que reúna estas cualidades y talantes a la vez en grado sumo. La
consecuencia de todo lo anterior es que surgirá la unidad entre
las personas, que es mucho más importante que la unidad de
acción, pues esta última es sólo una de las manifestaciones de
aquélla.
Pero, a veces, los miembros de la empresa no practican ni bus-
can la unidad sino la identificación y ésta, tal como aquí se plan-
tea, constituye un problema. Se trata de una relación de dominio
que lleva a la sumisión voluntaria con miras a obtener ventajas
personales de ella pero que, de suyo, conduce necesariamente a
la rebeldía como final de toda relación de dependencia. La iden-
tificación lleva siempre a la postura del siervo, del «bien mandado»
pero que, precisamente por ello, dista mucho del hijo, del miem-
bro de la familia, la persona que opta libre y voluntariamente por
un proyecto empresarial que es «su» proyecto empresarial (= uni-
dad) y, por ello, radicalmente distinto de la postura anterior. En
efecto, así como hemos indicado que los grupos más operativos
son los que poseen diferencias en sus caracteres psicológicos, los
cuales se complementan y enriquecen brotando así la ilusión de
sus miembros, la unión entre las personas y, como resultado y una
manifestación más, la unidad de acción, aquí el proceso es muy
diferente: se busca la unidad aparente de acción o, mejor dicho,
de actuación y se promueve la uniformidad que conduce a la des-
personalización y el sometimiento del ser humano, más o menos
consciente o inconsciente, lo que no podemos admitir como algo
valioso en las relaciones interpersonales.
Para tratar de entenderlo, vamos a analizar cómo se produce
el desarrollo psicológico de un ser humano. El niño pequeño
tiene conciencia de que existe en la medida en la que los demás
se interesan por él. Un muñeco que le habla atrae su atención y,
en los primeros meses, su yo personal y el de su madre que le
atiende habitualmente son una misma cosa. Es a partir de los 12-
18 meses de vida cuando comienza a percibir que su yo perso-
nal es distinto al de su madre y al de su padre, constituyendo
éstos los modelos que tiene para copiar en su persona. El niño
aprende así cómo tiene que ser copiando a los que le rodean e
identificándose con ellos como modelos que no se discuten. Son
sus modelos de referencia a los que se somete sin espíritu críti-
co, lo cual implica desarrollar una relación de dependencia y
sumisión que acaba siempre en el enfrentamiento y la agresivi-
Recursos Humanos
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