nal» que la convierte en un ser-en -el-m un do y, por otra, la
«dimensión personal-comunitaria» que implica un ser-para-los-
demás, de tal forma que, junto a la dimensión del «yo» y el «tú»
aparece la dimensión del «entre», del «nosotros», tal como señala
Martin Buber8b que se traduce en la relación interpersonal de
amistad la cual, cuando está impregnada de amor mutuo, condu-
ce a la auténtica fraternidad que implica mucho más que tener un
mismo padre común. Esta dimensión personal-comunitaria se
desarrolla en la sociedad, que constituye el ámbito en el que se
realizan los valores y, el Estado, tiene aquí como misión conver-
tirse en garante de la realización de los mismos.
3.10. Los valores: ¿Fines o m edios?
Según el testimonio constante de nuestra percepción interna,
que merece más crédito que la externa, buscamos unas cosas
como fin y otras como medio. En opinión de Brentano éste es un
juicio evidente. La relación de una serie de medios a un fin se
denomina relacn utilitaria, porque el medio es querido en
tanto en cuanto es útil. Y, como toda acción humana busca inten-
cionalmente un fin, no puede darse una sucesión infinita de actos
humanos considerados todos ellos como medios. Si hacemos las
cosas sin una finalidad subjetiva, no mereceríamos el nombre de
personas libres pues habríamos renunciado a ser responsables de
nosotros mismos y de nuestros actos. Existe, pues, una serie fini-
ta de actos i1, i2.... inque concluyen en el acto I al que se diri-
gen todos nuestros deseos.
Pero, como una cosa son nuestros planes y otra bien distinta
los hechos reales, junto a esta ordenación subjetiva intencional
hemos de considerar otra de carácter objetiva y real desprovista
de implicaciones axiológicas: se trata de la mera causalidad física
de nuestros actos con independencia de nuestras intenciones.
Dejando de momento aparte el carácter valioso o antivalioso de
nuestra conducta, nos fijaremos en la eficacia real de nuestros
actos. Desde el punto de vista técnico, la sucesión de estos actos
podría ser ilimitada si no existiese la limitación de la vida y la
secuencia técnica sería así: t1, t2, t3...tn.... Pero, como la secuencia
intencional se ejecuta a través de la técnica, la primera pone
siempre un límite a la segunda que se presenta siempre finita en
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