Los gecos son reptiles (clase Reptilia) pertenecientes a la subclase de los Lepidosaurios (Lepidosauria), al orden de los Squamatas, al suborden de los Saurios o Lagartos (Sauria o Lacertilia), al infraorden Gekkota y a la familia de los Gekkonidae (Gecónidos), que, en la actualidad, comprende 1.050 especies aproximadamente.
La familia de los Gekkonidae está dividida en cinco subfamilias:
• Aeloroscalabotinae, representada por un solo género y una sola especie asiática.
• Eublepharinae, compuesta de cinco géneros y una veintena de especies, algunas de las cuales, como el geco leopardo (Eublepharis macularius), están muy difundidas por los amantes de los terrarios de todo el mundo.
• Gekkoninae, la subfamilia más extendida, compuesta de más de noventa géneros y cerca de novecientas especies, entre las cuales hay que incluir también las nueve especies de gecos europeos.
• Teratoscincinae, pequeño grupo constituido por un solo género y seis especies que viven en zonas áridas del continente asiático.
• Diplodactylinae, con dieciséis géneros y más de ciento veinte especies nocturnas arborícolas, rupícolas y terrícolas, difundidas solamente en Oceanía, entre las cuales hay que destacar los gecos gigantes de Nueva Caledonia (Rhacodactylus spp.) y los cómicos gecos australianos de la cola manopla (Nephrurus ssp.), especie particularmente buscada por muchos apasionados de este animal.
Según algunos estudiosos, Aeloroscalabotinae y Eublepharinae constituirían, juntas, la nueva familia de los Eublepharidae (Eublefáridos).
En los próximos años, esta clasificación, que recientemente ha sido objeto de numerosas e importantes modificaciones —como la que ha padecido el pequeño geco italiano conocido como tarantolino, que ha pasado del género Phyllodactylus (ahora compuesto sólo por especies americanas) al género Euleptes—, será, desde luego, sometida a nuevas variaciones por parte de la Comisión Internacional para la Nomenclatura Zoológica (CINZ).
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UN POCO DE CLARIDAD |
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Cabe preguntarse por qué, a menudo, existe tanta confusión en la clasificación de las especies animales reconocidas hasta hoy en día (más de un millón y medio, de las cuales poco más de un millar son gecos). La razón es que, pese al trabajo y a las reglas establecidas por la Comisión Internacional para la Nomenclatura Zoológica (CINZ), para una misma especie, en bibliografía, se utilizan a menudo diversas nomenclaturas, referentes al nomen nudum, al nomen preoccupatum, al nomen novum y al nomen rejectum. Veamos qué significan estas palabras:
• el nomen nudum es un nombre, por lo general inventado, que no sigue las reglas aplicadas por la CINZ y que por ello no tiene ningún valor científico, pero que a la espera de futuros estudios y comprobaciones es de uso común;
• el nomen preoccupatum es un nombre ya dado a otra especie (por lo general filogenéticamente muy lejana) y que, una vez consultada la pertinente documentación, será sustituido por un nomen novum;
• el nomen rejectum, por último, es un nombre científico que por varios motivos ya no es considerado válido por la CINZ y que, como consecuencia, no debería ser utilizado, pero que, sin embargo, durante años continúa empleándose, creando confusión.
Dónde viven
Veamos ahora dónde viven estos curiosos lagartos. Podemos decir que alcanzan su mayor difusión en la cara del geoide terrestre comprendida entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio. Las especies que viven más al norte se hallan en las regiones costeras del mar Caspio (en Rusia y Turkmenistán), mientras que las que viven más al sur han poblado las islas Auckland, pertenecientes a Nueva Zelanda.
Desde el punto de vista porcentual, la mayor parte de los gecónidos vive en África (29,3 %) y en Asia (28,5 %), muchas especies son originarias de Oceanía (19,2 %) y de América Central (12,6 %), pocas viven en América del Sur (6,5 %) y del Norte (3,1 %), y solamente nueve especies viven en la Europa meridional. De estas últimas cuatro son autóctonas de las islas Canarias, que, pese a pertenecer a España, geográficamente se hallan en el océano Atlántico, frente a las costas de Marruecos. Simplificando al máximo, podemos dividir los gecónidos, según el biotopo habitado, en dos grandes categorías:
• gecos de ambientes secos, principalmente áridos y desertizados, que viven en las zonas costeras y en las playas, pero también junto a las excavaciones arqueológicas, las ruinas, los pueblos, los termiteros, las madrigueras de otros animales, etc. (algunos autores los llaman «gecos rupícolas»);
• gecos que viven en zonas con mucha vegetación, en bosques (también pluviales), cerca de las orillas de los ríos, en colinas, pueblos turísticos y otras zonas antropizadas que se caracterizan por una humedad relativa del aire medio-alta (a partir del 50 %).
El primer grupo comprende aproximadamente el 28 % de las especies actualmente clasificadas; el segundo es más numeroso y supera el 70 %.
Una característica común a todos los gecónidos es la de haber colonizado los ambientes antropizados y las islas. Muchos son los gecos que viven tranquilamente en casas, pueblos turísticos o centros habitados, a la caza continua de pequeños invertebrados, y numerosos los que se han difundido en muchas islas como Madagascar, Filipinas, las islas de Indonesia, La Española, Nueva Caledonia, Socotra, Papúa, las Salomón, las Antillas, la Isla de Navidad, las islas Fidji, así como en islas europeas como Cerdeña, Sicilia, Elba, Córcega, el archipiélago de Madeira, las islas Canarias y las islas del mar Egeo.
Estos gecónidos viven a nivel del mar y en las zonas de colinas (las indochinas e indias están particularmente colonizadas) hasta alcanzar altitudes notables en la parte septentrional de la cordillera andina, en la cordillera central de La Española, en los montes occidentales de Nueva Guinea, en las altiplanicies del Tíbet y de Irán y en los montes del Acrocoro etiópico (una especie del género Hemidactylus alcanza incluso los 4.000 m de altitud, en el Kilimanjaro).
Debemos añadir que muchos gecos han sido introducidos en diversas partes del mundo, sobre todo en Florida (una decena de especies), en las islas Hawai, en California, en numerosas islas mexicanas del golfo de California, en las Antillas y también en Europa, principalmente, en las islas Canarias.
Respecto a sus costumbres, podemos decir que las especies principalmente diurnas apenas constituyen el 6 %, mientras que las que desarrollan una vida tanto diurna como nocturna representan el 13 %: la mayoría de los gecónidos, por lo tanto, tiene una vida sobre todo o exclusivamente nocturna (81 %).
Teniendo en cuenta su difusión, las modestas dimensiones y la falta de mecanismos de defensa particularmente peligrosos para los depredadores, los gecos forman parte de la dieta alimenticia de muchísimos animales, incluidos algunos reptiles como las serpientes y los propios gecos de distinto tamaño. Recientemente, la introducción en la isla de Guam (en el océano Pacífico, al este de las Filipinas) de un colúbrido de la especie Boiga irregularis, ha provocado incluso la extinción, en esa isla, del geco Perochirus ateles.
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PARECE UNA SERPIENTE, SIN EMBARGO... |
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Al suborden de los Gekkota pertenece también la familia de los Pygopodidae (Pigopódidos), compuesta de siete géneros y treinta y cinco especies denominadas comúnmente lagartos de patas pequeñas (apodos) de Australia, nocturnos, terrícolas, de forma alargada (morfológicamente más parecidos a serpientes que a gecos), sin extremidades anteriores y con pequeños tubérculos posteriores, y la de los Dibamidae (Dibámidos), con dos géneros y diez especies, constituida por pequeños lagartos ciegos y apodos de cuerpo alargado (cerca de 20 cm), originaria de los bosques de Indochina, de Indonesia y de otras islas próximas.
Entre los Pigopódidos, el más conocido es el Lialis burtoni, parecido a una serpiente, que apenas supera el metro de longitud y posee una cabeza alargada y terminada en punta. Es una especie nocturna y terrícola, originaria de la isla de Java (Indonesia) y que se alimenta de invertebrados y de pequeños reptiles.

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LOS MÁS PEQUEÑOS, LOS MÁS GRANDES |
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El geco más pequeño que se conoce fue descubierto hace realmente poco tiempo (en diciembre de 2001) en una pequeña isla a pocos kilómetros de la República Dominicana: la isla Beata. Se trata del Sphaerodactylus arieasae, o geco enano de la isla Beata, con una longitud de rostro-cloaca de 16 mm, una cola de 14-15 mm de longitud y un peso de aproximadamente 140 mg (cerca de un séptimo de gramo). Este geco, que también es el saurio más pequeño del mundo, posee un color marrón oscuro con pequeñas manchas negruzcas en todo el cuerpo y una cabeza más bien ahusada. Una curiosidad: en internet es posible encontrar alguna imagen de este pequeño geco caribeño grabado en una moneda de la República Dominicana que, en cuanto a dimensiones, es comparable a la de 5 céntimos de euro.
Muy parecido es el Sphaerodactylus parthenopion, originario de las islas Vírgenes y descubierto en 1964, pese a ser ligeramente un poco mayor (con una longitud rostro-cloaca de 18 mm, más otro tanto de cola).
Entre las especies de mayor tamaño hay que destacar Rhacodactylus leachianus y Saltuarius cornutus —de la subfamilia de los Diplodactilus, originarios, respectivamente, de Nueva Caledonia y de Australia—, así como Gekko gecko, Gekko smithi y Uroplatus fimbriatus —de la subfamilia de los Gecónidos de la península de Indochina y de Madagascar—, todos ellos con una longitud total alrededor (o un poco superior) de los 35 cm. El Rhacodactylus leachianus alcanza, de adulto, una longitud de rostro-cloaca de 25 cm aproximadamente (otras especies difícilmente superan los 20 cm), y, según algunos autores, hay ejemplares de esta especie que superan con creces los 40 cm de longitud total. El estudioso F. W. Henkel ha señalado recientemente la existencia de una variedad o subespecie (a propósito, en la actualidad, se están realizando algunos estudios genéticos) de librea muy oscura que alcanza incluso los 60 cm de longitud, desde el extremo del rostro hasta la cola.

Sphaerodactylus arieasae es el geco más pequeño que se conoce
Las subespecies
La subfamilia de los Aeloroscalabotinae comprende un solo género (Aeloroscalabotes) y una especie (felinus), denominada comúnmente geco gato, nocturna, arborícola, sutil, alargada, de 15 cm de largo cuando es adulta y un color predominantemente marronáceo, con la dermis lisa, los dedos opuestos entre ellos, almohadillas plantares muy desarrolladas y la cola prensil más bien corta y con evidentes depósitos de grasa en la base.
Originaria de las áreas forestales de Indochina y de Indonesia, es fácilmente localizable en los catálogos de los importadores a un precio más bien elevado.
La subfamilia de los Eublepharinae (Eublefárinos) comprende cinco géneros (Coleonyx, Eublepharis, Goniosaurus, Hemytheconyx y Holodactylus) y veinte especies de gecos de tamaño mediano morfológicamente muy parecidos entre ellos, con la dermis recubierta por algunos tubérculos, coloración críptica a manchas oscuras sobre fondo claro (marrón, ocre o grisáceo) y cola más bien corta con evidentes depósitos de grasa. Todos ellos son originarios de ambientes secos y áridos de varias partes del mundo (África, Asia, regiones meridionales de América del Norte, Central y del Sur). Algunas especies, que presentan párpados móviles, están particularmente difundidas entre los amantes de estos animales (por ejemplo, la asiática Eublepharis macularius, la africana Hemytheconyx caudicinctus y el más delicado americano Coleonyx brevis) y son fácilmente localizables en tiendas especializadas y en las prestigiosas exposiciones que se celebran en toda Europa (sobre todo en Alemania, Holanda y Austria). El geco leopardo (Eublepharis macularius) es, actualmente, uno de los gecónidos más criados en el sur de Europa, y, en los últimos años, vendedores especializados han mostrado los primeros ejemplares de geco leopardo chino y geco leopardo vietnamita pertenecientes al género Goniosaurus.
La subfamilia de los Gekkoninae (Gecónidos) constituye el grupo más numeroso, con casi novecientas especies —muchas de las cuales son muy conocidas y buscadas entre los terrariófilos de todo el mundo— y un centenar de géneros esparcidos por todos los continentes. Los gecos del género Alsophylax, al vivir en las zonas costeras del mar Caspio y del lago Aral, representan el extremo septentrional de las áreas de difusión, en el hemisferio boreal, de estos lagartos. Muchas especies viven, sin embargo, en las áreas montañosas y somontanas de África, Asia y Sudamérica (géneros Afroedura, Afrogecko, Agamura, Alsophylax, Asaccus, Cnemaspis, Gonydactylus, Hemidactylus, Homonota, Lepidoblepharis, Lygodactylus, Pachydactylus, Pristurus, Pseudogonatodes, Quedenfeldtia y Tropiocolotes) y otras, en las zonas de colinas (muchas en la península de India e Indochina, como algunos gecos de los géneros Cnemaspis, Cyrtodactylus, Dravidogecko y Hemiphyllodactylus). Dos pequeños gecos rupícolas africanos que viven en zonas somontanas (Teratolepis scorteccii y Lygodactylus scorteccii) toman el nombre de Giovanni Scortecii, prestigioso zoólogo italiano del siglo XX.
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El geco dorado de Vietnam (Gekko ulikovskii) pertenece a la amplia subfamilia de los Gecónidos, que comprende casi 900 especies. (Fotografía de E. Scanarini) |
El geco africano de la cola gorda (Hemytheconyx caudicinctus) pertenece a la subfamilia de los Eublepharinae, que presentan párpados móviles. (Fotografía de E. Scanarini) |
Los gecos de los géneros Gonatodes, Lygodactylus (algunas especies), Phelsuma, Quedenfeldtia y Rhoptropus tienen una actividad principalmente diurna y presentan una pupila redonda, mientras que los de los géneros Agamura, Lygodactylus (algunas especies), Pristurus, Ptyodactylus y Sphaerodactylus desarrollan una vida tanto nocturna como diurna (algunos tienen una pupila alargada y otros redonda). A esta subfamilia pertenecen géneros que comprenden muchísimas especies. Entre los asiáticos hay que destacar Cyrtodactylus, con sesenta y dos especies (se conocen como gecos de las rocas), Cyrtopodion, con treinta y cinco especies (comúnmente se denominan gecos de las bandas e incluyen también una especie europea, Cyrtopodion kotschyi, y una africana, Cyrtopodion scabrum), y Gekko, con treinta especies (algunas muy conocidas por los amantes de estos animales, como el geco tokay). Entre los africanos hay que destacar Lygodactylus, con cincuenta y nueve especies (son pequeños gecos arborícolas y semiarborícolas de cuerpo cilíndrico y poco deprimido, con elegantes libreas a rayas y manchas y larga cola de aproximadamente la mitad de su longitud total), Pachydactylus, con treinta y siete especies, y Phelsuma, con cuarenta especies (difundidas en Madagascar y las islas próximas, a excepción de una especie que vive en el África meridional). Además, hay que destacar los géneros afroasiáticos Cnemaspis, con treinta y nueve especies, y Pristurus, con veintiuna especies; los difundidos en Asia y Oceanía Gehyra, con treinta y cuatro especies (de las cuales una se halla en Madagascar), y Lepidodactylus, con treinta especies (gecos de tamaño pequeño-mediano arborícolas y semiarborícolas); el género cosmopolita Hemidactylus, con setenta y ocho especies difundidas en África, Asia, América centromeridional, Oceanía y Europa, y, por último, los géneros americanos Phyllodactylus, con cuarenta y siete especies, y Sphaerodactylus, actualmente el más numeroso, con noventa y cuatro especies, casi todas caribeñas (cerca de cuarenta viven en La Española y las islas colindantes; hay pocas especies en América Central, México y el área nororiental de América del Sur). Los gecos de este último género, conocidos como gecos enanos, son arborícolas y semiarborícolas y tienen pupilas redondas y elegantes libreas de colores tenues. Raras veces está incluida en el catálogo de los importadores la especie Sphaerodactylus notatus, de una decena de centímetros de longitud, introducida y bien difundida en Florida y las islas vecinas.
También pertenecen a esta subfamilia los géneros Tarentola (veinte especies), Ptychozoon (seis) y Uroplatus (diez). Seis especies del género Tarentola viven en Europa (cuatro son autóctonas de las islas Canarias: Tarentola angustimentalis, Tarentola boettgeri, Tarentola delalandii, o perenquén común, y Tarentola gomerensis), mientras que una (Tarentola mauritanica, comúnmente denominada salamanquesa común, geco morisco o geco trepador) está ampliamente difundida en las zonas costeras y en las islas del Mediterráneo; las otras viven en el continente africano y dos especies, que en un futuro podrían incluirse en el género Neotarentola, en las islas del Caribe.
Los gecos volantes del género Ptychozoon, que miden 20 cm de longitud, son originarios de las penínsulas indochina e india y del archipiélago de las Filipinas: arborícolas, son muy planos y poseen una librea críptica gris-marronácea que imita la corteza de los árboles. Se caracterizan, además, por sus pliegues cutáneos, lateralmente en el abdomen y en las extremidades posteriores, que forman una especie de paracaídas durante el salto de un árbol a otro (les permite realizar vuelos planos incluso de un centenar de metros). Por su fácil adaptación a la cautividad, son criados precisamente como gecos «de pasto» para la alimentación de algunas serpientes.
Hábiles en el mimetismo críptico son los gecos de cola de hoja de Madagascar (género Uroplatus), que pueden superar los 25 cm de longitud; son de cuerpo aplanado y cola ensanchada en su parte central, lo que les confiere un aspecto realmente curioso —las poblaciones autóctonas los relacionan con los espíritus malignos del bosque— y hace que despierten el interés de numerosos coleccionistas. Son gecos más bien delicados, difíciles de aclimatar y reproducir, y, debido a determinados aspectos, requieren un cuidado en cautividad parecido al de los camaleones.
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A los gecos del género Ptychozoon, como este Ptychozoon kuhli, se les denomina también gecos volantes por su capacidad de efectuar saltos aplanados. (Fotografía de M. Avanzi) |
El geco de la cola en forma de hoja (Uroplatus phantasticus), debido a su aspecto particularmente impresionante, es llamado también diablo del bosque por las poblaciones indígenas de Madagascar. (Fotografía de M. Avanzi) |
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LOS GÉNEROS DE LA SUBFAMILIA DE LOS GECÓNIDOS |
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Entre paréntesis consta el número de especies que pertenecen actualmente a cada género.
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Afroedura (9) |
Afroegecko (3) |
Agamura (4) |
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Ailuronyx (3) |
Alsophylax (7) |
Aristelliger (7) |
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Asaccus (7) |
Blaesodactylus (3) |
Bogertia (1) |
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Briba (1) |
Bunopus (4) |
Calodactylodes (2) |
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Carinatogecko (2) |
Chondrodactylus (1) |
Christinus (1) |
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Cnemaspis (38) |
Coleodactylus (5) |
Colopus (1) |
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Cosymbotus (2) |
Crossobamon (2) |
Cryptactites (1) |
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Cyrtodactylus (62) |
Cyrtopodion (35) |
Dixonius (2) |
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Dravidogecko (1) |
Ebenavia (2) |
Euleptes (1) |
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Geckolepis (5) |
Gehyra (34) |
Gekko (30) |
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Goggia (8) |
Gonatodes (17) |
Gonydactylus (4) |
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Gymnodactylus (5) |
Haemodracon (2) |
Hemiphyllodactylus (4) |
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Hemidactylus (78) |
Heteronotia (3) |
Homonota (10) |
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Homopholis (3) |
Lepidoblepharis (17) |
Lepidodactylus (30) |
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Luperosaurus (8) |
Lygodactylus (59) |
Matoatoa (2) |
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Microscalabotes (1) |
Nactus (8) |
Narudasia (1) |
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Pachydactylus (37) |
Palmatogecko (2) |
Paragehyra (2) |
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Paroedura (15) |
Perochirus (3) |
Phelsuma (40) |
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Phyllodactylus (47) |
Phyllopezus (2) |
Pristurus (21) |
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Pseudogekko (4) |
Pseudogonatodes (7) |
Ptenopus (3) |
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Ptychozzon (6) |
Ptyodactylus (6) |
Quedenfeldtia (2) |
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Rhoptropus (1) |
Saurodactylus (2) |
Sphaerodactylus (94) |
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Stenodactylus (11) |
Tarentola (20) |
Teratolepis (2) |
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Thecadactylus (1) |
Tropiocolotes (8) |
Urocotyledon (4) |
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Uroplatus (10) |
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LOS GECOS EUROPEOS |
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En Europa viven nueve especies de gecos, todas de la subfamilia de los Gecónidos y, en la actualidad, pertenecientes a cuatro géneros (Cyrtopodion, Euleptes, Hemidactylus y Tarentola). Están difundidas en España (seis especies, de las cuales cuatro, todas del género Tarentola, es decir, Tarentola angustimentalis, Tarentola boettgeri, Tarentola delalandii y Tarentola gomerensis, viven exclusivamente en las islas Canarias), en Italia (cuatro especies), en Francia, Grecia y Portugal (tres especies, aunque una, Tarentola bischoffi, es endémica del archipiélago de Madeira, que se halla al norte de las islas Canarias), en Albania, Yugoslavia, Croacia, Turquía y Malta (dos especies) y una sola especie en Macedonia, Bulgaria, Rusia y Ucrania.
Son todos gecos nocturnos de pequeño tamaño (entre 8 y 15 cm de longitud) y de cuerpo aplanado, con una librea gris-marronácea con manchas oscuras y claras, muchos tubérculos dorsales y láminas adhesivas digitales (salvo Cyrtopodion kotschyi). Viven, sobre todo, en las zonas costeras y las islas, en áreas áridas y con poca vegetación, en las ruinas, en las paredes, en las iglesias y en las habitaciones.
Las dos especies difundidas en la península Ibérica son:
• Tarentola mauritanica (Linneo, 1758), o salamanquesa común: se distribuye por toda la península y en las islas Baleares, por lo general en altitudes bajas, pero puede alcanzar los 2.350 m en Andalucía. Es una especie grande y robusta, de coloración marronácea y gris, que puede alcanzar los 19 cm de longitud total (desde la cabeza hasta la punta de la cola). Especie común, se encuentra tanto en roquedos y pedregales, como en tapias y otras edificaciones humanas, en el campo, pueblos y ciudades. Especie diurna y nocturna, suele tomar el sol a primera hora y pasa el resto del día bajo las rocas o entre las piedras.
• Hemidactylus turcicus (Linneo, 1758) o salamanquesa rosada: se distribuye a lo largo de las costas de la península; por el norte llega hasta Francia y por el sudoeste, hasta el cabo de San Vicente; en ciertas regiones penetra hacia el interior, como en Zaragoza, Andalucía, Extremadura y el sur de Portugal. Alcanza los 1.230 m de altitud en la granadina Sierra de la Contraviesa. Vive, principalmente, en dos tipos de hábitats: zonas urbanizadas y ambientes mediterráneos a baja altitud con afloramientos rocosos. Este geco, que no supera los 12 cm de longitud, es bastante discreto: de actividad esencialmente nocturna, pasa la mayor parte de su tiempo oculto entre las fisuras de las rocas.
Ambas especies son consideradas «de interés especial» por el Real Decreto 439/1990, de 30 de marzo, por el cual se regula el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Es decir, son especies no amenazadas que se incluyen en la categoría de preocupación menor. Tarentola mauritanica y Hemidactylus turcicus están en vías de expansión y colonizan por vía antrópica nuevas localidades.

Sujeto recién nacido de Tarentola delalandii, fotografiado en las islas Canarias. (Fotografía de L. Crosta)

El geco moruno o salamanquesa común (Tarentola mauritanica) es una de las especies más difundidas en el sur de Europa. (Fotografía de A. Bellese)
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El geco de los ojos de rana (Teratoscincus roborowskii) pertenece a la pequeña subfamilia asiática de los Teratoscincinae, que incluye un género y seis especies |
Sujeto joven de Oedura monilis, especie australiana que pertenece a la subfamilia de los Diplodactylus. (Fotografía de E. Scanarini) |
La cuarta subfamilia de los Gecónidos es la de los Teratoscincinae, representada por un solo género (Teratoscincus) y por seis especies de gecos nocturnos, desertícolas y rupícolas, de piel lisa, sin tubérculos, pero con evidentes escamas caudales y sin láminas digitales. De color arena con pequeñas manchas negras, de adultos alcanzan los 20 cm de longitud, poseen una cola corta (cerca del 35 % de la longitud total) y se hallan difundidos en la península arábiga y en Asia centrooccidental. La especie Teratoscincus roborowskii, robusta, más bien tranquila y muy adaptable a la vida en el terrario, puede encontrarse fácilmente en las exposiciones y muestras.
La subfamilia de los Diplodactylinae (Diplodactilinus) comprende actualmente dieciséis géneros nocturnos, difundidos en Australia (once géneros), Nueva Caledonia (tres) y Nueva Zelanda e islas limítrofes (dos), con ciento veintiuna especies hasta hoy reconocidas. En los últimos años, muchas especies antes clasificadas en la subfamilia de los Gecónidos, en el género Phyllodactylus, se han incluido en el género australiano Diplodactylus, que alberga, en la actualidad, treinta y nueve especies. Estos gecos presentan morfologías distintas, porque algunos son rupícolas y desertícolas, mientras que otros (menos numerosos) son arborícolas.
Entre los géneros australianos más buscados hay que destacar los gecos de la cola de tirador del género Nephrurus, que comprende nueve especies nocturnas y desertícolas, de tamaño pequeño-mediano, de elegantes libreas marrón-grisáceas con manchas y tubérculos blancos y cola corta con una base muy ancha por la presencia de depósitos adiposos. También los gecos rupícolas del género Oedura (trece especies), de librea marrón-ocre con manchas negras y blancuzcas y de cola gorda, pueden encontrarse en las muestras y exposiciones de Europa. Los otros géneros australianos son: Carphodactylus (una especie), Crenadactylus (una), Lucasium (una), Phyllurus (siete), Pseudothecaedactylus (tres), Rhynchoedura (una), Saltuarius (cinco) y Underwodisaurus (dos).
Los gecos Diplodactilinus que viven en Nueva Caledonia y en los archipiélagos cercanos (isla de la Lealtad, isla de Pinos) pertenecen a los géneros Bavaya (doce especies nocturnas y arborícolas parecidas a cortezas, planas, con cola larga, láminas digitales y uñas muy desarrolladas), Eurydactylodes (tres especies nocturnas y arborícolas de larga cola y con librea marrón-verdosa) y Rhacodactylus (seis especies arborícolas nocturnas, planas, algunas «gigantes», con libreas marrón-grisáceas o verdosas y una cola que alcanza el 45 % de la longitud total; están particularmente buscadas por los terrariófilos de todo el mundo).
Por último, los gecos Diplotactilinus de Nueva Zelanda, ovíparos, arborícolas, nocturnos, de cuerpo cilíndrico y cola larga (cerca del 50 % de la longitud total), pertenecen a los géneros Hoplodactylus (diez especies de librea poco llamativa marrón-grisácea; la especie Hoplodactylus kahutarae es la que vive más al sur del hemisferio austral, habiendo colonizado algunas islas situadas al sur de la isla del Sur de Nueva Zelanda) y Naultinus (ocho). Estos últimos se llaman gecos verdes de los árboles porque poseen elegantes libreas verdes con manchas y líneas blancuzcas y ocres.