lo. Si bien esta decisión debo tomarla después de haber aprendi-
do a convivir con mis propios defectos y limitaciones, es decir:
una vez que me conozco y me acepto, ya que no es correcto
adoptar esta decisión porque «no me soporto a mí mismo» y, en
consecuencia, hacerlo por codicia y perfeccionismo. En la empre-
sa, este papel lo ocupa el líder pero no olvidemos que, en la vida,
todo el mundo lo es en alguna medida ya que todos tenemos
siempre algo que podemos ofrecer y aportar a los demás.
2º) Esforzarse en practicar el bien, que es el objeto propio y
natural de la voluntad. Y esto hemos de hacerlo en la empresa
en el marco del trabajo personal que se nos ha encomendado, lo
cual implica relacionarnos con otras personas, es decir, tener
relaciones personales y no sólo relaciones profesionales o, como
indicamos antes, establecer relaciones lúdico-ambitales, porque
es en este encuentro con otras personas donde podemos aportar
lo que somos y tenemos y recibir y aprender lo que otros nos
ofrecen. Esta forma de compartir con los demás y dejar que otros
compartan conmigo, este saber ofrecer y recibir, es fuente de
satisfacción y de felicidad. De esta forma el trabajo se convierte
en un campo para el desarrollo personal y cauce hacia la pleni-
tud humana. Sin embargo, todo esto no es algo que tengamos tan
claro en nuestro interior e incluso nuestras expresiones en el len-
guaje resultan poco afortunadas: una persona no se casa con «un
ingeniero» sino con otra persona que, además, es ingeniero de
profesión porque, de otro modo, no estamos hablando de
encuentro personal sino de encuentro con un profesional; de
igual modo, en ese compartir con los demás yo no he de tomar
tantas iniciativas que anule las posibilidades ajenas de participar
ya que los demás pueden considerarse incapaces de seguirme;
cuando preguntan si está papá en casa, no debe decírsele al hijo
«diles que no estoy» porque, entre otras cosas, corremos el riesgo
de que el niño pequeño responda diciendo: «mi papá ha dicho
que no está». ¿Qué valor y credibilidad puede tener un padre que
ha mentido, es corrupto, ha traicionado a su empresa y ha pasa-
do por los tribunales, para exigir a su hijo que sea honrado y
justo? Si el hijo lo es, será por una opción suya personal a pesar
de lo que ha visto, pero no por lo que ha visto en su padre.
¿Cuál será entonces el proceso a seguir? Hemos de partir siem-
pre de lo que tenemos hoy, aquí y ahora mirando al futuro y no
al pasado. Lamentarse de lo que aún no tenemos, de lo que nos
Recursos Humanos
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