necesitamos de los demás y también los demás necesitan de noso-
tros. Por eso, la división del trabajo, la especialización, no han de
fomentar el egoísmo personal sino la cooperación de las diversas
profesiones, capacidades, etc., con que se cuenta, lo que constitu-
ye una postura noble e inteligente (= es mejor que yo no sepa todo
de todo por mi bien y el bien ajeno), pues no somos totalmente
responsables de la mejora ajena, pero sí lo somos de la mejora pro-
pia, de la superación personal que fomente en cada uno este talan-
te solidario, noble, generoso que es racional (no sentimental) e
inteligente, pero desinteresado en cierta medida, lo que Pérez
López ha denominado el «egoísmo inteligente», que nos lleva a
potenciar las virtudes morales que son las que nos perfeccionan
como personas y nos llevan a saber decidir correctamente, pues las
virtudes operativas sólo nos permiten ejecutar una acción pero son
incapaces de valorar las consecuencias de la misma.
En definitiva, esta madurez e integración de nuestra persona-
lidad que sabe relacionarse con lo que le rodea, es la que nos
introduce en un Proceso que nos abre hacia la felicidad: nos
esforzamos por buscar el bien, vamos descubriéndolo y vamos,
así, experimentando en nuestra vida lo que es el bien y lo que
implica su práctica. Todo ello nos posibilita el descubrimiento de
las fuentes de la felicidad para pasar a la percepción y experien-
cia de la misma, incluso en los momentos de dificultades y de
dolor que, como veremos en el próximo epígrafe, no anulan ni
apagan la fuente de felicidad que hemos alcanzado: el encuentro
interpersonal con EL OTRO para gozar yo de él y él de mí, para
disfrutar con el otro y en el otro, yo con él y él conmigo, pues
tenemos perfectamente claro y asumido lo que podemos y debe-
mos poner en común manteniendo la fidelidad y el respeto debi-
do a todos los demás, es decir, que no practicamos la letra de una
conocida canción: «los amigos de mis amigas son mis amigos»,
porque sabemos claramente dónde estamos cada uno y cuál es
nuestro cometido y nuestra responsabilidad.
4. REQUISITOS BÁSICOS PARA SER FELIZ
Desde mi punto de vista, existen seis grandes rúbricas que son
imprescindibles si pretendemos hacer posible la felicidad perso-
nal. Son las siguientes:
Introducción a los recursos humanos en la empresa
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