Gran parte de los peces tropicales de agua dulce de las tiendas especializadas proceden de criaderos asiáticos, ubicados principalmente en Singapur y en Malasia.
El pequeño Estado de Singapur (con 600 km² y menos de 3 millones de habitantes) exporta peces y plantas de acuario a más de 60 países, con una facturación anual de unos cincuenta millones de euros, una cifra considerable si se tiene en cuenta el bajo precio de coste de los peces, que se incrementa notablemente debido al importe del transporte aéreo y a todos los gastos de aduana y de cuarentena.
De Singapur proceden los peces de acuario más apreciados y populares, seleccionados y reproducidos en algunos de los criaderos mejor cualificados del mundo: todos los poecílidos en sus incontables variedades (guppy, platy, xifo, molly), el disco y el escalar, numerosos carácidos y ciprínidos (Hemigrammus, Hyphessobrycon, Barbus, Brachydanio, etc.), belóntidos (Colisa, Trichogaster, Macropodus), «limpiadores» de fondo y «comealgas» (Corydoras, Hypostomus), y muchos otros.
También existen exportadores especializados en el crecimiento («engorde») de peces ornamentales de agua templada (carasio y carpa), importados de China y Japón en edad muy temprana para que en las aguas de Singapur, cuya constante y alta temperatura no baja de los 25-26 ºC, crezcan de manera más rápida y económica.
Singapur también abastece a nuestros mercados de peces que no se reproducen en cautividad y, por esta razón, se han de pescar directamente del mar.

Un criadero de peces ornamentales en Singapur: las redes sirven para proteger las peceras del sol y de la acción depredadora de los pájaros

Un criadero en Malasia dedicado esencialmente a los laberíntidos
Hay exportadores especializados que aseguran las existencias de ciertas especies durante todo el año, como el botia payaso (Botia macracanthus) y varios peces de agua salada, cuya disponibilidad es irregular y está condicionada a las estaciones.
La mayoría de peces que se crían en Singapur (independientemente de su lugar de origen), crecen en aguas con un pH alrededor de 6 y con una dureza inferior a 10 ºdGH, excepto en los casos de peces con exigencias diversas como el disco (agua más ácida) y especies de agua salada (dureza más elevada e inclusión de sal).
Hong Kong es otro de los centros más importantes de producción y exportación de peces de acuario.
Gracias a su clima más suave y templado, así como a su ubicación geográfica cercana a China y Japón, es uno de los exportadores más importantes de variedades muy preciadas, como el carasio y la carpa («koi»), que son los peces ornamentales por excelencia del Extremo Oriente.
Además, Hong Kong constituye el mayor centro de producción de uno de los peces exóticos más populares: el tetra neón (Paracheirodon innesi), un carácido suramericano para el que las aguas de este archipiélago (cuya temperatura media se sitúa alrededor de los 22 ºC) se han revelado las más óptimas desde el punto de vista reproductor.
Tailandia también cuenta con una gran tradición en la producción de peces para acuario. El espléndido «luchador de Siam» (Betta splendens) procede de este país, líder en su selección y crianza.
En Bangkok también se crían magníficas variedades rojas y atigradas de oscar (Astronotus ocellatus), y desde hace muchos años se practica la reproducción artificial (por inducción hormonal) de peces cuya reproducción espontánea en cautividad es muy difícil, como el Epalzeorhynchos bicolor, el Gyrinocheilus aymonieri y el Pangasius hypophthalmus.
Bastante discutible es, sin embargo, otra práctica típicamente tailandesa consistente en la coloración artificial (con colorantes inyectados en el cuerpo del pez) de varias especies, sobre todo en los «peces de cristal» del género Chanda.
Desde hace algunos años, la isla de Sri Lanka, paraíso de los acuariófilos marinos, está incrementando la exportación de peces de agua dulce.
Además de ofrecer las tradicionales especies autóctonas y selváticas capturadas en la naturaleza (Barbus titteya, Rasbora vaterifloris, Malpulutta kretseri, etc.), también dispone de peces de criadero, como el escalar y varios poecílidos, sobre todo guppys.
Finalmente, acabamos el apartado dedicado a Asia con Indonesia, desde donde nos llegan ejemplares salvajes de especies bellas y preciadas, como Botia macracanthus, peces de agua salada («peces globo», gobios, «peces arqueros», etc.) y «peces arco iris» (Melanotaenia, Glossolepis, Telmatherina, etc.).

Hong Kong es uno de los mayores productores de carasios y carpas seleccionadas

Detalle de un pequeño criadero indonesio dedicado a los poecílidos
Además de contar con el mercado de peces de acuario más grande del mundo (se calcula que existen al menos unos 20 millones de acuariófilos), los Estados Unidos también son unos productores discretos de peces ornamentales. La mayor parte de sus criaderos se halla en la cálida Florida; en este estado desarrollan su actividad unos 200 acuicultores profesionales, con cerca de 20.000 cuencas externas de crianza y con una producción abundante y de calidad (¡cuando los huracanes lo permiten!), que, por otra parte, es absorbida por el propio mercado norteamericano.
Las especies más criadas son también las más populares en América: disco, escalar (numerosas variedades seleccionadas por los propios americanos aficionados), oscar, varios poecílidos y cíclidos africanos, por los cuales se celebran todos los años concursos muy importantes entre criadores y acuariófilos, destinados a controlar y dirigir mejor la selección. En comparación con los criaderos asiáticos, los americanos suelen tener un agua más «dura» y alcalina, parecida al agua potable europea.
El clima de nuestro continente no es el más apropiado para la instalación de criaderos de peces tropicales, sin embargo, un gran número de expertos y apasionados criadores operan sobre todo en la Europa del Este, a menudo con medios todavía rudimentarios pero eficaces. Esto se debe a la larga y obligada autarquía de estos países durante los años del «telón de acero», cuando los intercambios de peces, material e instalaciones de acuario con Occidente eran imposibles.
El arte de tener que «ingeniárselas» ha dado sus frutos y, con el paso del tiempo, se ha formado una densa red de criadores especializados. A raíz de la apertura de los mercados y de las fronteras, la Europa oriental ha comenzado a ofrecer su propia producción al resto de Europa y, actualmente, desde Polonia, Eslovaquia, Rusia, Hungría, etc., nos llegan muchos peces, sobre todo cíclidos reproducidos en cautividad, no sólo discos y escalares sino también raras especies africanas, además de varios tipos de carácidos y siluriformes, a menudo reproducidos con técnicas de inducción hormonal. La mayoría de estos peces se cría en aguas con un pH neutro o ligeramente alcalino y con una dureza media, salvo en los casos de peces con exigencias reproductivas diversas.
Existen muy pocos criaderos de peces tropicales en África, la mayoría están concentrados alrededor de los grandes lagos africanos (Nyasa, Tanganica) y se dedican a la reproducción de los cíclidos locales, los cuales se exportan sobre todo a Estados Unidos y a Alemania. A España llegan principalmente peces salvajes de Nigeria, pescados en la cuenca del Níger y en las regiones adyacentes: se trata de especies insólitas y fascinantes, muchas de las cuales no se han reproducido nunca en cautividad. Especialmente apreciados son el pez elefante (Gnathonemus petersii), el pez mariposa (Pantodon buchholzi), el pez cuchillo (Xenomystus nigri) y el Erpetoichthys calabaricus. Bastante más raros son los peces importados ocasionalmente de la rica cuenca del Congo, como Synodontis angelicus y los cíclidos enanos del género Nanochromis.
Para un aficionado a los acuarios, la América tropical significa, sobre todo, la Amazonia. De hecho, de este inmenso «continente verde» nos llega la mayoría de peces ornamentales suramericanos no reproducidos en ningún otro lugar, importados principalmente desde Brasil, Perú y Colombia. Actualmente, casi todos los peces importados de Suramérica proceden de ambientes naturales. Los más numerosos son los tetra cardenales, seguidos de variedades selváticas de discos y de una gran cantidad de siluriformes salvajes (numerosas especies de Corydoras, Ancistrus, Peckoltia, Rineloricaria, etc.). De vez en cuando, llegan de estas regiones especies realmente raras y exóticas, como el escalar o pez ángel (Pterophyllum altum), el disco «Heckel» (Symphysodon discus) y las espléndidas rayas de agua dulce (del género Potamotrygon).

Pocos son los criaderos suramericanos de peces tropicales, como este cercano a Manaos en el que se lleva a cabo la piscicultura con fines tanto ornamentales como alimentarios