persona en la empresa.
3º) La base que garantiza el desarrollo de los sistemas partici-
pativos es una filosofía empresarial que admite y promueve el
valor inalienable de la persona, su libertad, su dignidad y su
capacidad para asumir libremente mayores cotas de responsabi-
lidad en el desarrollo de su profesión.
4º) La filosofía, los objetivos y el estilo de dirección forman
parte de un todo homogéneo y coherente que deberá traducirse
en unas políticas de personal para toda la empresa, mediante las
cuales los empleados captan la auténtica dimensión de estos sis-
temas y las intenciones reales de quienes las proponen.
5º) La fórmula que hace posible la participación voluntaria y
continuada de los empleados en un proceso que aplica la com-
petencia profesional de los mismos, reposa sobre la motivación
trascendente de la persona, es decir: el deseo de satisfacer las
necesidades personales en el ámbito profesional (motivación
intrínseca) así como las necesidades vocacionales (motivación
trascendente) que impulsan a actuar con una dimensión de ser-
vicio con la clara intención de sentirse útiles a los demás. En
ausencia de esta visión y este talante personal, la persona no se
involucra en el sistema y, tarde o temprano, lo abandonará, pues
la motivación es un factor clave para asegurar la participación.
6º) Hay que elegir un procedimiento concreto para iniciar el
proceso de participación, el cual ha de tener en cuenta las carac-
terísticas técnicas y organizativas de la empresa. Sin embargo,
aunque es importante el procedimiento a utilizar, se trata sólo de
un medio y no de un fin en sí mismo: el procedimiento que se
siga constituye únicamente el vehículo a través del cual se ponen
de manifiesto los verdaderos elementos que promueven la parti-
cipación y que no son otros que la filosofía, los objetivos y el esti-
lo de dirección.
Como comentario final, baste tener presente dos cuestiones ya
tratadas y que son fundamentales. Por una parte, la filosofía o
concepción de la persona y de la empresa que tenga el empresa-
rio, ya que puede proponerse un sistema participativo simple-
mente porque es algo novedoso. En segundo lugar, hay que tener
muy claro que la participación no puede imponerse, es algo
incoer cible y, por tanto, la persona no pondrá en juego todas sus
capacidades si descubre aquí un nuevo modo de instrumentali-
zación. Como la confianza interpersonal (y no la confianza ope-
La dirección de personal en la empresa
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