teamiento? ¿Es que acaso los trabajadores no tienen interés por
la organización en la que trabajan? La respuesta a esta pregun-
ta no es tan evidente como podría suponerse. En efecto: un tra-
bajador recién llegado a una organización empresarial se inte-
resa más por su futuro, por conservar y afianzar su puesto de
trabajo que por la organización empresarial en sí misma. Sólo
después de haber transcurrido un tiempo en el que ha tenido
experiencias positivas en el seno de esa organización va sur-
giendo el interés por ella, es decir: en la medida en que yo
tengo la experiencia de que cuento como persona para la orga-
nización y esto de forma reiterada, la organización empezará a
contar para mí en lo que me propone y sugiere. Nótese que yo
no puedo captar en las acciones de otra persona lo que no creo
que es capaz de tener2. Ello es así porque sus muestras de afec-
to, de cortesía, etc., serán interpretadas por mí de modo muy
distinto cuando esa persona me ha traicionado previamente y
ha perdido de este modo para mí la confianza y credibilidad,
pues, yo puedo y debo presuponer que los demás son inocen-
tes y actúan de buena fe hasta que me demuestren lo contra-
rio y tales hechos no se deban a un error involuntario: son
entonces los hechos que realiza esa persona los que provocan
en mí el cambio de postura y, por tanto, es el otro quien ha
generado en mí esa reacción y no soy yo el que la provoco por
mi cuenta. En realidad, cuando una persona entra a formar
parte de una organización empresarial muchas veces se piensa
que lo ha logrado por méritos propios que le hacen acreedor a
realizar una tarea y percibir unos ingresos monetarios. Sin
embargo, en la contratación de toda persona intervienen siem-
pre dos factores: evidentemente, no podemos ignorar, por una
parte, el papel que juegan los méritos propios pero además, por
otro lado hemos de considerar que la empresa se ha interesa-
do por mí y, por ello, me ha contratado ya que es muy proba-
ble que haya podido optar por otro candidato. Todo esto es
necesario, es el punto de partida pero, para que las cosas fun-
cionen bien, la organización ha de seguir dándome pruebas de
su interés por mí como persona en el futuro, si quiere que yo
vaya desarrollando la capacidad de interesarme por la organi-
zación como requisito previo para que un día, mediante una
decisión mía personal y libre, comience a expresar mi interés
por la organización.
Recursos Humanos
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