todo lo que el ser humano aprende, no lo transmite a sus descen-
dientes a través de los genes mientras que el animal, todo lo que
conoce por instinto se lo comunica a la generación siguiente. Es
verdad que el animal no puede transmitir generacionalmente lo
que ha aprendido por adiestramiento, pero ello prueba que lo
aprendido por este camino se basa en la asociación de imágenes
y sensaciones, las cuales no puede transmitir consciente y volunta-
riam ente a sus descendientes. Ha sido el suyo un aprendizaje pasi-
vo y no un aprendizaje activo, voluntario y libre.
2º) El len guaje sim bólic o, que permite dar nombre a las cosas
para representarlas. Se trata de algo distinto al lenguaje emotivo,
que es el propio de los animales, mediante el cual éstos expre-
san sus sensaciones de hambre, frío, cansancio, agresividad, etc.
Los animales nunca dan nombres a las cosas: se limitan a expre-
sar con su comportamiento la situación en que se encuentran. En
el lenguaje simbólico de los seres humanos, la palabra es un sím-
bolo para designar una realidad concreta. La palabra es material,
pero su significado es espiritual: un animal no capta el significa-
do de la palabra «verdad».
El lenguaje simbólico nace del hecho de que el ser humano
conoce las cosas en su realidad y busca un símbolo (nombre) para
representarlas. Si no tuviera la experiencia de estas realidades en
cuanto tales, no buscaría esa palabra denominativa y sólo poseería
un lenguaje emotivo, resultado instintivo de la emoción o la angus-
tia, el hambre o el frío, etc. Los animales no han desarrollado un
lenguaje simbólico porque no conocen las cosas en sí mismas, de
modo abstracto. Los animales no tienen diccionarios.
3º) La libertad, entendida como capacidad personal de autode-
term in ac ión. En los seres humanos, los genes que cada persona
hemos heredado de nuestros padres nos condicionan pero no nos
determinan. Sin embargo, el animal viene determinado por sus
genes e instintos en su comportamiento, ya que aquéllos generan
en él impulsos innatos que se manifiestan en comportamientos
copiados de sus progenitores y que están orientados hacia la
supervivencia, autodefensa, etc.
La libertad es algo espiritual: si yo me autodetermino, no estoy
determinado por los genes que he recibido de mis padres: los
genes condicionan, pero no determinan. El ser humano tiene así
no sólo una biología sino también una biografía fruto de sus deci-
siones desarrolladas en el entorno en que vive. Hay en él algo irre-
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