marco de la organización empresarial con una adecuada
Dirección. Por tanto, las soluciones que aporte la Dirección tie-
nen que ser para aquí, para ahora, para este problema de nues-
tra empresa y para los trabajadores concretos que tenemos hoy,
pues son las personas las que pueden mejorar puesto que las
máquinas cuentan con unas posibilidades dadas. En consecuen-
cia, no existen «decisiones neutras» por parte de la Dirección (y
de los seres humanos en general) porque tales decisiones, apa-
rentemente muy poco «comprometidas», están a favor de un tipo
de compromiso muy concreto: que todo siga igual, conforme a
un pasado que se hace presente y se prolonga hacia el futuro, en
donde no se mejora lo que es posible mejorar ni se rectifican y
corrigen los errores cometidos en el pasado sino que se perpe-
túan. Por eso, las decisiones nunca son neutras. Si mantenemos
la situación existente en la que unos están oprimidos y masacra-
dos mientras otros se encuentran llenos de privilegios, estamos
adoptando una forma muy concreta de compromiso personal
optando por mantener esa situación de cara al futuro.
1.8. Dirigir Recursos Humanos implica educar, promoviendo
valores humanos y personalidades psicológicamente maduras
De lo que venimos exponiendo se desprende que, si el
Director de Recursos Humanos ha de tomar decisiones para aquí
y para ahora y este dirigir implica así mismo educar a los propios
trabajadores, ello exige que el Director tenga una personalidad
rica en valores humanos y, a la vez, una personalidad equilibra-
da y armoniosa4. Pues bien, entre estos valores humanos que el
Director debe tener hay uno que destaca por su importancia y es
la humildad, valor esencial para cimentar unas buenas relaciones
humanas, porque la humildad es reconocer la verdad de las cosas
y de los hechos, para distinguir así lo valioso de lo que no lo es
sin hacer acepción de personas o pre-juicios sobre la bondad o
valiosidad de algo o alguien. Este valor humano, que implica
toda una postura, actitud y talante, es esencial y básico si quere-
mos desarrollar un diálogo con los demás pues, si bien no todo
es negociable sí se puede y se debe dialogar de todo y aceptar y
reconocer lo que de bueno hay en otros y nos aportan libre-
mente, reconociendo de este modo que no somos ni los únicos
Recursos Humanos
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