consecuencia de lo que son, esto es, su comportamiento y actua-
ciones concretas. Pero nunca se invierten ambos aspectos: prima
el primero sobre el segundo porque «cuando hay valores pode-
mos y debemos esperar comportamientos pero no necesaria-
mente ocurre al revés, pues los comportamientos no aseguran la
existencia de valores»: se puede actuar bien por sentido de res-
ponsabilidad, por temor al castigo que puede recibirse o para
ganarse la confianza ajena y, así, poder traicionarle en el futuro
sin levantar sospechas.
3º) La familia y la empresa como organizaciones que promueven
la satisfacción de necesidades de sus m iem bros
Ya nos hemos referido anteriormente al modo en el que la
familia promueve la cobertura de necesidades de sus miembros.
En el caso de una empresa hemos de destacar que ésta tiene
siempre dos misiones que cumplir:
a) misión externa, centrada en las necesidades reales a las que
se orienta la organización y para las que ofrece un conjunto de
bienes y servicios apropiados para su cobertura
b) misión interna de la organización, por la que busca satisfa-
cer las necesidades reales de las personas que son miembros de la
organización y de cuya confianza en su espíritu de servicio depen-
de el funcionamiento de la empresa, lo que hace que en muchos
casos se considere aquí incluidos a los proveedores. Respecto a
estos miembros de la organización, la empresa ofrece una remu-
neración por las tareas realizadas y un desarrollo profesional.
Ambas misiones no son independientes sino que están rela-
cionadas entre sí porque, sin un adecuado desarrollo de la
misión interna no se podrá asegurar la realización de la misión
externa. Es decir, la misión interna ha de dar cobertura a los
motivos extrínsecos (misión externa) y también a los motivos
internos (= los intrínsecos y trascendentes de los miembros de la
organización) que son necesarios para el mejor cumplimiento de
la misión externa. Por tanto, las elecciones realizadas se traducen
en decisiones adoptadas y a su vez éstas se convierten en accio-
nes ejecutadas, lo que implica todo un proceso de aprendizaje
unido a una valoración afectiva de lo que se quiere y lo que se
rechaza. Por eso, aunque no conocemos las intenciones de los
Recursos Humanos
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