Jericó es hoy una ciudad de poco menos de 15.000 habitantes, bajo la administración de la Autoridad Palestina desde los acuerdos de Oslo de 1994, después de permanecer bajo control de Israel desde 1967, cuando fue ocupada durante la Guerra de los Seis Días.
La actual Jericó, convertida en un centro turístico frecuentado por los residentes árabes de Jerusalén, está emplazada en un lugar distinto de la ciudad antigua, que fue arrasada por los romanos bajo el gobierno de Vespasiano, durante su campaña contra los judíos en el 66 d.C.
En las cercanías de la ciudad moderna se encuentran las ruinas de la antigua Jericó. De gran valor arqueológico, esos vestigios presentan una doble muralla muy sinuosa, con un muro exterior de más dos metros de espesor y unos nueve metros de altura, un espacio vacío de alrededor de cuatro metros y medio de longitud y un muro interior de cuatro metros.
Estas murallas, excavadas por arqueólogos alemanes entre 1907 y 1909, se identificarían en la década de los cincuenta como las fortificaciones del primer Jericó, las que supuestamente fueron derribadas por las famosas trompetas.