unos valores frente a otros. Desde este punto de vista, la posible
colisión teórica entre dos valores se resuelve siempre aplicando el
criterio de la fuerza: prevalece el valor más bajo y fuerte frente
al más alto y débil pues, antes de llegar al amor interpersonal de
amistad es preciso contar con el valor de la amistad pero ésta no
será posible si, previamente, no se practica el respeto y la justi-
cia. El refrán español de que «donde hay confianza, da asco» no
debería aplicarse al caso de que «con un amigo, vale todo»: pre-
cisamente, porque aprecio a esa persona y la valoro como tal, la
prueba evidente de mi aprecio y afecto será que no hago nada
que pueda ofenderla, molestarla o herirla. Por eso, no es exacto
afirmar que «obras son amores y no buenas razones», sino más
bien debería decirse que «el amor ha de ponerse más en obras
que en palabras» y, por tanto, no sólo en palabras sino también
en obras, pero no sólo en obras (que tal vez el otro no llega a
ver o captar) sino también en palabras: lo uno no impide lo otro,
lo cortés no impide lo valiente. Es por esta vía por la que llega-
mos a percibir cómo el ser humano es los valores que realiza,
afirmación que normalmente no formulamos pero que la utiliza-
mos a diario cuando «calificamos» a las personas que tratamos: es
una persona de fiar, es leal, es competente... Por eso, lo que es
bueno para el individuo es bueno también para el colectivo o
grupo: el bien individual no se opone al Bien Común cuando,
realmente, hablamos del bien individual y no del capricho per-
sonal. Pero sí es verdad que los más altos valores individuales tie-
nen muy reducida dimensión social o grupal: el matrimonio, lo
es entre dos personas de distinto sexo y nada más. Y en estos
altos valores individuales me exijo a mí mismo su cumplimiento,
pero nadie puede exigirme a mí que los practique con otro: yo
no puedo exigir a nadie que sea mi amigo ni nadie puede exi-
gírmelo a mí, porque la amistad se propone pero no se impone.
4. APLICACIÓN A LA DIRECCIÓN DE RECURSOS HUMANOS
Como ya indicamos inicialmente, los enfoques positivos son
contrastables de inmediato. En este sentido, las normas de peda-
gogía, el lenguaje corporal y la caracteriología de las personas
permiten contrastar de inmediato la teoría con la realidad, del
mismo modo que nos ocurre con la teoría económica.
Ciencias positivas y ciencias normativas: El mundo de los valores
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