do mi vida hacia su auténtico fin que consolida un proyecto per-
sonal viable, enriquecedor, interpersonal y gratificante.
En la familia se viven las experiencias de amistad, respeto,
aceptación, comunicación interpersonal, sentido del trabajo per-
sonal y de grupo, la donación libre y voluntaria a los demás por
amor, la utilización correcta del tiempo de ocio, la transmisión de
la vida... En la empresa, se pueden y deben vivir todas las ante-
riormente citadas excepto la última.
Dado que la c u ltura de la im agen fomenta personas receptivas
y pasivas, poco reflexivas, sin espíritu crítico y fácilmente mani-
pulables, deberé preguntarme si es esto lo que busco y necesito
para mi empresa o más bien personas que se integren en ella bus-
cando el valor de la unidad. Y así como los padres deberán mos-
trar cómo se exigen a sí mismos la sinceridad, verdad, sobriedad
y reciedumbre porque el hijo aprende más por lo que ve que por
lo qu e se le dic e, lo mismo deberá hacer el Director de Recursos
Humanos respecto a sus trabajadores. Así mismo, deberá tomar en
serio cómo vive el otro los acontecimientos y cómo le afectan las
cosas sin aferrarse al hecho en sí mismo: no hay enfermedades
sino enfermos, no hay hechos abstractos sino acontecimientos
que se viven por personas distintas de modo diferente.
Procediendo así, se hace posible la vida alegre y feliz de los
demás, porque yo cuento para el otro como persona.
Como la felicidad no la proporcionan las cosas materiales sino
la maduración personal y el crecimiento armónico de los valores
asumidos, es importante aprender el adecuado uso y el valor que
debe concedérsele al dinero así como el tiempo dedicado al ocio y a
la propia fam ilia. El Director que promueve la prioridad de un
campo de los citados a costa de los demás se perjudica a sí mismo
y perjudica a su empresa y a los miembros de su empresa. Cuando
como trabajador me convencen de que soy imprescindible y me lo
creo, dejo de ser persona y me convierto en una pieza del engra-
naje mecánico de la organización: soy vilmente manipulado y me
convierto en objeto productivo dominado por la organización. Por
ello, es la relación autoridad-obediencia (y no la del poder-sumi-
sión) la que proporciona la necesaria cohesión al grupo y propor-
ciona los elementos básicos para que sepa a dónde voy y cómo, lo
que me permite no sentirme jamás desorientado e inseguro.
Amor no es sinónimo de sentimientos o sensaciones, porque
no consiste en satisfacer de modo inmediato todo tipo de gustos
Lo que aporta la experiencia de la vida familiar a la dirección de los recursos
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