tu d sigu ien te: «me estás mostrando con tu conducta que te com-
portas como enemigo mío, pero yo seguiré siendo y actuando
como amigo tuyo a pesar de todo pues, para mí, todos son acree -
dores de mi amistad: no porque yo sea ingenuo sino porque
busco su bien antes que su agradecimiento. Y, al recibir el agra-
decimiento de los demás, no lo tomo como alabanza propia y
lisonja personal, sino como algo a lo que yo estoy abierto y dis-
puesto a recibirlo para que los demás desarrollen en sus personas
algo que es bueno para ellos: ser agradecidos con quien se ha
portado bien con ellos, ser amigos de quien les aprecia y les brin-
da su amistad y lo mejor de su persona». No p r i m a pues aquí el
interés propio, sino la mejora y el bien ajeno.
No resulta fácil alcanzar estos niveles en el comportamiento
humano pero queda así perfilado el camino de la madurez y ple-
nitud humana que toda persona puede alcanzar y que se mani-
fiesta en la cooperación, colaboración e integración de todas las
áreas de la personalidad en un funcionamiento conjunto basado
en el dominio político de los estratos interiores sobre los exterio-
res de modo que se dé un equilibrio personal y unas reacciones
ponderadas en el marco de un proyecto de vida que resulta via-
ble, gratificante, interpersonal y que conduce a una relación basa-
da en la autoridad-obediencia que lleva hacia la amistad, en lugar
de cimentarse en el sometimiento y el temor que conduce, tanto
en el plano humano como en la relación con la divinidad, a los
formalismos, legalismos, el cumplo-y-miento y, si la persona es
perfeccionista, a los escrúpulos y la insatisfacción personal.
BIBLIOGRAFÍA
AA. VV.: Consúltese, en la Biliografía complementaria, las obras
que se citan sobre los siguientes ítems:
•Análisis transaccional
•Antropología
•Autoayuda
•Comunicación no verbal
•Educación
•La mujer en la empresa
•Psicopedagogía
•Publicidad
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