petencia profesional y el respeto a su libertad, sea una realidad
en la empresa. Y ¿cuáles son los motivos que impulsan a una per-
sona a participar libremente en este proceso de forma continua-
da? Para conocerlos, es necesario situarse en la posición del
empleado para ver sus reacciones y comprender los motivos que
le llevan a participar.
Lo primero que necesita el trabajador es percibir que la orga-
nización se interesa por él y le brinda la oportunidad de tener
esta experiencia mediante diversas acciones: conversaciones
informales en las que se expone la importancia de su función,
traspaso de información a la que nunca había tenido acceso, for-
mación específica, diálogo constructivo, etc.
Posteriormente tendrán lugar otras acciones formativas que le
permitan entender mejor el sentido de su trabajo y el trabajo de
los demás en el marco de la organización. Le enseñan a escuchar
mejor, a valorar las aportaciones de todos (incluidas las suyas), a
trabajar en equipo, a aportar sus ideas de manera razonada, a ela-
borar y concretar propuestas en su grupo de trabajo y ver cómo
alguna de ellas acaba siendo una realidad. Tiene también la opor-
tunidad de comprobar que, además del salario que recibe como
compensación a su trabajo, se le considera como persona capaz
de aportar ideas, a la que la empresa valora por cómo es y le
brinda la oportunidad de desarrollar sus capacidades y de darle
un nuevo sentido a su trabajo. Es decir: la organización le está
ofreciendo la posibilidad de actuar en base a la motivación
intrínseca y trascendente que son las que caracterizan a la per-
sona humana porque se dan en el marco de la libertad personal,
nacen desde dentro de la persona y nadie puede forzar. Es más,
parece evidente que nadie te puede obligar a que tu trabajo te
guste o a encontrar sentido a lo que haces aunque te puedan for-
zar, eso sí, a que hagas las cosas por la motivación extrínseca
derivada del premio o la sanción, pero ello no favorece ni consi-
gue la motivación intrínseca ni la trascendente.
Estamos, pues, de lleno en la aplicación real de las motiva-
ciones que descubren lo más valioso que posee la persona y que
ésta no aplicará en la organización hasta que no esté segura de
las intenciones de la otra parte y encuentre el clima adecuado de
respeto y consideración que le invite a abrirse y confiar en la
dirección. No es un proceso fácil y no se puede forzar ni mani-
pular si queremos lograr los resultados positivos que se buscan:
La dirección de personal en la empresa
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