Comprar en máximos históricos significa adquirir un valor cuando es más caro de lo que ha sido nunca. Es decir, cuando su precio ha subido más de lo que lo había hecho en cualquier otro momento de la historia de la cotización de una determinada compañía. Aunque para muchos inversores, que se han pasado la vida invirtiendo en empresas que bajan, esta afirmación puede ser muy sorprendente, es la base de mi estrategia. Comprar en máximos históricos significa rodearse de todos los que están ganando y, por tanto, entrar a formar parte de ese exclusivo grupo de operadores exitosos. De esta manera, te puedes asegurar una ubicación privilegiada, te puedes situar entre los mejores. Todos los que están en ese valor en ese momento, están ganando.
Para escoger los valores en los que entrar hay que hacer un cuidadoso análisis que permita ratificar que se encuentran en máximos históricos. Además, para poder afirmar que una acción está subiendo, considero que es necesario que se sitúe en máximos. Si no es así, simplemente se está recuperando de una caída y, por tanto, es precipitado abrir posiciones.
No ha de ser un hándicap para ningún inversor encontrar acciones en máximos históricos. En cualquier momento de la historia bursátil hay acciones que se sitúan más arriba que nunca. Aplicando la lógica, se encuentra sentido a este razonamiento, aun en la peor situación económica y social posible habría empresas que subirían. Nos podemos poner en la peor situación posible, si mañana estallara la tercera guerra mundial habría compañías sanitarias (farmacéuticas, por ejemplo), armamentísticas o vinculadas a la aviación, por mencionar algunos sectores, que tendrían acciones en tendencia alcista y que, posiblemente, sus cotizaciones se situarían en máximos históricos.
En definitiva, el que yo base mi estrategia en la compra de valores en máximos históricos tiene un porqué que podrás comprobar a base de experiencia. Los precios que están subiendo suelen continuar la misma tendencia. En cambio, aquellos que dibujan una línea descendente, suelen bajar más todavía.
Escucharás millones de sistemas bursátiles, métodos de inversión, estrategias, tipos de análisis: técnico y fundamental. Habrás oído hablar también de robots que automatizan las operaciones, de programas informáticos de última generación que funcionan casi a la velocidad de la luz, etcétera. Yo sólo te recomiendo que busques dónde están todos los que ganan y dejes que trabajen por ti de la misma manera que lo hacían los inversores exitosos hace 100 años.
En la inversión bursátil existen un sinfín de analistas, ciudadanos que invierten por los gráficos, por análisis fundamental (por el dividendo, el PER, por si la empresa obtiene beneficios o no). Además, hay también robots que realizan autónomamente las gestiones y toda la operativa y complejos sistemas informáticos que ofrecen la posibilidad de realizar centenares de operaciones en un solo segundo.
Yo tengo una estrategia muy sencilla y, a la vez, lógica, busco dónde están todos los que ganan y, en ese momento, es cuando invierto. Y esta situación se produce, obviamente, cuando una acción está en máximos históricos. No utilizo datos de análisis fundamental. Mi estrategia es más práctica, analizo dónde se ubican todos los que trabajan en la City de Londres, en Nueva York en Wall Street, en definitiva, dónde se ubican los miles de personas que han estado estudiando las compañías durante mucho tiempo con diferentes tipos de análisis y técnicas y, a partir de eso, han tomado posiciones. Cuando detecto dónde se han ubicado, dónde han invertido ellos el dinero, me pego a ellos, a los ganadores. No es necesario que yo analice todos los datos económicos que genera cualquier compañía y las circunstancias y contexto en el que se desarrolla una determinada empresa. Ya lo han hecho otros por mí.
El análisis técnico compila precisamente esto y es el resultado de los precios de todos los participantes profesionales o no y se refleja a través de un gráfico.
Mi metodología se apoya en las conclusiones de los miles de profesionales que trabajan pegados a la bolsa. Financieros que seleccionan buenos valores en los que invertir y tiran los precios hacia arriba cuando han encontrado un gran valor en cualquier mercado del mundo. Así, cuando pasan por máximos históricos, que han de pasar si quieren subir la cotización del valor, nos avisan a todos con el sonido peculiar de que otra gran acción quiere ir más alto si cabe. Gracias a ellos, en los últimos años hemos tenido más de 4.000 acciones espectaculares de las más de 120.000 cotizadas en el mundo. Un 2,5 % de acciones buenas que no se nos han escapado.
Una vez detectada la acción en máximos, se ha de esperar que el valor haga un gran movimiento ascendente. Esto es lo que buscamos los grandes operadores y que ahora quiero trasladarte a ti. De esta manera, podremos obtener pérdidas pequeñas o grandes movimientos en nuestro favor si la operación sale como habíamos previsto. Siempre ha habido, hay y habrá empresas cotizadas que vayan a hacer un gran movimiento unas semanas, meses o incluso años después. Encontrar estas posibles operaciones es más gratificante, casi, que luego estar en ellas.
Una vez definido el tipo de empresas a adquirir, muchos operadores quieren comprar un gran número de acciones. De hecho, la mayoría de los inversores consideran que esta cifra es verdaderamente lo más importante. Os aseguro que esto es una cuestión sin importancia. El número de acciones no te hará ganar o perder, lo que lo definirá será el montante de la operación. Quinientas acciones a 4 euros es igual que tener sólo 4 acciones a 500 euros. En ambos casos, el inversor ganará el mismo capital si sube una determinada rentabilidad. No lo será por tener 4 acciones o 500, lo será porque ha hecho una inversión de 2.000 euros y su rentabilidad dependerá de dicha inversión.
Cuando un operador compra una compañía que lleva racha de romper máximos históricos, adquirirla barata será difícil, por no decir imposible. Por eso deberá comprar un buen valor a un precio bueno.
En definitiva, cuando vayas a comprar acciones tienes que pensar en términos de inversión y no en el número de acciones que adquirirás. Muchos operadores prefieren comprar 500 acciones a 10 euros, que 10 acciones a 500 euros, cuando en realidad en ambos casos están haciendo una inversión de 5.000 euros y es a partir de aquí que se debe contar cuánto ganarán. Piensa, por tanto, en términos de inversión monetaria independientemente del número de acciones.
Los ganadores somos capaces de esperar hasta dos y tres meses aguardando el momento adecuado para entrar. Cualquier inversor principiante pensará que esto es impensable para él, ya que puede interpretar que necesita hacer operaciones prácticamente cada día para tener la sensación de que opera en bolsa y poder ser rentable semana tras semana.
El operador avanzado sabe que esperar dos o tres meses la señal adecuada de entrada no es tanto tiempo cuando está vigilando cientos de acciones. Prácticamente cada día hay varias señales buenas de varios valores. Aunque sea un operador de largo plazo, siempre debo esperar el momento exacto para la entrada.
Si tú te estás introduciendo en estos momentos en el sector de la bolsa, no seas impaciente, no practiques la lógica del inversor novato y céntrate en las estrategias de los operadores profesionales, ten la paciencia de aguardar el momento correcto para entrar en un valor. Una buena entrada te dará mucha más tranquilidad en el futuro.
Desde siempre tuve clara la idea de comprar acciones que rompían máximos históricos. No hay duda, la empresa es buena hablando en términos bursátiles y no hay duda tampoco de que su tendencia es alcista. Ahora sólo necesitaba la mejor entrada posible para correr el mínimo riesgo posible con el mayor tamaño de posición posible. Es muy fácil estar y mantener valores en máximos históricos, todos ganan, y yo quiero estar al lado de los ganadores el mayor tiempo posible.
Seleccionar acciones buenas antes de que hagan todo el recorrido es extraordinario, es una mezcla entre experiencia e imaginación y se puede hacer realidad, os doy mi palabra.
Muchos inversores novatos abren posiciones a pesar de no saber lo que están haciendo. No hagas nunca esto. No te dejes influenciar por comentarios de otros que parecen expertos en bolsa, ni por asesores ni medios de comunicación.
Siempre lo digo, pero la bolsa no es fácil y cuando uno abre una operación lo hace contra los mejores estrategas del mundo. Está invirtiendo contra personas que llevan 20 y 30 años en los mercados y han estudiado muy a fondo todos los movimientos que realizan. Si tú llevas unos meses probando, no entres en un valor si no sabes lo que estás haciendo. Te fulminarán demasiado rápido.
Los grandes operadores hemos aprendido a esperar a que se presente la oportunidad de inversión correcta. Esa paciencia es necesaria para la inversión bursátil. Por contra, la mayoría de los operadores que comienzan no dejan de hacer operaciones de un lado a otro, intentando así encontrarse con la buena operación y, sin querer, lo que están haciendo es agotando su capital poco a poco.
Yo te aconsejo, por tanto, no invertir hasta que sepas, realmente, que tienes la probabilidad de ganar en el largo plazo. No inviertas hasta que seas capaz de justificar las aperturas de nuevas operaciones. Sólo así estarás en el camino del éxito.
Tú debes ser capaz de escribir la razón por la que realizas esa operación cuando abres una posición. De esta manera, no te pondrá nunca nervioso la apertura de una nueva posición. Cuanto más escribas sobre ella y mejor la describas, más tranquilo estarás. Cuanto más capaz seas de comprender el mercado, más serás capaz de escribir y de definir con exactitud qué debería hacer el precio y qué deberás hacer tú, haga lo que haga el precio. Es decir, deberás definir primero cómo actuarás si sale según lo previsto positivamente y, segundo, cómo actuarás si por el contrario sales de la operación según lo previsto negativamente.
Muchos buscan suelos sin darse cuenta de que un operador exitoso opera siempre en favor de la tendencia. Cuando yo me pongo a analizar valores que más tarde compraré, lo normal es que hayan subido más de un 200 o 300 % desde sus suelos. Eso para algunos es llegar tarde, para mí, es encontrar valores que suben. Sólo que ahora hay que encontrar el buen punto para entrar.
Piensa que hay miles de maneras de entrar en un valor, y no quisiera condicionarte si es mejor con un oscilador, con un indicador, con una media o con nada de eso. Es posible que no necesites nada de eso. Yo no lo necesito y estoy seguro que los operadores ganadores de bolsa de hace 100 años tampoco. Si tú utilizas indicadores debes saber que no se puede ser rígido en la variable de un indicador. Si funcionas con variable 10 debes funcionar con 40 y con 90. En bolsa debe ser rígido a la hora de realizar operaciones, pero tu metodología no debe ser rígida, debe ser adaptativa, ya que cada valor se moverá de mil maneras diferentes, se moverá caóticamente en el corto plazo y, además, no se mueven todos los valores por igual.
Si entras correctamente, puedes conseguir operaciones que dan rentabilidades de 3 dígitos de manera continua. En alguna ocasión he llegado a obtener valores con rentabilidades superiores a los 4 dígitos. Sé que esto puede parecer impensable, pero es aquí donde está el verdadero beneficio. Estas ganancias hacen que las pequeñas pérdidas se olviden fácilmente. Está claro que un operador que comienza, aun con una metodología sólida ganadora, sufrirá en primer lugar las pequeñas pérdidas y es muy importante que no pierda la esperanza ni se deje llevar por el ego en sus comienzos como ganador.
Exijo muchas cosas a la hora de encontrar un valor en el que poder entrar. Estar en máximos históricos es sólo el principio de un largo proceso de selección.
En el momento que escribo estas líneas, más de 4.000 valores de 120.000 negociables en el mundo están en máximos históricos, de aquí comenzaré seleccionando los que tengan un volumen suficiente para llevar a cabo sin ningún problema el tamaño de la posición que voy a tomar.
Calcularé su volatilidad, sector, país, divisa, timeframe de operación, colocaré mis posibles entradas y les daré un valor de X puntos a cada uno según su importancia. Después sólo queda ordenarlas según los puntos obtenidos y voilà! Ya tengo las operaciones organizadas matemáticamente.
Más tarde compruebo que todo eso se corresponde con la realidad en el gráfico y que me gusta a la vista, al feeling, al sentimiento interno de mi experiencia, y, si es así, coloco la operación y lo más importante, una vez hecho, jamás dudaré de ella. Si pasó por todos y cada uno de los filtros es que se trata de una acción buena, aunque, al final, pueda salir mal la operación. Eso ya no depende de mí, aunque lo normal es que salga bien, y en muchos casos, muy bien.
Una vez hemos entrado en un valor debemos saber que el porcentaje juega a nuestro favor en bolsa. Esta clave la analizaré a través de un ejemplo concreto para entenderla mejor porque es de vital importancia.
Te planteo un caso práctico en el que tenemos una acción que vale 10 euros.
• Si esta acción ha pasado de 10 a 20 euros, ha subido un 100 %.
• Si después la acción sube desde 20 % un 50 %, se sitúa en 30 euros.
En esta segunda subida, la acción ha subido sólo un 50 % pero en mi cartera repercute en un 100 % más porque yo la compré a 10 euros.
A partir del 100 % las ganancias son exponenciales para el inversor ganador, porque por cada punto que suba la acción, el inversor gana un 2. Y justo ahí es donde se ubican los ganadores, los que son capaces de dejar correr los beneficios durante años.