pues depende más bien en primer lugar de las metas que esta-
blezco (sobre las que hay dominio político pero no despótico,
pues no está en mi mano lograrlas plenamente con certeza) y, en
segundo lugar, lo que me juego en ellas, es decir: lo que arries-
go y puedo perder a cambio de lo que puedo ganar o conseguir.
Por ejemplo: si juego 100 Pts. al cupón de la ONCE mi grado de
estrés al contemplar el sorteo es mínimo, pero no ocurrirá lo
mismo si me he jugado el sueldo de todo el mes.
Por ello, conocer los sentimientos de una persona permite
explicar el significado de sus acciones, es decir, lo que quiere
expresar de sí mismo a los demás para comunicárselo, a la vez
que manifiesta el valor y estima que concede a esa persona a la
que se dirigen las consecuencias de sus acciones. Y es que un
corazón que ama humaniza y da sentido al significado de las
pequeñas cosas de cada día, ya sea en la familia, en la empresa
o en cualquier organización humana. Se trata, pues, no sólo de
que mis propuestas sean razonables sino también de cómo las
expongo y cómo las entienden los demás, a los cuales yo tengo
que conocer para adaptarme a cada uno evitando que las igno-
ren o se las tomen por la tremenda.
Nos encontramos de este modo con unas expectativas de
comprensión de nuestros defectos y de perdón de nuestros erro-
res que son muy distintas según a quien corresponda practicar-
los, pues, Dios perdona siempre, los humanos lo hacemos algu-
nas veces y la Naturaleza no lo practica nunca pues siempre pasa
factura de lo que hacemos mal.
4. APLICACIÓN A LA DIMENSIÓN TRASCENDENTE
DE LA PERSONA HUMANA
Hasta aquí hemos presentado una descripción de la estructu-
ra de la personalidad del ser humano natural, que se comporta
como animal racional y al que san Pablo denomina «el hombre
animal»21. No obstante, todo ser humano, y sin dejar de serlo,
puede ser elevado por la «gracia» a una dimensión superior inca-
paz de ser alcanzada por sus propias fuerzas humanas: estamos
entonces ante «el hombre espiritual o pneumático» en terminolo-
gía de san Pablo, esto es, la persona humana que tiene en su inte-
rior (anillo 1) unas «potencias o capacidades nuevas sobre-natu-
Recursos Humanos
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