LOS ACCESORIOS Y LOS REFERENTES

El área de juego

Salvo excepciones, la mayor parte de los juegos propuestos a los niños puede realizarse tanto en agua profunda como superficial. El término agua profunda designa una altura de 1,40 m, salvo en el caso de juegos específicos, para los que se requieren los 2 m.

Las actividades en agua superficial se llevan a cabo en unas piscinas cuya profundidad es de unos 70 cm, también llamadas piscinas de adaptación. Para los niños que entran en contacto por primera vez con este nuevo medio, la piscina poco profunda (es decir, aquella en la que el agua llega a la mitad del muslo de los niños pequeños y a la altura de las rodillas de los más mayores) presenta la ventaja de potenciar que se entreguen plenamente sin que les inquieten las salpicaduras o el verse sumergidos en un elemento que no dominan.

Las dimensiones de las áreas de juego corresponden a superficies de agua de 15 × 5 m, o de 5 × 5 m, y las actividades están concebidas tanto para piscinas que no presentan especiales problemas de acondicionamiento como para el mar, donde aún es más fácil disponer de espacio suficiente.

El tamaño de las piscinas de adaptación suele ser de unos 6 × 10 m.

Los accesorios

La utilización de todos los accesorios propuestos es muy simple, y su empleo en las piscinas es frecuente. Las barras flotantes (accesorios de espuma de forma oblonga, conocidas popularmente como churros o bastones) facilitan la suspensión en la superficie del agua. Con ellas pueden hacerse trenes, carros o cualquier otra estructura, gracias a otras barras o tablas perforadas —del mismo material— que actúan de conectores. También se utilizan botes neumáticos, tablas (rectángulos de espuma que se usan para hacer trabajar las piernas), colchonetas, flotadores o salvavidas, boyas y brazaletes que sirven para mantenerse a flote y se usan lanzándolos y yendo a por ellos, o bien letras de espuma destinadas a un juego en el que se encajan unas con otras de un modo muy divertido. Igualmente se pueden emplear balones hinchables, globos, recipientes y aros de plástico, pelotas de ping-pong y de muchas otras clases. Por último, una pértiga, bastones lastrados y una cuerda servirán indistintamente como accesorios y como delimitadores del área de actividad, en los juegos de habilidad. Ni que decir tiene que, a falta de accesorios específicos, resultará de utilidad cualquier objeto de uso corriente, así como juguetes infantiles de playa: una colchoneta hinchable hará las veces de tabla o de bote, y unas sencillas botellas de plástico vacías servirán como flotadores. Antes de meterse en el agua, es muy recomendable leer íntegramente las instrucciones relativas al juego y verificar que determinados accesorios aconsejados puedan ser sustituidos por otros, en caso de necesidad.

El animador

El animador es la pieza clave del éxito de cualquier actividad acuática. No sólo debe poder explicar claramente las reglas del juego, sino que también ha de saber implicar, respaldar, reconfortar a las niños y, a veces, animarlos a seguir adelante cuando pierdan. En la práctica, el papel del animador consiste en:

 hacer que los juegos se desarrollen con total seguridad,

 formar equipos y disponerlos,

 preparar los recorridos, situar los objetos dentro y fuera del agua,

 cronometrar,

 garantizar la regularidad del juego,

 participar activamente en el juego, desempeñando tanto un papel que incentive la dificultad, como que ayude a superarla.