una utopía. De hecho, dirigir es decidir y también educar, lo que
implica una forma muy concreta de tomar decisiones y arbitrar su
puesta en práctica (lo que llamamos «su implementación»).
Esta tarea educativa y formativa ha de ir orientada en primer
lugar a que el ser hum ano se conozca a sí m ism o pues hay que
conocerse para autoposeerse y ésta es condición necesaria para
poder entregarse. El ser humano ha de comprender por su pro-
pia experiencia y lo que ve en los demás, que lo importante no
es lo que se tiene sino lo que humanamente se es y lo que se
puede llegar a ser a partir de lo que ya se es, porque el ser huma-
n o es los valores que realiza y en ellos manifiesta su maduración
personal y el enriquecimiento armónico de las virtudes humanas
ya que unas a otras se equilibran y compensan. Sabemos que la
virtud es un hábito operativo bueno, lo que implica:
a) hábito: actitud permanente del alma, que no puede con-
fundirse con una costumbre o una rutina. Precisamente para que
el hábito no se convierta en rutina es necesario que la persona
sepa por qué y para qué hace lo que hace y los demás valoren
en él la calidad e intensidad de las obras realizadas, que es el
modo por el que se conoce cómo arraigan las virtudes
b) operativo: lo que implica que estamos ante un acto que se
realiza; no es una disposición o una posibilidad sino una actua-
ción concreta en algo y para algo
c) bueno: como acto y como acción, esto es, por su intención
y por su fin ya que no basta que el acto sea bueno si la inten-
ción que lo impulsa no lo es.
Obviamente, el desarrollo de tales virtudes humanas puede ser
contemplado desde dos aspectos diferentes:
a) la inten sidad con la que se viven, que es lo que más inte-
resa a una empresa
b) la rectitud de los motivos con los que se practica, más allá
de la buena educación o de la fría cortesía y que es lo que hace
que la virtud se mantenga en el tiempo y mantenga su «calidad
en la adversidad», porque el ser humano ha conseguido hacer
«una vacación de su vocación». Cuando esto se ha alcanzado, la
virtud de la laboriosidad no está vinculada a la retribución mone-
taria que se obtiene: se trabaja tam bién por dinero pero no sólo
ni fundamentalmente por dinero.
Este es el camino por el que se construye el valor de la un i-
dad en la organización y que se caracteriza porque:
Recursos Humanos
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