CLASIFICACIÓN Y ORIGEN

Estudios recientes sobre el ADN y el RNA, es decir, sobre el material genético de los conejillos de Indias podrían poner en duda la pertenencia de las cobayas al orden de los Roedores; no se excluye que en un futuro estos animales se agrupen en un nuevo orden de mamíferos.

Al mismo suborden de los conejillos de Indias (Histricomorfos) pertenecen también dos especies de roedores criados como mascotas: la chinchilla (Chinchilla laniger) y el degu (Octodon degus), un roedor chileno, ambos originarios de Suramérica. A diferencia de los conejillos de Indias, tienen cola y son animales muy ágiles. Tienen en común con el conejillo de Indias que sus crías son precoces y nacen cubiertas de piel y con los ojos abiertos.

El origen de los conejillos de Indias no está totalmente claro. Mientras algunas especies (entre las que se encuentra la Cavia aperea y la Cavia tschudii) todavía están difundidas en la naturaleza, no sucede lo mismo con la Cavia porcellus, de la que no se conocen con certeza sus antepasados: se supone que desciende de una de las especies de conejillos de Indias salvajes o de algún híbrido de este.

El conejillo de Indias, originario de los altiplanos andinos, está recubierto por un espeso pelaje que lo protege de las rigurosas temperaturas nocturnas

Los conejillos de Indias han sido seleccionados en una gran variedad de colores y mantos

CLASIFICACIÓN

Reino

Animal

Filo

Chordata (cordados)

Subfilo

Craniana (vertebrados)

Clase

Mamíferos

Subclase

Terios (mamíferos vivíparos)

Infraclase

Euterios

Orden

Roedores

Suborden

Histricomorfa (parecido al puerco espín)

Familia

Caviidae (roedores suramericanos sin cola con un par de mamas y 4 dedos en las extremidades anteriores y 3 en las posteriores)

Subfamilia

Caviinae (extremidades y orejas cortas y cuerpo macizo)

Género

Cavia

Especie

Cavia porcellus (a veces aparece como C. aperea porcellus)

 

EL NOMBRE

El término cobaya procede de la palabra portuguesa cobaia, que aparece a mediados de 1600 en Brasil y se encuentra en el latín científico como Cavia cobaya, probablemente del tupí sabuya.

El conejillo de Indias ha sido tan utilizado en los laboratorios científicos que las palabras cobaya o conejillo de Indias se han hecho sinónimos de animal de experimentación.

La expresión conejillo de Indias deriva, probablemente, del hecho de que el cuerpo achaparrado de este animal recuerda al de un conejo. Además, la cobaya se utilizaba en la alimentación, mientras que Indias hace referencia al origen «exótico», suramericano, de este animal.

En inglés la cobaya se llama también Guinea pig («cerdo de Guinea»). El término pig es el equivalente al español cerdo. Más oscuro es el origen de de Guinea; se han planteado distintas hipótesis para explicarlo. Según algunos deriva de Guyana, país de Suramérica, y según otros, de la Guinea africana, ya que las naves que se dirigían de Europa a Suramérica hacían escala en Guinea y se pensaba que los conejillos de Indias eran originarios de este país. Otra hipótesis es que el término deriva de la expresión inglesa del siglo XVI pig coney o coney pig (en la que pig coney significa «conejo»). Asimismo, otras personas consideran que el nombre procede de la guinea, moneda que se usaba para vender conejillos de Indias en Inglaterra.

El conejillo de Indias fue importado a Europa en el siglo XVIII por los holandeses

La domesticación de los conejillos de Indias es muy antigua; según algunos autores, se puede remontar hasta unos 3.000 años. Los incas los criaban para alimentarlos y sacrificarlos a los dioses, y en muchas zonas de Suramérica se utilizan todavía hoy como alimento. En el siglo XVIII, el conejillo de Indias fue importado por exploradores holandeses a Europa, donde se crió sobre todo como animal de compañía y exhibición, pero también, posteriormente, como animal de laboratorio.

Los conejillos de Indias domésticos presentan una notable variedad de mantos y de colores que no existe en los conejillos de Indias salvajes, cuya coloración gris-marrón (llamada agutí) tiene una función mimética.

El entorno en el que han evolucionado los conejillos de Indias son los altiplanos herbáceos de los Andes, en Suramérica, a una altitud que puede llegar a los 4.200 m. La proximidad del Ecuador hace que no existan diferencias estacionales relevantes en la temperatura diurna: se mantiene siempre moderada, debido a la elevada altitud y el clima muy seco. Durante las noches, en cambio, la temperatura desciende mucho. Los conejillos de Indias se han adecuado perfectamente a este clima, desarrollando un cuerpo macizo y compacto, cubierto por un pelaje espeso y dotado de extremidades cortas, de forma que pierden el mínimo calor corporal en las frías noches andinas. Como la temperatura nunca sube mucho, ni siquiera durante el día, los conejillos de Indias no tienen ningún mecanismo para disipar el calor, y, por lo tanto, están muy indefensos ante los golpes de calor, a los que pueden verse sometidos en nuestro clima.