los cuales puede encontrar una parte de verdad mayor que den-
tro de sí mismo, postura que es imprescindible para saber escu-
char y aprender de otros: estar abierto a la verdad ajena, a la per-
sona ajena, a la bondad ajena... aunque esa persona sea de otro
credo político, religioso, cultural o de otra raza distinta a la mía.
El humilde no cae nunca ni en la prepotencia ni en la autosufi-
ciencia. El humilde genera siempre confianza mutua porque ofre-
ce lo que es, se ofrece al otro y acoge todo lo que de bueno hay
en el otro. Su postura de justicia y de sinceridad hace creíbles sus
propuestas, porque sabe adaptarse siempre al nivel del que escu-
cha, del que recibe: no para hacerle de menos sino para hacerle
más, para ayudarle a mejorar, sabiendo que todos podemos
aprender del otro además de aportarle lo que somos y tenemos.
1.9. La aplicación práctica de los principios generales,
el diseño de la organización y el Z.B.B.
Las precedentes declaraciones y los principios generales que
hasta aquí hemos enunciado se hacen operativas y se ven en la
realidad a través de las políticas de diseño de puestos de trabajo
en los que manifiesto qué combinación busco de resultados téc-
nicos y resultados humanos, si me decanto por una función per-
sonal o por una persona funcional, qué tipo de carrera profesio-
nal ofrezco a mis asalariados y en qué medida se basa en unas
propuestas creíbles de promoción y ascenso, cuál es la política
salarial que practico, canales de comunicación que promuevo,
por qué elijo un tipo de organización concreto para la empresa
y no otro y qué tipo de dirección practico en el marco de esa
organización, porque el diseño de la organización condiciona cla-
ramente el tipo de dirección que es posible practicar: una orga-
nización piramidal no permite una dirección basada en la dele-
gación y la participación. Es en todo esto donde se concreta el
espíritu y la línea de actuación de la empresa.
Finalmente, no podemos olvidar que la empresa está orienta-
da a la elaboración de una serie de bienes y servicios de los que
ha de obtener una rentabilidad. Para ello, la Dirección cuenta
entre otros instrumentos con el denominado Presupuesto Base
Cero (Z.B.B)7para mejorar la productividad, del cual caben dos
aplicaciones o lecturas distintas:
Recursos Humanos
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