Conozcamos a un simpático roedor


Recorriendo las interminables carreteras que surcan las vastas llanuras norteamericanas, uno no imagina que unos metros bajo tierra hay una serie de galerías habitadas por una población de pequeños mamíferos cavadores que, antiguamente, reinaban sin competencia en el subsuelo. Y, sin embargo, los perros de las praderas de cola negra (Cynomys ludovicianus) están allí, y se les puede sorprender comiendo o jugando cerca de sus madrigueras, que se distinguen mediante los pequeños montículos de tierra diseminados aquí y allá.

El perro de las praderas es un mamífero que pertenece al orden de los roedores esciúridos («que tienen forma de ardilla»). Su nombre se debe al sonido parecido al ladrido del perro que utilizan los animales de esta especie para advertir a los congéneres de un peligro inminente. La primera descripción data de 1815 y se refiere a un ejemplar de Cynomys ludovicianus (Ord, 1815) hallado en la región del alto Misisipí. Otros ejemplares fueron observados en el transcurso de la expedición de Lewis y Clark (1804-1806), dos exploradores que recibieron el encargo del Gobierno americano de encontrar la mejor ruta comercial hacia el Pacífico.

Esta ardilla «terrícola», conocida también con el nombre de Cynomys (que significa «perro-rata»), es pequeña, rechoncha y tiene un cierto parecido con la marmota europea. El adulto alcanza una longitud total que oscila entre 28 y 36 cm, con una cola que mide entre 3 y 10 cm, y un peso que va de los 700 a los 1.400 g.

Brodo, un joven perrito de las praderas en un momento de descanso

Brodo junto a su heterogénea familia. Los perritos de las praderas tienen un instinto gregario importante y se relacionan fácilmente con sus nuevos compañeros humanos, aunque también hacen buenas migas con otros animales domésticos

Las diferentes especies

Existen cinco especies:

Cynomys gunnisoni, de Colorado (Baird, 1855)

Cynomys leucurus, de cola blanca (Merriam, 1890)

Cynomys ludovicianus, de cola negra (Ord, 1815)

Cynomys mexicanus, de México (Merriam, 1892)

Cynomys parvidens, de Utah (Allen, 1905)

La única especie que hoy en día se encuentra en el mercado europeo es el Cynomys ludovicianus, que también es la más difundida en el continente americano.

Las otras, de población numéricamente inferior, tienen áreas de difusión más reducidas, y viven en «barrios» pequeños, compuestos por algunas familias. Además, aun siendo animales sociales, no llegan al nivel de complejidad organizativa típica del perro de las praderas de cola negra.

 

Perrito de las praderas de cola negra

 

Perrito de las praderas de Colorado

 

Perrito de las praderas de Utah

 

Perrito de las praderas de cola blanca

 

Perrito de las praderas de México

Área de difusión de las cinco especies en el noroeste americano

(Dibujo de m. Scotti)

 

CLASIFICACIÓN

Clase

Mamíferos (Mammalia).

Orden

Roedores (Rodentia): mamíferos en general de talla pequeña o mediana, dotados de cuatro incisivos (dos superiores y dos inferiores) que les sirven para roer. Este orden incluye el minúsculo ratón pigmeo (7 g y 5 cm de longitud) y la gran capibara o carpincho (56 kg y 1,2 m de longitud).

Familia

Esciúridos (Sciuridae): engloba 260 especies extendidas por todo el mundo. Su régimen alimenticio consta principalmente de nueces y plantas, pero no desdeña los pequeños animales y los insectos. En su mayor parte son arborícolas, pero también hay especies terrícolas y nocturnas.

Subfamilia

Esciurínidos (Sciurinae): incluye los perros de las praderas, las marmotas y los espermofilos.

Género

Cynomys.

Especies

Cinco en total, dos de las cuales son de cola negra (Cynomys ludovicianus y Cynomys mexicanus) y tres de cola blanca (Cynomys gunnisoni, Cynomys leucurus y Cynomys parvidens).

Perro de las praderas de Colorado (Cynomys gunnisoni)

Este roedor vive en el noroeste de Nuevo México, en las praderas herbosas y los bosques de las montañas de Colorado, en colonias generalmente pequeñas, aunque se tiene constancia de una colonia de cincuenta individuos en Arizona.

Hiberna durante la estación fría, y en julio vive lo que se conoce con el nombre de estivación, un estado fisiológico característico de ciertos animales que consiste en la disminución de la actividad metabólica durante los periodos muy calurosos, y como consecuencia reduce también la alimentación y el grado de movilidad. Para ello se retira dentro de la madriguera y come solamente por la mañana temprano y al anochecer. Excava túneles poco profundos que comportan varias entradas sin protección contra la lluvia. En efecto, los montículos no rodean el acceso a la madriguera, sino que son bajos y están situados al lado de la abertura. Las madrigueras tienen túneles ciegos orientados verticalmente hacia la superficie, que terminan justo debajo del nivel del suelo y sirven de cámara de aire en caso de inundación de las galerías.

Perro de las praderas de cola blanca (Cynomys leucurus)

El nombre de este roedor se debe al color blanco característico de la punta de la cola. Es la más grande de las cinco especies y su peso oscila entre 67 y 120 g. La longitud desde la cabeza al final del cuerpo es de 28 a 30 cm, a los que hay que añadir entre 3 y 6 cm de cola.

Pese a ser un animal gregario, Cynomys leucurus vive por lo general en comunidades de pocos individuos, si bien es cierto que se tiene conocimiento de una «ciudad» de unos cien ejemplares.

Vive en la cuenca del río Colorado, a una altitud que va de los 1.500 a los 3.600 m. La vegetación, que cambia según el territorio y la altitud, comprende extensiones de terreno herboso y montes de enebros y pino. En este caso, en las entradas de las madrigueras subterráneas se observan montículos mucho más bajos y desordenados que los que construye el Cynomys ludovicianus, porque están formados por detritos y desechos que los roedores sacan de las estancias subterráneas, amasados sin formas definidas. A veces, estos detritos se utilizan para cerrar una vía de acceso ante la amenaza de un predador.

En invierno, los perros de las praderas de cola blanca hibernan, en un sueño que comienza en octubre o noviembre, según el clima, y termina en marzo. Al despertar se alimentan vorazmente para reconstruir las reservas de grasa consumidas durante el largo ayuno. Entonces empieza la época de los cortejos amorosos, que culmina hacia finales de marzo o principios de abril con los apareamientos.

Los pequeños nacen a mediados del mes de mayo. En junio, los jóvenes perros de las praderas ya son capaces de salir de la madriguera para empezar a alimentarse. Al invierno siguiente, los jóvenes nacidos durante la primavera hibernan con los adultos, y cuando llega la primavera abandonan la comunidad en donde han nacido (al año de edad).

Perro de las praderas de cola negra (Cynomys ludovicianus)

Esta especie, la única que se puede encontrar en el mercado, se diferencia desde el punto de vista anatómico por tener la punta de la cola negra. El manto tiene una base de color leonado, con presencia de pelos de color marrón oscuro, negro y blanco.

Algunos autores dividen esta especie en dos subespecies, Cynomys ludovicianus ludovicianus y Cynomys ludovicianus arizonensis (Means, 1890). Pero, según se desprende de los trabajos de Pizzimenti realizados en 1975, se trata de una especie monotípica, es decir, que no se puede dividir en subespecies.

Estos roedores presentan una organización social muy desarrollada y, de todos los perros de las praderas, son los que forman colonias más numerosas. Son apreciados como animales de compañía por su naturaleza gregaria y su aptitud para tener comportamientos «afectuosos».

Perro de las praderas de México (Cynomys mexicanus)

Esta especie, que se encuentra en peligro de extinción, figura en el anexo A de la Convención de Washington. Su captura y su venta están prohibidas.

Este roedor vive exclusivamente en una franja del noroeste de México que se caracteriza por sus valles y por sus praderas situadas a una altitud entre 1.600 y 2.200 metros. Busca terrenos que no sean rocosos, en los que pueda construir madrigueras que a menudo comparte con los espermofilos y los hurones. Las colonias actuales no llegan a cincuenta individuos, y cuentan con un solo macho dominante.

Pueden medir hasta 39 cm, incluida la cola (esta mide 3 cm), y pesa entre 900 y 1.200 g.

Al igual que Cynomys ludovicianus, no hiberna. La época de la reproducción puede empezar el mes de enero y dura hasta abril, en función de la temperatura y de las precipitaciones, que influyen considerablemente en la cantidad de alimento a su disposición.

Perro de las praderas de Utah (Cynomys parvidens)

La región de origen da nombre a este pequeño roedor de cuerpo delgado, que vive en las praderas herbosas, los desiertos y los valles del sudoeste de Utah.

Igual que los otros perros de las praderas de cola blanca, hiberna durante la estación fría. Algunos autores consideran que es una subespecie de Cynomys leucurus (que también hiberna). Tiene una talla de 30 a 36 cm. Su manto de color canela presenta matices negros y castaños; la zona de la boca y el mentón es más clara, y el abdomen es de color canela o castaño claro.

Las hembras poseen cinco pares de mamas.

El perro de las praderas, que los agricultores consideran una plaga, ha sido objeto de verdaderas campañas de exterminio que han reducido la población a unos pocos miles de ejemplares (en 1998 se estimaban en 4.984). Desde 1973 está considerado una especie en peligro de extinción en el estado de Utah, debido a lo cual su captura, posesión, venta y exportación están prohibidas.

LA CONVENCIÓN DE WASHINGTON

El objetivo de la Convención de Washington, o CITES (Convention of International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora), es la protección de las especies animales y vegetales en vías de extinción.

El acta, publicada el 30 de agosto de 1978 y firmada por 130 Estados, prohíbe el comercio de las especies en vías de extinción y regula el de las especies amenazadas.

Toda importación o exportación tiene que efectuarse con los permisos correspondientes y ajustarse a una reglamentación cuyo incumplimiento conlleva acciones penales.

Las especies incluidas en la Convención se dividen en tres anexos, en función del grado de riesgo de extinción que pese sobre ellas.

El anexo I contiene las especies directamente amenazadas de extinción, cuya captura, tenencia y comercio están rigurosamente prohibidos o sujetos a una normativa muy rígida.

El anexo II incluye las especies cuya captura, comercio y tenencia es posible, aunque debe ajustarse a determinadas reglas.

En el anexo III figuran las especies cuyo país de origen ha formulado una petición especial de protección, con el propósito de impedir o limitar su comercio.

El reglamento CEE núm. 338/97 del 9 de diciembre de 1997 prevé la división en cuatro anexos —A, B, C y D— que sustituyen a los antiguos. Si deseamos obtener una relación detallada de dichas especies, podemos escribir a la siguiente dirección:

Dirección General para la Conservación de la Naturaleza

Gran Vía San Francisco, 4

28071 Madrid

Tel.: 91 597 54 00