mentos que usemos a continuación apoyándonos en motivacio-
nes trascendentes no resultan creíbles y nuestro interlocutor pre-
feriría que nos callásemos frases como éstas: «ya sabes que lo
hago por tu bien y espero que la próxima vez lo hagas mejor». Y
es que a nadie le gusta hacer las cosas para fracasar sistemática-
mente: no es que no te gusta jugar al balón o al ajedrez, es que
no te gusta perder siempre y que te lo echen en cara y te pon-
gan en evidencia.
Por el contrario, los mismos hechos se pueden vivir generando
sinergia positiva: basta una discreta indicación que pasa inadverti-
da a los demás, pero que pone sobre aviso a nuestro interlocutor
para evitar un posible error y que vea que nos interesamos por él,
queremos su éxito y que desarrolle sus cualidades, algo que no
dudamos en reconocer claramente cuando obtiene un éxito que
no necesariamente es haber triunfado sino, por ejemplo, cometer
menos errores. En definitiva, se trata de una nueva valoración de
los acontecimientos que pone de relieve nuestra confianza e inte-
rés por el otro: advertimos y admitimos los errores cometidos pero
sin herir y esperamos y buscamos la oportunidad para alabar. Se
genera así sinergia positiva, la autoestima del trabajador crece, su
confianza en nosotros se acrecienta, el esfuerzo realizado por
ambas partes es muy similar pero los resultados obtenidos son
muy diferentes. En definitiva, la sinergia positiva se produce tam-
bién cuando hacemos ver a otro que algo está mal (cosa que no
debemos ocultar) pero sin enfadarse, ni gritarle o avergonzarle
delante de los demás. Muy posiblemente, el otro lo reconozca y
trate de evitarlo en el futuro porque nuestra relación es de con-
fianza interpersonal, de amistad y lealtad, de apoyo y compren-
sión. La comunicación es más eficaz cuando buscamos el momen-
to oportuno ylas formas adecuadas.
5º) El método del «SÍ, SÍ... Y»
No es tan eficaz como el anterior pero permite actuar sobre la
marcha y abordar correctamente las cuestiones en un primer
momento. Consiste en hacer dos o tres preguntas que se deban
contestar con un «SÍ» a fin de desbloquear los filtros de atención
y que nuestro interlocutor nos escuche mejor. Comencemos, por
ejemplo, preguntándole: «¿Sabía usted que deseábamos que estu-
viera con nosotros en esta reunión en la que su punto de vista y
su presencia es importante?», a lo que responderá con un sí.
Segunda pregunta: «¿Recuerda lo importante que fue su interven-
La dirección de personal en la empresa
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