Para la consecución de estos objetivos necesitamos contar con
la existencia de actos correctos pero, en este sentido, conviene
diferenciar claramente entre hábito y rutina:
a) rutina, es la repetición mecánica de actos
b) hábito, es la repetición de actos sabiendo por qué y para
qué se hace lo que se hace.
Por tanto, hay que valorar la calidad y la inten sidad (= esfuer-
zo) de las obras realizadas para conocer cómo arraigan las virtudes.
Señalar, finalmente, que los riesgos que existen en el enfoque
positivo cuando la oferta mueve la demanda (p. ej. a través de la
publicidad) no existen cuando la demanda pone en marcha la
oferta, que es lo que ocurre en el enfoque normativo cuando,
desde un principio, el planteamiento está bien hecho, tanto en la
Macroeconomía como en la Economía de la Empresa. La clave de
todo ello se encuentra en las Decisiones Estratégicas que me exi-
gen responder a preguntas como éstas: ¿tengo claro lo que pre-
tendo individual y colectivamente?, ¿daría un puesto de trabajo a
quien no está capacitado para él? Si, por ejemplo, adopto deci-
siones oportunistas en el terreno estratégico, puedo incrementar
a corto plazo mis ingresos de caja pero comprometo seriamente
su continuidad en el futuro al haber engañado a mis clientes o
haber tratado mejor a los clientes esporádicos que a los habitua-
les, lo que provoca la pérdida de la denominada «fidelización de
los clientes habituales» con los que cuenta mi organización2. Ello
explica que, en la vida real, tenga siempre prim acía lo norm ati-
vo sobre lo positivo, aun cuando lo normativo se realice a través
de lo positivo pero no de cualquier forma. A todo ello hacemos
referencia en los gráficos 38 y 39.
Los componentes que integran el Modelo Antropológico son
los únicos que promueven un aprendizaje personal y humano a
través de la propia experiencia, que debe ser coherente con los
fines de la Organización: será un aprendizaje humano en una
empresa modelo, o un aprendizaje inhumano en una organiza-
ción terrorista, por ejemplo.
Este aprendizaje tiene como objetivo desarrollar, por medio
de la propia experiencia, la confianza y credibilidad en el otro al
ver cómo me aprecia, me quiere, me valora, busca mi bien y no
actúa o decide buscando resultados (modelo mecanicista) o tra-
tando de dominarme y utilizarme para sus fines (modelo psico-
sociológico).
Recursos Humanos
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