestimable que contrarresta, de forma ventajosa, los perjuicios de la edad. Aceptar esto nos permite medir las ganancias adquiridas y acceder a una felicidad, que descuidamos demasiadas veces.
Igual que las ostras,
Haga perlas de sus heridas.
Los obstáculos son siempre enriquecedores... Una vez superados. Después de hacerlo, nos proporcionan una fuerza nueva que nos permite enfrentarnos a las dificultades de la vida con mayor determinación. Pongámonos, pues, manos a la obra para superar los pequeños y los grandes accidentes de nuestra vida y recibir así el futuro con mejores armas.
151
Directo al objetivo
Por el camino de los alumnos.
Aunque la línea recta sea el camino más corto para ir de un punto a otro, algunos recorridos utilizan otras vías para llegar a la misma meta. Esta divagación no es en sí inútil, ya que ofrece la oportunidad de miles de encuentros y descubrimientos anexos que nos confirman la dirección que habíamos tomado. Todos los caminos llevan a Roma...
152
Es destino
Lo que se considere como tal.
Nada está escrito en este mundo; nuestra existencia la construimos nosotros mismos con nuestras cualidades innatas y con la intervención del azar. Rechazar esta evidencia significa resistirse a crecer y a construirse, dejando de lado todo tipo de responsabilidad.
153
Bendito el obstáculo
Que alimenta las estrategias para superarlo.
Lejos de hacernos renunciar, los escollos que jalonan nuestro camino nos ofrecen la oportunidad de pensar soluciones para salvarlos o superarlos. Cada obstáculo superado nos hace más ricos, más fuertes y con más experiencia para afrontar las dificultades de la existencia.
154
Nada de supersticiones:
Una pesadilla no es más que una pesadilla.
Liberarnos de falsas creencias supone un paso imprescindible para conducir nuestra existencia hacia intereses mejores. Además, permite sacudirnos nuestros miedos y elegir nuestro camino con total libertad. Si no, el miedo y la espera acaban por paralizarnos.
155
¿Y si mañana
No fuera peor?
Quien da la espalda a la esperanza se condena a rumiar sin cesar sobre sus fracasos y, por tanto, se encierra en un inmovilismo depresivo que no hace más que agravar las cosas. De ahí la importancia de confiar en el futuro que, según demuestra la experiencia, ofrece a menudo miles de oportunidades para volver a empezar.
156
Esperar
Es elegir su porvenir.
Quien espera se da todas las oportunidades para poder confirmar sus decisiones a través de un espíritu constructivo que le permite realizarlas. Mediante su mensaje de esperanza perpetua, el ángel está ahí para recordarnos esta certeza.
157
No desnude la margarita
Para convencerse del amor.
¿Dónde hemos de ir a buscar las respuestas a nuestras preguntas sino en el interior de nosotros mismos? Este es el sentido de este aforismo que recuerda, por otra parte, que debemos respetar toda forma de vida, incluso la vegetal.
158
Deje a los demás
La libertad de sus errores.
Aceptar la libertad del otro, incluso cuando se equivoca, constituye una gran prueba de respeto. Esta actitud no resulta fácil, pero es precisamente eso lo que le da un mayor valor.
159
Su alegría
Es luz para el apenado.
En la vida, todo es relativo: nuestras pequeñas alegrías son grandes felicidades para quienes no han experimentado nada parecido.
160
Bendito el cielo
Por no ser infalible.
La naturaleza humana es de tal modo que la infalibilidad nos haría caer en el sectarismo o, peor aún, en el despotismo. Demasiadas certezas matan el sentido crítico sin el cual no llegaríamos a ser dioses, sino monstruos.
161
No quiera que los demás
Abusen a costa de usted.
La forma en la que los otros nos pueden conocer es forzosamente parcial, ya que no disponen de los medios para conocernos del todo; además, su visión de nosotros se basa en ideas preconcebidas. En lugar de criticarlos por sus errores de apreciación, démosles una imagen más clara de nosotros mismos.
162
No hay felicidad más dulce
Que la que uno se forja.
La felicidad de una vida de éxito no se basa en lo que se puede conseguir sin un proyecto y un compromiso personal. En otras palabras, todo aquello que se adquiere sin «luchar» es una frivolidad frente a lo que construimos a fuerza de convicción, perseverancia y coraje.
163
Respete a su enemigo,
Admire a su adversario.
No hay ser humano que merezca nuestro desprecio, ni siquiera el más feroz de nuestros adversarios. A través de su lucha, reconocemos su compromiso y su valor, aunque no compartamos en absoluto sus puntos de vista.
164
Sea deseo,
No debilidad.
Motor de la existencia, el deseo tropieza a veces con el hastío si no alcanzamos nuestros objetivos. Alimentar el deseo, a pesar de los fracasos y las decepciones, constituye una auténtica filosofía con cuyos principios no hay que transigir, so pena de dejar pasar nuestro destino.
165
Permítase por un momento
El lujo de la soledad.
No siempre es fácil encontrarse cara a cara con uno mismo, tanto por razones prácticas (el trabajo y la familia son a menudo muy absorbentes) como psicológicas (la soledad es, para algunos, difícil de soportar). Sin embargo, esta es una gran ocasión para reflexionar con calma y hacer balance de lo que uno ha hecho, de lo que vive y de lo que desearía concretar. La pausa durante la soledad, legítima en muchos aspectos, se impone como un lujo que debemos aprender a darnos.
166
La desesperación no sobrevive
A un simple gesto de humor.
Reírse de los contratiempos, aunque no sirva para resolverlos, es una de las maneras más eficaces de relativizarlos y, por tanto, de encontrar los medios para afrontarlos y superarlos. El humor y la ironía aparecen, pues, como aliados para restablecer nuestro equilibrio y retomar el camino con buen pie.
167
Agradecer
Equivale a acoger.
Poca gente sabe agradecer espontáneamente a los demás y se excusan tras la idea de que decir «gracias» es «admitir una deuda». Reconocer los gestos positivos de los demás hacia nosotros nos proporciona la manera de profundizar en una relación constructiva, cuyos beneficios compensan de forma ventajosa el abandono de la timidez, el pudor y las reservas que podamos mantener.
168
¿Más felicidad?
Cuando la felicidad se basta a sí misma.
Con la esencia del refrán «Lo mejor es enemigo de lo bueno», este aforismo proclama que más no es, necesariamente, mejor. Disfrutar de la felicidad no es una actitud estática, pues esta no nos limita, sino que implica nuestra total y activa participación para que pueda desarrollarse plenamente, a la medida de nuestra inversión. El secreto de la felicidad reside, pues, en vivirla al momento, sin buscar el aumento de la que ya hemos conseguido.
169
No dé consejos:
Manifieste...
Hacer partícipes de sus experiencias a los demás es, sin duda, más provechoso que atiborrarles de técnicas, recetas o metodologías para alcanzar los objetivos... Incluso aunque puedan resultarles útiles en su camino. Regalar lo que uno ha vivido, de forma sincera y humilde, es transmitir no sólo un saber, sino también la fuerza de un compromiso, a partir del cual el otro puede desarrollarse con total libertad.
170
Sin víboras,
¿Sería el bosque más bonito?
En lugar de quejarnos porque el mundo no es como esperamos, es mejor vivir la realidad e inventar estrategias que pueden evitar o superar lo que nos molesta o nos atemoriza. Encerrarse en un ideal ilusorio no es la mejor solución.
171
Toda aventura merece ser vivida,
Aunque sea a la vuelta de la esquina.
La cotidianidad es generosa con bellas sorpresas que hay que aprender a cazar al vuelo, siendo conscientes de que todo puede desembocar en una bonita experiencia. Para vivirlas, además, no hace falta irse hasta el fin del mundo.
172
Trabaje todo lo que haga falta
Para lograr la felicidad.
La felicidad se gana día a día, hora a hora, minuto a minuto. Pero eso requiere esfuerzo. Quien se contenta con esperarla se arriesga a seguir hambriento durante mucho tiempo. No dudemos pues en pagar con nuestra propia persona para ver realizados nuestros más íntimos deseos.
173
La nostalgia
Es también felicidad.
Considerar la felicidad del pasado como una adquisición que nos hace resurgir y no como algo irremediablemente perdido, nos da una fuerza incomparable. Evocar esta riqueza de forma dinámica lleva a unir lo útil con lo agradable y la alegría del recuerdo con el entusiasmo por seguir el camino.
174
A cada edad su felicidad
Aun cuando la felicidad no tiene edad.
La alegría de un niño no es igual que la de un adulto; sin embargo, ambas se complementan y se refuerzan con la convicción de una alegría aún mayor. De esta suma, que se multiplica con el paso del tiempo, nace la satisfacción de una vida completa.
175
Sea un héroe
Sin saberlo.
Dar lo mejor de nosotros mismos en cada instante, sin miedo al posible fracaso, es la única actitud que deberíamos adoptar ante todo. Quien lo consigue se convierte, sin duda, en un héroe a los ojos de los demás; esto, en sí, no tiene ningún valor, ya que lo esencial es estar en armonía con uno mismo y ser fiel y constante en nuestro camino.
176
Prefiera el sombrero
A la aureola.
Dichoso el que, incluso aureolado por sus acciones, considera esta distinción como un simple accesorio de su vestimenta. En su humildad ha comprendido lo esencial.
177
Arrodillarse
No insulta sino a su orgullo.
Aunque llore por el peso del fracaso o caiga ante una impotencia superior, arrodillarse supone un acto de gran nobleza. Dichosos los que lo viven como tal.
178
Quien no ha probado la lluvia
No conoce el agua.
Estar cerca de la naturaleza es estar cerca de Dios. Beber el agua de la lluvia viene a ser, metafóricamente, beber el agua del cielo, símbolo de vida.
179
Todo es bello,
¿No lo sabía?
Tanto los seres como las cosas revelan su propia belleza en cuanto dejamos de observarlos a través de nuestro prisma estético y cultural o buscando la posible utilidad que podamos sacar de ellos. Mirar a los demás y al mundo con nuevos ojos nos permite captar la plena realidad de la creación bajo una nueva perspectiva.
180
La dulzura de un abrazo
Duele.
La expresión plena y completa de un impulso profundo y auténtico —sea de amor o de amistad— es, como todos habremos experimentado, una mezcla de dulzura y dolor, tanto para el que lo da como para el que lo recibe. La intensidad de esta demostración roza la quemadura. Atrevámonos, pues, a cotejar esta fuerza que puede hacernos llorar de alegría.
181
Escuche su corazón,
Olvide el estetoscopio.
Lejos de todo enfoque racional, dejémonos guiar por la espontaneidad, ya que ella —y sólo ella— nos permite acceder a la esencia de las cosas y las personas.
182
Tómese su tiempo,
Como el arroyo baja rápido la montaña.
A cada ser, su ritmo; a cada hombre, su cadencia. Un caracol puede arrastrarse rápido, un atleta correr lentamente. Sepamos darnos nuestro tiempo para vivir, aunque las apariencias puedan hacernos creer que quemamos las etapas.
183
¿No sabe continuar...?
¿Qué ha hecho con lo que lleva impreso?
Heredero de generaciones anteriores y transmisor de vida y de experiencias, cada uno de nosotros es inseparable de la suma de los seres vivos. La memoria nos une a los otros y nos graba para la eternidad la ruta por la que andamos.
184
Quien ofrece se ofrece
Quien da se da.
El verdadero regalo no consiste en separarse de una parte de sus bienes, de su tiempo o de su persona, sino en olvidarse por completo de uno mismo en beneficio del otro con el fin de dar todo su amor.
185
Siembre más de lo que necesite,
Pues no sabe quién más se invitará.
Según una antigua costumbre campesina, todo aquello que el segador dejaba en el campo pasaba a pertenecer a los recolectores que pasaban después. Añadámosle unas cuantas semillas de más y así aumentaremos un poco la cosecha de los necesitados. O, si lo prefiere, podemos reservar un poco más de lo que necesitamos para poder ofrecer ese excedente al que tal vez venga a llamar a nuestra puerta.
186
En la mirada de un perro,
¿El mensaje de un ángel?
Toda la bondad del mundo se lee en los ojos de un perro. Y con ella, la confianza hasta el abandono, la fidelidad hasta la abnegación, la constancia hasta darlo todo. ¿No son esas las virtudes de un ángel?
187
El silencio del ángel
Es también un mensaje.
Quien ama sabe que el silencio, lejos de ser un obstáculo, es el lugar de una excelente complicidad, donde constantemente se expresa lo inexpresable. Así pues, si el ángel calla, no significa que se haya distanciado, sino que está más cerca que nunca.
188
Repítase
Lo que le susurra el ángel.
Preocupado por nuestra libertad, el ángel tiene la humildad de dejarnos creer que nuestras buenas elecciones provienen únicamente de nuestro esfuerzo. Apoderémonos de su palabra para convertirla en nuestro credo.
189
Sin secretos para su ángel
Incluso aunque no lo quiera...
Debido a que nos respeta, el ángel guarda silencio sobre todo el conocimiento que tiene de nosotros. Eso no significa que ignore ciertas zonas de nuestro ser o de nuestra existencia. Por lo tanto, podemos fingir que resulta posible guardarnos secretos.
190
El agua le sirve de espejo,
¿Qué le ofrece a cambio?
No deje jamás una sonrisa sin devolver ni un regalo sin corresponder, por anodinos que puedan ser.
191
El día es como un tonel:
¿Qué vino le ha puesto?
Cada nuevo amanecer abre un campo de posibilidades y es tarea nuestra llenar la jornada virgen que se anuncia, pues la riqueza final del día dependerá de nuestros actos.
192
Incluso el cactus más seco
Echa su flor.
Toda situación, por extrema o peligrosa que sea, abre siempre una oportunidad para amar, intercambiar y compartir.
193
Es inútil
Contar el tiempo.
Darse a sí mismo no se contabiliza en franjas horarias, sino en términos de intensidad de compromiso.
194
Quien salva un huevo
Salva un buey.
Calcado a la sentencia «Quien roba un huevo, roba un buey», este aforismo nos recuerda que quien puede hacer un pequeño gesto, también puede hacer uno grande.
195
El ángel
Es el futuro del ser humano.
Si recordamos los famosos versos de Louis Aragon: «La mujer es el futuro del hombre», este aforismo hace referencia al ángel como modelo ideal para cada uno de nosotros.
196
El silencio no es
Igual que el mutismo.
Si callarse es abstenerse de hablar, esta puede ser una manera distinta de decir, de expresar algo situándose más allá de las palabras. Ludwig van Beethoven lo dijo claramente cuando, tras haber recibido las alabanzas de una asistente a uno de sus conciertos, declaró en la intimidad: si esa mujer hubiese estado realmente emocionada, ni siquiera habría podido articular palabra.
197
Más rico será
Si cien veces le roban.
Quien se deja saquear sin quejarse es más grande que aquel que le roba, independientemente del hecho de tomar conciencia de su inagotable riqueza.
198
Dar por dar
Es suficiente para la felicidad.
El placer de ofrecer sin esperar nada a cambio llena al que recibe, pero a menudo lo hace más al que da.
199
¿Un trébol de cuatro hojas?
El milagro es modesto.
Los verdaderos milagros no son los más espectaculares. Lo demuestra la modestia de un trébol de cuatro hojas, que se esconde, casi invisible, entre sus hermanos, distintos a él. Quien lo busque tal vez lo encontrará… ¡o lo hallará sin duda!
¿Es culpa de la serpiente
Provocar el miedo?
No se arriesgue nunca a enfrentarse a un peligro célebre y, por extensión, tampoco le acuse por un atributo que no ha elegido, puesto que no todos los reptiles son venenosos… Ni tampoco los que tienen el veneno más mortífero son, por sistema, los más agresivos.
201
Gastar sin contar,
Ahí está el beneficio.
Cuando uno da, recoge más de lo que se desprende. Lo que es válido para los bienes materiales, vale igual —o incluso más— para el amor.
202
Apresurar…
¡No apresurarse!
Comprometerse de forma duradera a dar lo mejor de uno mismo: tal es el sentido de este aforismo, que apela a nuestra constancia.
203
No tema
A la muerte.
El ángel no tiene unas palabras más consoladoras que estas, pues nos sitúan más allá de nuestra existencia y nos invitan a un abandono confiado.
204
Use las rutas,
Cree sus propios caminos.
La existencia no se resume en utilizar las vías trazadas por la multitud, sino que consiste también en aventurarse por terrenos inexplorados donde podamos abrir nuevos senderos.
205
El desconocido
No es el extranjero.
Acoger al otro, incluso cuando no es de los nuestros: tal es el significado de este aforismo, que nos recuerda que acoger e invitar son el eje central de nuestra misión terrestre.
206
Peor que la muerte:
La indiferencia.
Romper todo contacto con el mundo que nos rodea para encerrarnos en la ilusoria comodidad del egoísmo constituye, sin duda, la peor de las actitudes. Sin lazos con los demás, el hombre se presenta peor que la muerte: ¡como un muerto viviente!
207
Recogerá
Lo que siembre.
No basta con actuar para uno mismo: hace falta, además, que los beneficios de sus acciones se repartan entre los demás.
208
No deje que el eco
Sea la respuesta a un grito.
Cualquier soledad, desesperanza o sufrimiento que no sean nuestros nos atañen y nos exigen un compromiso por nuestra parte: he aquí la ley del amor, sin la cual la vida no merecería ser vivida. No dejemos nunca que el eco sea la única respuesta a un lamento.
209
¿Está cansado?
¿Y bien?
Sea cual sea nuestra fatiga nunca debemos renunciar. En efecto, ¿qué importa nuestra comodidad o nuestra necesidad de descanso cuando hay tantas cosas que debemos hacer para mejorar?
210
Perdone a aquel
Que nunca le perdonaría.
Hay que mostrarse más grande que el otro frente a los conflictos más severos: tal es la lección implícita en este aforismo que nos invita a movilizar los recursos más exigentes del perdón.
211
Que un velo le lleve
Por donde sus pasos se pierden.
Existe siempre un modo de ir más allá de nuestras posibilidades, sobre todo cuando nos enfrentamos a límites que parecen infranqueables.
212
Agradezca a quien ama
Simplemente por existir.
No nos contentemos con estimar al otro por lo que nos aporta: démosle las gracias por ser como es.
213
Si llaman a su puerta,
Es porque la tiene cerrada.
Saber estar disponible para los otros implica una actitud de hospitalidad permanente, al tiempo que se eliminan todos los obstáculos, tanto simbólicos como materiales, susceptibles de dañar ese intercambio.
214
Hay menos virtud en la constancia
Que en la perseverancia.
Actuar siempre al servicio del amor, a pesar de las dificultades y de los fracasos, supone estar implicados en todo momento. Y esta implicación se asemeja más a la perseverancia que a la constancia, pues la primera contiene conceptos como la voluntad y el esfuerzo renovado de manera constante.
215
Haga de su yo
Un techo.
Acoger de forma espontánea y generosa al otro, con todas sus diferencias, constituye una de las principales reglas de la existencia.
216
El pan
No alimenta si no se comparte.
Quien se contenta con disfrutar él solo de sus bienes —materiales, intelectuales o espirituales— no saca de ellos todos sus beneficios. Y es que la vida es como la comida, que resulta más agradable si se goza de ella en compañía.
217
No copie de la urraca
Más que su elegancia.
Como nadie es perfecto, no todos los rasgos de los demás constituyen un buen ejemplo. De la misma manera, tampoco todo resulta despreciable. Así, de la urraca nos quedaremos con su parte más estética: su porte y su plumaje.
218
Encuentre la fuerza
De invitar al cuclillo.
Todos sabemos que el cuclillo es un pájaro que asalta el nido de otras especies para, tras haber destruido los huevos de sus legítimos propietarios, poner los suyos y dejar que estos los alimenten. ¿Es esta una razón suficiente para rechazar a quienes actúan de esta manera? No. La noción de acoger no conoce excepciones.
219
Aporte la misma felicidad
Que ofrecen los paisajes.
Irradiar tanto como nos irradian: tal es el significado de este aforismo, que nos invita a no guardarnos para nosotros solos todo aquello que nos gusta.
220
No confunda
Ser con tener.
El egoísmo es matador por naturaleza, pues niega simple y directamente al otro, e incluso su existencia.
221
Mida sus palabras
De acuerdo con sus silencios.
Las palabras nos involucran menos que nuestros actos y la convicción con la que actuamos.
222
Callar es decir
Mediante el silencio.
Como continuación del aforismo anterior, el ángel nos empuja a hacernos entender más mediante nuestros actos que a través de las palabras.
223
Su grito no se pierde
Mientras resuene su eco.
No debemos desesperarnos jamás, pues aunque nadie escuche nuestra llamada, alguien oirá, seguro, su eco.
224
Rezar es decir «sí»
A los sueños imposibles.
O: «La fe mueve montañas». Rezar significa creer sin rodeos, más allá de la razón.
225
También el hierro
Se doblega con el fuego.
Quien se involucra con fuerza y pasión puede lograr ablandar los corazones más duros, de la misma manera que ni siquiera el metal más duro puede resistir la llama que le abrasa.
226
De usted depende
Que el manantial fluya.
Las cosas nunca salen solas. El camino que se nos muestra aquí es el de comprometernos para alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto.
227
El perdón no cuesta nada,
Pero sí el volver a perdonar…
El perdón requiere una gran fuerza moral y espiritual; tal es así, que se nos exige que nos sometamos a él una y otra vez.
228
Hacer daño es, al menos,
¡Hacer algo!
No siempre logramos lo que nos proponemos, pero el fracaso no tiene, en sí, ninguna importancia, pues lo esencial es «repetir cien veces el trabajo para mejorar la obra», con una convicción y una esperanza constantemente renovadas.
229
Ninguna amapola
Es inútil.
La más pequeña de las flores es indispensable en el mundo… Incluso aunque pensemos que su ausencia no cambiaría nada. Del mismo modo, todo hombre y toda mujer…
230
¿Un pájaro azul? ¡Milagro!
Una hormiga también.
Todo lo que está vivo es un milagro que vuelve al milagro de la vida. Quien sabe maravillarse en todo momento de la magnificencia ha entendido bien el mundo.
231
Lo dicho, sólo un nombre
Hace que exista.
Nombrar es reconocer la existencia del otro, darle la parte de vida oficial a la que legítimamente tiene derecho.
232
Que el deseo tenga voz,
Cuerpo, sangre y alma.
Todo compromiso humano implica un compromiso total: físico, moral, intelectual y espiritual.
233
Sueñe
Con acciones.
Si el sueño le muestra el camino, sus acciones deben seguirlo necesariamente; si no, ¿de qué sirven los sueños?
234
Dar es bueno;
Ofrecer es mejor.
O: «La manera de dar es mejor que lo que se da». Al contrario de dar, ofrecer contiene una dimensión totalmente dinámica, sin la cual el regalo pierde su vocación de compartir.
235
El odio es
Que el amor está dormido.
Ir a rescatar el amor del fondo del odio es un ejercicio al que no estamos nada habituados. La tarea, ingrata a priori, se vuelve menos ardua con la experiencia. Pruebe y verá...
236
El sol ilumina,
Tanto como su llama ilumina.
No hay grandes y pequeñas existencias: cada una vale a su manera.
237
Huésped inesperado del otro,
El muérdago se convierte en regalo.
Acoger al parásito como a un huésped requiere menos sacrificio de lo que cree. La ocasión es perfecta para establecer una relación privilegiada con el que se impone y traspasar la frontera entre colono y colonizado.
238
¿Quién está ahí? Tú.
Tu yo, tu otro yo.
Ser uno mismo el que se observa, como si fuera otro, para poder considerarse con mayor objetividad permite escapar del inmovilismo.
239
La violencia del ángel
Para oponerse a su violencia.
Para responder a nuestros arrebatos y cóleras, el ángel no tiene a menudo otra alternativa que interpelarnos en el mismo tono. Esta es una buena manera de poder enfrentarnos a nuestros propios excesos.
240
En el espejo de una mirada
Se refleja su imagen hacia el otro.
Acoger es avanzar y compartir. La mirada nos sirve aquí como una lanzadera que recibe, a la vez que proyecta, unas premisas para que sea posible intercambiar y compartir.
241
¡Gracias!
¿Por qué?
Dar de forma totalmente espontánea no espera más que un eco: la felicidad del otro, que merece todos los agradecimientos del mundo. Teniendo en cuenta la imagen de los niños que salen corriendo, radiantes de alegría, tras recibir un regalo, sepamos así dar sin tener que esperar nada a cambio.
242
Tu vida es más que la vida:
Es la vida en mayúsculas.
Cada vida merece la pena ser vivida en toda la nobleza de su singularidad. El ángel nos lo recuerda a cada instante, cuando nos sitúa en el centro del mundo y de la creación.
243
Olvídese de usted
Para ser mejor.
Tenemos mucho que ganar si nos desprendemos de nuestro egoísmo, pues es en los terrenos del encuentro, del intercambio y del compartir en los que nos realizamos totalmente como personas. Sin ello nos consumiríamos a fuego lento.
244
Que su felicidad
No insulte jamás a nadie.
A menudo nuestras alegrías pueden parecer insolentes ante la desdicha de otros. Por esta razón, debemos hacer que nuestra dicha constituya una invitación, un ejemplo, y que jamás parezca un logro cuyo beneficio nos reservamos sólo para nosotros.
245
Ángel de terciopelo
Que a veces nos pincha...
Seres de amor, de dulzura y de abnegación, los ángeles también revolotean a veces sin hacer nada, pero no dudan en aguijonearnos para que volvamos al buen camino.
246
De la gravedad depende
Que comprenda a los ángeles.
¿Es imposible ver a un ángel? ¿Resulta difícil imaginarlo fuera de la iconografía tradicional? Pues bien, soñemos que —¡ellos!— se liberan de la gravedad...
247
Estar entre ángeles:
¡Que sea una orden!
No contentarse con la felicidad, sino obstinarse en construirla con los demás: tal es el sentido de este aforismo, que nos invita a involucrarnos en todo momento.
248
El ángel empuja con un ala
Y retiene con la otra.
Incitador a la vez que protector, el ángel no tiene rival a la hora de estimularnos para llegar al fondo de nosotros mismos, aunque a veces se arriesga a que choquemos con nuestros propios límites. Siempre se mantiene presente a nuestro lado para ablandarnos la caída y animarnos a que nos levantemos de nuevo.
249
Toda persona en apuros
Entristece a un ángel.
El ángel sabe muy bien que el camino es duro y que su compasión por nosotros es ilimitada.
Donde esté el ángel
Tiene un lugar.
La perfección natural del ángel podría hacernos suponer que el lugar que ocupa no será jamás el nuestro. Este aforismo nos invita a pensar lo contrario.
251
Libere al ángel
De su silencio.
La forma de expresión preferida por el ángel es el silencio... O, al menos, lo que nosotros consideramos silencio para no tener que prestar atención a sus mensajes. Aguzar el oído para escuchar su minúscula voz es darle la posibilidad de que entre en nosotros.
252
Todo ángel es un regalo:
Sea un regalo para su ángel.
La atención, la fidelidad y la constancia que el ángel pone a nuestro servicio constituyen un regalo inestimable. No seamos avaros y actuemos de manera que también nosotros le devolvamos esos favores.
253
No destruya
La invitación de los ángeles.
Los ángeles no cesan de invitarnos a gozar de la felicidad. No debemos declinar su oferta por negligencia, desinterés o desgana. Al contrario, debemos alegrarnos de su llamada y aceptarla a cada instante.
254
Su pupitre está también
En la escuela de los ángeles.
Al igual que un escolar, el ser humano no deja de aprender a lo largo de su existencia. Y entre las numerosas «materias» del programa se encuentra el camino de perfección que enseñan los ángeles.
255
No se jacte jamás
De ser el amigo de los ángeles.
Ser amigo de gente buena no significa obligatoriamente que nosotros seamos buena gente. Así pues, no tenemos ningún derecho a jactarnos de los amigos que nos son dados, ¡y mucho menos en lo que respecta a los ángeles!
256
Todo ángel
Perturba.
La vocación del ángel no es la de hacernos caricias en el pelo, sino la de incitarnos constantemente a actuar para alcanzar de forma plena nuestro potencial espiritual.
257
Nadie le conocerá jamás
Tan bien como su ángel.
Mejor que cualquiera y que nosotros mismos, el ángel sabe quiénes somos, cuáles son nuestros puntos fuertes, nuestras debilidades y nuestras cualidades innatas. Por eso, podemos tener toda la confianza en él, incluso aunque las orientaciones que nos sugiera a veces nos parezcan alejadas de nuestras posibilidades.
258
Quien ha creído
Creerá.
Con sentido del humor, este aforismo recuerda el famoso proverbio: «El que ha bebido, beberá», para decir que lo único que se puede hacer es sacar ventaja de la constancia, incluso si el camino nos parece a priori demasiado arduo.
259
Bendita
La cólera del ángel.
La dulzura innata del ángel oculta una gran fuerza y convicción, de modo que a veces nos resulta tan punzante como la punta de un arma y tan afilada como el filo de una navaja que remueve y despedaza nuestras convicciones más obstinadas para que elijamos el camino que creemos mejor.
260
Si el ángel es espíritu,
Sea el espíritu del ángel.
Entre el ángel —ser espiritual en esencia— y el ser humano, el vínculo se halla en el espíritu, en la doble acepción intelectual y espiritual del término. Por eso, se puede producir la fusión.
261
¿Perdido?
Pregunte al ángel.
Sea desde un punto de vista geográfico (no se puede encontrar el camino), psicológico o espiritual (uno ya no sabe dónde se halla), el ángel pone remedio a nuestro sentimiento de estar perdidos al ofrecernos las respuestas que nos permiten «situarnos» mejor. Así pues, pidámosle siempre ayuda...
262
Forje su felicidad
Teniendo en cuenta al prójimo.
No existe verdadera felicidad si no se comparte: he aquí el sentido simple y profundo de este aforismo que no se limita a animarnos a compartir la felicidad con el prójimo, sino que también nos invita a hacer felices a los demás.
263
En el corazón de la música
La palabra de los ángeles.
Igual que la música le debe mucho al silencio, que le sirve de caja y con el que juega a dúo, la existencia del hombre es inseparable de la de los ángeles, cuya forma de expresión no es otra que el silencio.
264
Si el ángel está en silencio
Es para ofrecerle el mundo.
El silencio del ángel es un retiro voluntario para permitirnos construir y construirnos. De este modo, se producirá el advenimiento de un mundo mejor, cuya creación forma parte de nuestra misión.
265
Nunca está solo
Quien acoge a los ángeles.
Más allá de la pertenencia a la comunidad de los ángeles que implica toda actitud de acogida, la apertura sin reservas al mensaje de los ángeles nos permite vencer las barreras que nos separan del prójimo y, por tanto, nos permite establecer un contacto privilegiado con el otro.
266
¿Tiene miedo?
¡Mejor!
Aunque el temor a lo desconocido nos hace huir, a menudo nos empuja también hacia el futuro. Sepamos, pues, utilizar este sentimiento como lo que es: un excelente trampolín hacia la acción.
267
En escultura,
La arena se convierte en piedra.
Poco importa el futuro de nuestras creaciones: el gesto, la intención, es lo que realmente cuenta.
268
¿Necesita pegar?
¡Invéntese un tambor!
La cólera y la violencia forman parte de la naturaleza humana. Sin embargo, no hay motivos para sucumbir a ellas, excepto para crear el instrumento que desvíe nuestros propios golpes y los de los demás.
269
Incluso el ciego
Puede rebelarse viendo.
Sean cuales sean nuestras carencias y límites, existe siempre un modo de alcanzar nuestros sueños. El obstáculo juega entonces el papel de catalizador.
270
Protegerse
Es a veces esconderse.
Este aforismo nos recuerda que si nos abandonamos con demasiada facilidad al confort de la seguridad, nos encerramos en una cotidianidad estéril, aislados de toda realidad.
271
Un solo deber:
La búsqueda…
Ir hacia donde nos empujan nuestras ambiciones humanas más nobles: este es el camino que debemos seguir, el único capaz de desviarnos de la espera para llevarnos a encontrar las respuestas a nuestras preguntas.
272
Más vale una campana
Que cualquier reloj.
Liberémonos de la esclavitud del tiempo que nos marca el apresurado ritmo de nuestras pequeñas obligaciones y optemos por periodos más largos en los que nos podamos dejar guiar por lo esencial.
273
Cuando el ángel le dice: «Ven…»,
Le dice también: «Ve».
La llamada del ángel es una invitación al compromiso, y no sólo al encuentro. Implica, pues, voluntad y acción.
274
No tema: haga su nido,
Disperso, como los ángeles.
Aferrarse a un bien o a un lugar, o estancarse en lo seguro para protegerse de lo desconocido no son actitudes que le harán sentir cómodo. Por el contrario, abandonar los miedos nos permite sentirnos bien en todo momento y lugar y nos ofrece la oportunidad de renacer ante nosotros mismos y el mundo.
275
El ángel se esconde
Como un tutor humilde.
El papel del ángel es aconsejar, enseñar e indicar la dirección correcta antes de retirarse, para dejar que actuemos libremente.
276
El ángel sabe con certeza
Lo que el hombre presiente.
En materia de ética y de espiritualidad poseemos todo el conocimiento implícito de lo esencial. El camino para llegar es distinto para cada uno: unas veces es más fácil, otras lo es menos. Confiemos en nuestra intuición.
277
El ángel no oye
Nuestras provocaciones.
Llamar al ángel, intimidarle e interpelarlo violentamente no suele funcionar nunca, ya que su bondad y su paciencia son muy grandes.
278
Quien hace el ángel
No puede volver a hacerse el tonto.
Contrariamente a «Quien hace el ángel, hace el tonto», este aforismo nos recuerda que quien ha conocido lo bueno ya no puede volver atrás.
279
¿Cómo escribe la palabra ángel?
Con dos... ¡alas!
Aparte del juego de palabras sobre su aspecto tradicional, esta imagen nos da a entender que el ángel es ángel por la convicción de su compromiso y, por ello, escapa naturalmente de la gravedad. Tomémosle pues como modelo.
280
Depende de usted
Que el ángel se revele.
El ángel no se oculta en ningún momento, incluso ante aquellos que obstruyen su mensaje.
281
Los aporreamientos,
Sólo para el inicio de un espectáculo.
Acabar con la violencia en favor del juego y de la creación (en este caso, el teatro): este es el sentido de este aforismo.
282
Los ángeles bien saben
Que la muerte es un engaño.
Abandonemos el legítimo miedo de nuestra aparente finitud aceptando la difícil evidencia que nos confía el ángel, y nuestra existencia cotidiana se verá transformada.
283
Decía con tristeza:
«He herido a mi ángel...».
Preocuparnos por los demás, y en particular por el ángel, en todas nuestras acciones es una de las reglas fundamentales de nuestra existencia.
284
¿El arma de los ángeles?
Una suntuosa orquesta.
Los ángeles basan su fuerza de persuasión en el amor, la belleza y... la música. Esa es su única y terrible «violencia».
285
Ningún ángel, jamás,
Es sorprendido durmiendo.
Contrariamente al hombre que, por muy atento que esté en la realización de su misión, puede distraerse, el ángel no baja jamás la guardia.
286
Quien hace reír a un niño
Conoce mejor a los ángeles.
La espontaneidad y franqueza de las alegrías infantiles son, sin duda, una buena imagen de lo que son los ángeles.
287
«¿Subir?», dice usted.
«¡Trepar!», dice el ángel.
A la noción estática de la elevación, el ángel aporta un concepto más dinámico que exige una implicación personal. Su realización tiene mucho valor, ya que supone atención, esfuerzo, voluntad y perseverancia constantes.
288
Róbele una pluma al ángel
Para escribir su vida.
Inspirarse en el ángel para conducir su vida por los caminos de la trascendencia: tal es el significado de esta metáfora.
289
Siempre más, siempre mejor,
Es posible con el ángel.
Tropezamos con nuestros propios límites sin cesar. La intervención del ángel nos permite superarlos y avanzar hasta donde nos parecía impensable.
290
El ángel nunca se va
Y nunca vuelve.
Característica del ángel es su presencia permanente a nuestro lado.
291
Sean cuales sean nuestras desviaciones,
El ángel mantiene siempre la confianza.
Somos seres débiles por naturaleza y, como tal, a menudo creemos que no podremos lograr los objetivos que nos hemos propuesto. Poco importan esos momentos de desánimo: el ángel, que nos conoce mejor que nosotros mismos, está ahí para recordarnos nuestras posibilidades reales.
292
El rocío de la aurora
Es como el plumaje de un ángel...
La belleza de un nuevo día es tan pura, tan fuerte y tan impregnadora que se asemeja a un ángel.
293
¿Y si su sombra fuese
El hogar de su ángel?
Siempre a nuestro lado, el ángel bien podría anidar en nuestra sombra, nuestra compañera inseparable.
294
Siempre sabe el ángel
Cómo debe pedir.
El ángel nunca ordena, pues prefiere vernos elegir libremente la ruta que nos indica con amor y constancia. Una manera de ser y de hacer que debería servirnos de inspiración.
295
Es más fácil subir
Que caer, piensa el ángel.
Atados como estamos a la gravedad —tanto en el terreno físico como en el ético y espiritual—, tenemos la mala costumbre de pensar que la caída es más dura que la ascensión. El ángel está ahí para recordarnos que esta visión de la realidad es errónea.
296
Un ángel vale un ángel,
Pero el suyo es único.
Aunque todos los ángeles se parecen, el nuestro —porque está destinado a nuestra protección y asistencia— es totalmente distinto al de los demás... De la misma manera que la rosa del Principito no se parece a ninguna otra.
297
La verdad se descubre también
Con los ojos cerrados.
No caigamos en las apariencias: la reflexión y la meditación también nos abren puertas.
298
Cada una de sus alegrías
Alegra a su ángel.
No es sólo una cuestión de ángeles el saber alegrarse de la felicidad del otro. Quien sabe abandonarse a ese sentimiento vive su existencia de forma más llena, rica y satisfactoria.
299
Cada lágrima del ángel
Se transforma en plegaria.
Cuando nos apenamos y sufrimos, nos encerramos en nosotros mismos. Sin embargo, el ángel nos enseña que la plegaria puede ser la vía para una nueva expansión.
Lo que le ofrece al otro
Se lo da al ángel.
Debido a que el ángel comparte totalmente nuestra dicha, puede alegrarse de los regalos que hacemos a los demás... Y considerar legítimamente que esa donación hecha al otro va, al mismo tiempo, dirigida a él.
301
Deje que el ángel se ocupe de valorar
Y dedíquese a actuar.
La vida es demasiado corta para pesar cada una de nuestras acciones; además, no estamos lo suficientemente bien situados para apreciar su valor. Actuar según nuestras decisiones, sin mayores preocupaciones, es mucho más importante que hacer balance.
302
Quien siembra sin contar
Da de comer a los ángeles.
Dar sin esperar nada a cambio y compartir todo lo posible con los demás llena de alegría al ángel, que literalmente se alimenta de esos gestos.
303
El regalo que le hace el ángel:
Convertirse en uno mismo.
Realizarnos completamente mediante la concreción de nuestras elecciones éticas y espirituales nos permite coincidir con nosotros mismos. Siguiendo los consejos del ángel, podemos convertirnos en lo que deseamos ser.
304
No deje al ángel
Actuar por usted.
Este clarísimo mensaje retoma, bajo otra forma, la máxima «Ayúdate para que el cielo te ayude».
305
No sea un espectador
En el festival de los ángeles.
El benévolo universo de los ángeles no debe parecernos un sueño inaccesible, ya que es un mundo al que estamos invitados en todo momento.
306
Si supiera
¡Cuánto le necesita el ángel!
El ángel es tan dulce, tan humilde y está tan implicado en su misión que requiere de nuestra completa convicción y total compromiso para poder ser feliz. Si le damos la espalda, es inevitable que se sienta rechazado.
307
Acepte las herramientas
Que le propone el ángel.
El ángel no nos aconseja nunca sin mostrarnos el modo para lograr la transformación. Y ese modo está en nosotros, pero es tarea nuestra identificarlo y utilizar sus posibilidades de la mejor manera.
308
Sentado en el horizonte
El ángel siempre atrae.
Como la línea del horizonte, que retrocede a medida que avanzamos, el ángel nos invita a seguir nuestra búsqueda más allá de cualquier límite, pues con su presencia vencemos nuestros miedos y fatiga.
309
Nuestra aventura empieza
Tras las huellas de los ángeles.
La más bella aventura que jamás se nos ha ofrecido es, sin ninguna duda, la que nos proponen los ángeles, puesto que nos abre las puertas del infinito.
310
El ángel no tiene orgullo:
Tenga el orgullo de ser un ángel.
Entregado por completo a nuestro servicio, el ángel actúa en nuestro favor únicamente para permitirnos alcanzar el paraíso al cual aspiramos. Esta misión es su único objetivo y su éxito no deja lugar al orgullo. Si seguimos el proyecto de parecernos a ese mensajero, pronto nos daremos cuenta de que nuestro orgullo pierde fuerza con gran rapidez.
311
Ángel: primer auxilio
Y último recurso.
En el vaivén de decisiones que suele caracterizar nuestra existencia, el ángel es el punto de apoyo con el que siempre podemos contar.
312
¿Está sordo?
¿Y bien?
No es suficiente con taparse los oídos para no escuchar el mensaje del ángel, pues lo esencial va más allá de las palabras.
313
Equipaje,
¿Para qué?
Lo que realmente necesitamos no son las cosas, sino aquello que llevamos con nosotros fruto de nuestras experiencias. Ir cargados de equipaje sólo obstaculizaría nuestro caminar.
314
Reserve de cada ganancia
Una parte para su ángel.
Es rico aquel que comparte. Quien se lo guarda todo para sí mismo no piensa en otra cosa que en poseer.
315
Semillas de diente de león,
¿Metáfora de los ángeles?
El mensaje de los ángeles puede compararse con esas semillas que, con una simple brisa de aire, se dispersan por el horizonte, multiplicando así las posibilidades de germinar.
316
Ninguna barrera
Limita la libertad de los ángeles.
Contrariamente a los hombres, cuya existencia está repleta de limitaciones, los ángeles burlan todos los obstáculos y fronteras.
317
A la hora de decidir,
Elija lo mejor de usted mismo.
No es el interés personal lo que debe guiarnos en nuestra cotidianidad, sino todo aquello que revele y mejore nuestros aspectos más nobles.
318
No mida su camino
Por las piedras en las que ha tropezado o por aquellas que ha ido superando.
No debemos dejarnos vencer por los obstáculos o dificultades que encontramos. No importa si el camino recorrido es muy largo, sino su calidad.
319
Si fuera otro,
¿Sería realmente mejor?
No digamos que nuestra personalidad, carácter o manera de ser nos imponen límites, ni utilicemos esto como pretexto para soñar con un «cambio de piel». Hagámoslo lo mejor que podamos con lo que somos.
320
Una sonrisa
Da color al cielo gris.
No hay situación tan triste que no pueda ser iluminada con el regalo de una sonrisa.
321
Exhalaciones angelicales
A la sombra del manzano.
Aprendamos a saborear el perfume de las flores y las frutas tal como son: unos inestimables pasaportes para lo inefable.
322
Ámese,
El cielo le amará...
Volviendo a la máxima «Ayúdate para que el cielo te ayude», este aforismo nos recuerda que el respeto y el amor por uno mismo constituyen la mejor manera de avanzar felizmente y el mejor trampolín para encontrar al otro.
323
¿Y si la miel fuese
Palabra de ángel?
Entre los alimentos más exquisitos de palacio, la miel puede considerarse —de manera simbólica— un maná angelical.
324
El ángel sabe mejor que usted
Hasta donde puede llegar.
El ángel tiene de nosotros un conocimiento tan claro y profundo que jamás nos llevaría por donde no pudiésemos ir, aunque a veces estemos convencidos de que no podremos emprender el viaje al que nos invita.
325
Confiar en el ángel
Es confiar en uno mismo.
Podemos recurrir al ángel porque creemos en nosotros y en nuestra capacidad de superación. Concedámonos, pues, el privilegio de esta seguridad.
326
Meta en su yo
Todos los nosotros del mundo.
No nos encerremos en la soledad o en el egoísmo. Abrámonos de forma permanente hacia los demás y el mundo: tal es el sentido de esta proposición, que nos solidariza con los demás.
327
«Se lo ruego,
Sea totalmente usted mismo», dice el ángel.
Una de nuestras mayores misiones es la de realizarnos plenamente, para ser finalmente responsables absolutos de nuestros actos y decisiones.
328
Benditos los ingenuos
Que pueden creer en los ángeles.
No hay que tomar aquí ingenuo en su sentido negativo, sino al contrario, con una óptica de apertura y disponibilidad totales. Podemos descubrir así verdades fundamentales que, por naturaleza, escapan a toda razón.
329
El ángel se detiene siempre
Ante su libre conciencia.
El ángel no quiere en ningún momento que nos traicionemos, por lo que prefiere un acuerdo, fruto de nuestra libre actuación. Siempre es posible, pues, no seguir el camino que se nos muestra.
330
No deje que se apague
Lo que crea que puede vivir...
Todos somos responsables de todas las formas de vida, sobre todo de aquellas que requieren de nuestra atención para sobrevivir.
331
La cuadratura del círculo
No es problema para el ángel.
No lo olvidemos jamás: el ángel se ríe de lo imposible.
332
El ángel, bailarín,
Le enseñará los pasos.
Nada de lo que creemos que es difícil de lograr —como el equilibrio perfecto sobre las puntas de los pies— nos será negado si confiamos en el ángel.
333
«Aburguesarse», dice el ángel,
«Y despojarse también».
Tan importante resulta desarrollar nuestros dones y reforzar nuestra conciencia, como saber abandonar lo inútil y superfluo para entregarse plenamente al amor y a nuestro proyecto espiritual.
334
El ángel hace milagros
Que ni loco creería posibles.
Seamos lo suficiente irracionales para creer en el formidable poder de los ángeles y compartir con ellos un futuro increíble a priori.
335
El ángel es muro y ventana:
Una casa abierta a...
Con su presencia y sus consejos, el ángel nos proporciona las herramientas necesarias para acabar con nuestros miedos y temores. Pero, a la vez, nos libera hasta el punto de permitir que nos abramos a los demás y al mundo.
336
En la hoguera del amor,
El ángel prepara su llama.
Nada es más simple que el amor; tampoco nada es tan complicado. Fuente inagotable de amor, el ángel nos ofrece sin restricciones esta materia prima.
337
El ángel disfruta siempre
Riéndose con su risa.
El ángel comparte nuestras penas, pero también nos acompaña en nuestras alegrías, y hace que resuenen en un intercambio perfecto.
338
En medio del túnel,
Un ángel siempre en vela.
Ninguna situación puede ser tan desesperante que nos deje completamente desprotegidos, pues el ángel siempre está vigilando...
339
El ángel es cerrajero
A la vez que embajador.
Para acceder a nosotros, entregarnos su mensaje y tratar de convencernos, el ángel utiliza indistintamente la llave o la diplomacia, dos métodos complementarios...
340
Si el ángel abre las alas,
Parece un corazón.
¿Puede haber una imagen más explícita?
341
El ángel toma mil formas
A orillas del camino.
Saber reconocer la presencia del ángel en el azar que marca nuestra existencia: tal es el significado de este aforismo que nos tranquiliza en cada instante de nuestra vida.
342
El ángel se rasguña
Por cada niño que encuentra.
Maestro de compasión (en el sentido inicial de la palabra latina, «con pasión»), el ángel comparte íntimamente cada episodio de nuestro camino, con una implicación tal que la víctima resulta inocente.
343
Un guijarro en la arena:
¿Y si fue un ángel?
La presencia de un solo guijarro en una playa de arena constituye tal anomalía que es difícil pensar que no sea un mensaje. ¿No utiliza el ángel este tipo de signos para acercarse a nosotros?
344
El sol puede ser para el ángel
Un simple aro.
Entre las manos del ángel, incluso el sol puede transformarse en un simple juguete. Esto significa que, en su universo, lo extraordinario puede convertirse en cotidiano.
345
No es descanso para el ángel
El dejar de actuar.
El ángel es activo por naturaleza. El descanso —o lo que nosotros apreciamos como descanso— da paso en realidad a un atento y silencioso estado de vigilia. El ángel nunca descansa.
346
«Despojarse», dice el ángel.
«La desnudez propicia el amor».
Jugando con el doble sentido físico y espiritual de la desnudez, este aforismo nos recuerda que no podemos abandonarnos totalmente al amor si antes no nos olvidamos de todos los obstáculos, ya sea la ropa, el orgullo, el egoísmo o el miedo.
347
El ángel, depositario,
Lega todas sus pertenencias.
Rico en los tesoros que le ha otorgado la divinidad, el ángel no es, sin embargo, su depositario. Más bien todo lo contrario, pues su vocación es ofrecerlos para compartirlos.
348
Por grandes que sean los ángeles,
No son más que embajadores.
No hay que confundir a los ángeles con el Creador. Jamás. Tal es el sentido de este aforismo, que nos recuerda, además, que su función es la de ser mensajeros de la Buena Nueva.
349
Apuéstelo todo
Por la promesa de un ángel.
El ángel jamás miente ni reniega de su palabra.
No deje que los ángeles
Le hablen al vacío.
Los ángeles no están hechos para predicar en el desierto. No prestar atención a su mensaje es privarse de la gran oportunidad de ser plenamente hombre o mujer.
351
¿Cuál es su mensaje
Para el ángel mensajero?
Siguiendo la lógica del aforismo anterior, recordemos que el mensaje del ángel requiere a cambio la implicación humana con una plegaria o una respuesta de compromiso.
352
El ángel no tiene
Más que buenas palabras.
¿Alguien ha visto jamás a un ángel divulgar palabras de maldad o de tristeza, excepto para hacernos partícipes de su pena al vernos extraviados por el mal camino?
353
Agarre bien
El testigo que le da el ángel.
Intermediario entre el hombre y el Creador, el ángel actúa como el corredor de relevos, cuyo testigo constituye un rasgo de unión simbólico.
354
Ningún ángel puede
Ganar la carrera solo.
Sin nuestra respuesta activa a sus consejos, el ángel no tiene la posibilidad de conducirnos por donde quisiera que fuéramos. Nuestra participación es, pues, indispensable.
355
A la vanguardia de uno mismo,
Siempre...
Todos nuestros esfuerzos nos recompensan haciéndonos constatar que somos capaces de redimirnos, hasta el punto de parecernos a la vez a otros y a nosotros mismos, aptos para resurgir una y otra vez.
356
No basta con que haga buen día;
También hay que poner el sol.
El mundo no está completo si cada uno no estampa su propio sello.
357
¿Qué dice su ángel?
Le devuelve sus palabras, que antes le había susurrado.
Intercambiar y compartir de esa forma tan completa que sólo proporciona la total disponibilidad del amor: he aquí el único diálogo útil, tanto con los otros como con su ángel.
358
Tenga cuidado con el eco de sus palabras,
Que les da sentido.
Debemos tener cuidado con nuestras palabras, para que no sean entendidas en un sentido distinto al que pretendíamos, ya que podrían herir, sin que esa hubiese sido nuestra intención.
359
Que ningún sufrimiento
Debilite jamás su amor.
Incluso si estamos heridos por la vida, debemos permanecer siempre abiertos a los demás y al amor, a pesar de las tentaciones de hundirnos en la animosidad, la rebelión o la indiferencia.
360
Que quien llame a la puerta
Acoja.
El huésped no es sólo el que recibe, sino también el que es recibido, que debe aportar el mismo espíritu de ofrecimiento y estar dispuesto a dar tanto como recibe.
361
Al lado de la chimenea,
La vida es recuerdo y es futuro.
No encerrarse en la nostalgia del pasado ni renunciar tampoco a los placeres que nos aporta, es vivir el presente en su totalidad, con su doble componente del ayer y el mañana.
362
El instante es como un diamante:
Una joya en bruto y a la vez tallada.
El instante no se resume sólo en aquello que vivimos, sino que se prolonga e influye en el futuro. En este sentido, todo es a la vez finito e infinito, experiencia concreta y generador de historia.
363
El ángel jamás
Hace oídos sordos.
Siempre atento, el ángel no es avaro ni con su tiempo ni con su disponibilidad. Para constatarlo, sólo hay que aguzar el oído.
364
El ángel
Desconoce el sueño.
La misión del ángel no es sólo la de ser, sino la de estar ahí siempre y en todo momento, motivo por el cual desconoce el sueño.
365
Alargue el brazo, abra la mano:
Permita que los ángeles existan.
De la misma manera que los ángeles vienen constantemente a nuestro encuentro, recibámosles sin rodeos para que puedan nacer ante el mundo.