ticia del abuso de que es objeto. La diferencia está en que el ase-
sino es el más fuerte y, por eso, si los valores son subjetivos, sólo
un valor resulta ser verdaderamente objetivo: la ley del más fuer-
te. Pero, si esta conclusión es aberrante, los valores y antivalores
son objetivos, si bien, en su conocimiento, cabe lo mismo la ver-
dad como el error, acertar o equivocarse tanto en su aspecto
material como formal.
3.4. Irreductibilidad del conocim iento axiogico
Como señaló Kant, las denominadas éticas a posteriori no
pueden decirme si el acto de matar a un niño que me molesta
con sus juegos es de suyo bueno o malo antes de que lo realice:
lo sabré después de llevarlo a cabo. Si siento disgusto por lo que
he hecho y lo mismo le ocurre a otras muchas personas, podré
enunciar la regla moral que queda formulada a posteriori en vista
de los resultados. Obsérvese que, en este proceso lógico, se sigue
el mismo planteamiento que en las ciencias de la naturaleza: la
causalidad física: matar a un niño es malo porque genera en mí
sensación de culpa, lo mismo que la calefacción es buena por-
que me da calor. En ambos casos, confundo la eficac ia física con
la dignidad moral: estoy aplicando a la resolución de problemas
axiológicos el esquema de la causalidad física. Y la causalidad es
propia del reino de la naturaleza, pero no del reino de la liber-
tad. La reducción de lo axiológico a lo físico, sensible, natural,
implica un doble error: confundir la intuición del valor con la
intuición sensible y admitir que la causalidad física es aplicable
en axiología.
Muchas veces se ha intentado reducir la intuición del valor a
la intuición del ser y derivar así lo que es bueno para el hombre
a partir del concepto de naturaleza humana: la axiología se expli-
caría a partir de la ontología. Pero, ¿tenemos, de verdad, una
noción clara de lo que es la naturaleza del hombre? La definición
por género y especie del hombre como animal racional, ¿basta
para saber con seguridad si una determinada acción es buena o
mala? La respuesta es negativa. Si el método fuese tan preciso y
seguro, ¿cómo explicar que Aristóteles, su creador, defendiese
que la esclavitud es natural al hombre? La conducta del hombre
no es uniforme; más aún: es contradictoria. Por ello, la observa-
Ciencias positivas y ciencias normativas: El mundo de los valores
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