disponiendo yo de su vida para evitar que se puedan llegar a
equivocar. Es la postura típica de los intolerantes y fundamenta-
listas, postura irracional y, a la vez, sentimental que me encierra
en mí mismo y me convierte en un creído y orgulloso, que me
agarro a «la norma» para no equivocarme en mis acciones y no
permitir que los demás se puedan equivocar. En el fondo, pido
respeto para mi libertad pero no admito la libertad de los demás.
11.6. Hay que dejarse interpelar por la realidad libres
de prejuicios
Es algo fundamental en todo lo que se ha venido exponiendo
y, a la vez, sumamente difícil, porque la realidad es mucho más
rica de lo que cada uno somos capaces de percibir.
Nosotros, tratamos de «explicar» cómo es y se comporta una rea-
lidad a través de una ideología política, económica, etc., de una teo-
ría y de unos modelos que son limitados y constituyen «los cristales
de las gafas con las que miro» esa realidad. Por eso, si yo «me encie-
rro» en lo que esa ideología, teoría o modelos me indican, no soy ya
capaz de captar la REALIDAD que es mucho más rica, y me quedo
contemplando sólo una parte de ella: lo que veo es la «realidad». De
ahí que, sólo cuando me dejo interpelar por la REALIDAD puedo
captar en qué medida mi ideología, mi teoría o mis modelos son
correctos, los puedo y debo mejorar ampliándolos, etc.
Gr áfico 35
La dirección de personal en la empresa
269
YO
¿Valen?
REALIDAD
o
realidad
– IDEOLOGÍA
– TEORÍA
– MODELOS
(cristales de las gafas con
las que miro)
Si me encierro aquí, no
puedo ver nada más que
lo que los modelos me
permiten captar