que se practican forman parte de la Dirección global de la
Empresa, expresando y concretando de este modo los cometidos
y tareas concretas que ha de desempeñar cada miembro de la
organización para que se alcancen las metas de la empresa. Por
eso, dirigir es decidir pero también es educar en su doble signi-
ficado de, por una parte, «sacar hacia fuera» y, por otra, «condu-
cir, guiar, acompañar». Dirigir no tiene nada que ver con «mani-
pular». Claro está que para sacar hacia afuera las cualidades que
otro tiene ocultas en su interior, el Director «ha de verlas, ha de
des-cubrirlas» primero porque es algo que está normalmente vela-
do y oculto incluso a quien es portador de ellas. Por eso, en pala-
bras de Miguel Ángel, para poder contemplar La Piedad o El
Moisés en un bloque de mármol, es necesario saber «quitar» el
mármol que sobra para tener, ver y contemplar la escultura inclu-
so antes de empezar a labrar la piedra.
Éste es el primer significado etimológico de educar: educere,
hacer salir hacia fuera la riqueza que una persona lleva dentro,
lograr que lo exteriorice no porque yo le obligo sino por aplica-
ción de la mayéutica: el arte de todo un proceso en el que, al
igual que la comadrona ayuda al nacimiento de un ser humano,
buscamos aquí, como señaló Platón y recoge la filosofía
Socrática, hacer descubrir al interlocutor las verdades que lleva
dentro de sí pero que todavía desconoce porque no se las ha for-
mulado ni a él mismo ni a otros. Por tanto, el Director o bien sabe
que esa persona tiene esas cualidades o se cree que existen fun-
dándose en las pruebas objetivas de selección de personal que se
han realizado previamente y, en consecuencia, ofrece las posibi-
lidades adecuadas para que se desarrollen.
La segunda acepción del término educar es: conducere, que
significa, guiar, acompañar, conducir como forma concreta de
dirigir, al objeto de cambiar los comportamientos de esa perso-
na para mejorarlos, lo que implica que éstos se basen en valores
humanos para mejorar la convivencia y el trabajo en la organiza-
ción empresarial. El símil de lo expuesto está en «conducir con
copiloto» en una ciudad desconocida: el copiloto respeta la liber-
tad y decisiones del conductor pero le avisa con tiempo y le pro-
porciona las instrucciones oportunas acerca del camino que con-
viene seguir. Se trata, pues, de ser y comportarse de forma
tremendamente respetuosa con la libertad ajena, con sus decisio-
nes, ejecuciones y responsabilidades, porque ser exigentes no
Recursos Humanos
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