conocerlos personalente, lo que para el resto de los trabajadores
constituye una prueba valiosa en sí misma digna de credibilidad
y de confianza porque todos comparten los criterios de selección
aplicados en base a su propia experiencia personal: sólo de este
modo es posible iniciar la construcción de un determinado clima
o ambiente de trabajo.
2º) A partir de este sentimiento de confianza y estima inter-
personal que se ha ido generando, hay que fomentar un trato
interpersonal basado en la delicadeza y el respeto, entendidos
éstos no como la forma educada y la cortesía superficial que nos
permite no rozar con el otro y estar lo suficientemente lejos de él
para ignorarle, sino todo lo contrario: haciendo de la delicadeza
y el respeto los auténticos valores humanos en los que se funda-
menta toda relación interpersonal que está abierta al otro y a la
amistad con el otro.
3º) El tercer elemento es consecuencia de los anteriores: se
trata del respeto a la intimidad del otro y a los aspectos íntimos
de su vida que ha querido, libremente y por iniciativa suya, com-
partir conmigo abriéndose a una relación de amistad. No soy yo
quien le he «sonsacado o extraído» esa información: es él quien
ha querido que yo la conozca y él mismo me la ha comunicado
porque desea compartir conmigo esa parte de su intimidad y de
su vida.
4º) El resultado de todo ello es la lealtad y cooperación de los
miembros de ese grupo que abandonan toda tendencia al indivi-
dualismo porque, lo que se valora no es la «tarea personal» sino
la «huella humana» que cada uno dejamos en los demás, en las
tareas realizadas y en los puestos empresariales por los que
vamos pasando.
5º) De todo ello se sigue un resultado: la integración en un
proyecto común que se considera deseable y valioso, no en teo-
ría o en hipótesis sino por la propia experiencia y vivencia per-
sonal que pone de relieve un estilo de vida y una forma de com-
portarse y proceder.
6º) El mantenimiento de estos resultados y su pervivencia con
el paso del tiempo, implican un proceso de formación y madu-
ración humana permanente, que no es propuesta o exigida por
la dirección a los trabajadores sino que son éstos los que la piden
al experimentar la necesidad que tienen de la misma: no les envía
la Dirección a un cursillo, sino que son ellos los que lo piden
Recursos Humanos
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