puede identificarse con obligar, forzar o coaccionar al otro que
nos llevaría a la dictadura o al campo de concentración «látigo en
mano» pero que sólo conduce al sometimiento y la reacción de
rebeldía y nunca a la maduración personal del otro. Lo que se
pretende es educar en libertad y para la libertad, que implica que
yo doy las instrucciones adecuadas en el momento oportuno y el
otro, con esa información y esa comunicación interpersonal,
elige, decide y se responsabiliza. La ley puede exigirnos compor-
tamientos pero no la práctica de virtudes humanas. Por eso, un
policía o un abogado consiguen con su profesión que la socie-
dad no empeore mientras que la misión de un educador es que
la sociedad mejore y progrese humanamente. Nótese que estamos
hablando de acompañar a una persona caminando a su lado
para que haga un recorrido en el que la vamos asesorando, orien-
tando y alentando, lo que resulta totalmente distinto a manipu-
lar. Aquí, el que acompaña al que conduce expone cuál es el
fundamento de la conducta que buscamos, cuál el contenido de
los valores humanos que tales comportamientos requieren y no
pretende que se actúe por miedo o por quedar bien, proponien-
do y explicando el por qué y para qué de todo ello, cosa que el
manipulador jamás hará.
Por todo ello, podemos advertir claramente que dirigir perso-
nas no es como dirigir máquinas siguiendo el «manual de ins-
trucciones». Aquí se propone, no se impone, y se respeta el pro-
tagonismo ajeno. Por eso decimos que dirigir personas es lo que
más nos acerca a practicar el talante que tiene Dios con sus cria-
turas porque, en último extremo, lo que convence al otro es su
propia experiencia y no mis razones o argumentos. Por ello, la
dirección de personas es la tarea más sublime y gratificante, pero
también la más difícil de realizar porque, si bien en la empresa
se buscan objetivos económicos éstos se asientan sobre el valor
de la unidad y la comunión (= unión común) de las personas a
las que se orientan las tareas de Dirección, tratando de coordinar
las distintas actuaciones y complementar a las diversas personas,
a fin de que todo esto lleve al enriquecimiento y la sinergia, en
lugar de al enfrentamiento, la disparidad, la dispersión. Lo que
unos tienen no se opone a lo que otros poseen sino que, en algu-
na medida, lo que los demás tienen en algún modo está ya a mi
disposición y no hace falta que yo también lo posea. Ésta es la
gran ventaja del grupo humano que produce la sinergia3en el
Introducción a los recursos humanos en la empresa
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