creando los grupos de participación o desarrollo. Mientras los cír-
culos nacieron con la pretensión de mejorar la calidad, los gru-
pos de participación, tal y como se conciben actualmente, abor-
dan todo tipo de cuestiones relacionadas con el trabajo habitual
de sus miembros dentro del ámbito de competencia y actuación
de los mismos. Estos grupos, analizan y proponen mejoras en
todos los aspectos propios de la actividad de la empresa: pro-
ductividad, mantenimiento, procedimientos, organización, cali-
dad, tecnología, etc.
Los grupos de participación hay que distinguirlos claramente de
los «task force» o de los llamados grupos de proyecto. Estos últimos
se crean con un fin determinado y se disuelven una vez cumplida
su misión, mientras que los grupos de participación tienen desde
un principio voluntad de permanecer en el tiempo. Por esta razón,
las características de unos y otros son muy distintas. Los círculos
de calidad y los grupos de participación no se introducen para
resolver un problema puntual, sino para concebir y desarrollar un
cauce formal y permanente que permita a las personas participar
activamente en todos aquellos aspectos ligados al desarrollo de su
puesto de trabajo. Por otro lado, la voluntariedad de los grupos de
participación contrasta con el encargo de la dirección a las perso-
nas escogidas en los grupos de proyecto.
Y participar ¿en qué? Pues, participar en el análisis de la reali-
dad, en el diagnóstico de todo aquello que sea objeto de mejora
y en la elaboración de propuestas de acción concretas, es decir,
en todo lo que pueda ser susceptible de mejora y esté relaciona-
do con el área de trabajo del partícipe. Se trata, por tanto, de par-
ticipar en el proceso de toma de decisiones y no en el poder de
decisión como ya se ha señalado. Ello exige que las personas per-
tenecientes al grupo estén contemplando una misma realidad,
aunque sea desde distintos puntos de vista (mantenimiento, pro-
ducción, calidad, etc.), pues, entre todos los componentes del
grupo se consigue una visión más completa de las tareas asigna-
das a cada área de trabajo.
La fuerza de estos grupos de participación no recae tanto en
el grupo en sí como en la motivación especial de sus compo-
nentes, que encuentran la posibilidad a través del trabajo en equi-
po de desarrollar sus capacidades y de sentirse útiles y valiosos
para los demás. El trabajo en grupo canaliza la motivación y
potencia las posibilidades individuales complementándolas con
Recursos Humanos
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