no sólo en el plano de las ideas sino «por encima» de las ideas polí-
ticas, deportivas, religiosas, etc., que cada uno tenemos y que no han
de servirnos de pretexto para el enfrentamiento y el rechazo del otro
d) para colaborar y apoyar al otro, que es la consecuencia o
fin último de la comunicación.
Por eso, del intercambio de información sólo se puede pasar
a la colaboración con el otro cuando las fases anteriores ya están
consolidadas.
No vamos a exponer aquí el proceso de la comunicación,
remitiendo para ello al lector a la obra de Rodríguez Porras45. Nos
referiremos al cómo y al cuándo se dicen las cosas, ya sea para
actuar o para rectificar acciones de la organización. Y nuestra
pregunta fundamental es la siguiente: ¿por qué las decimos, cuál
es el objetivo que perseguimos con ello? Evidentemente, yo puedo
decir las cosas para desahogarme y quedarme «a gusto», pero ello
no serviría para desarrollar el proceso de comunicación interper-
sonal. También puedo decir las cosas para que el otro se entere:
si de verdad quiero conseguir esto, la información que propor-
cione debe ser puntual, clara, precisa, concisa y oportuna por el
momento en el que se produce y por el contenido que propor-
ciona, que va orientado a informar y no a satisfacer curiosidades.
Pero como la comunicación no es mera información, no es sim-
plemente aportar datos al otro sino que implica un encuentro
interpersonal; no sólo es importante el contenido, el fondo de lo
que se dice, sino también las formas que permiten y facilitan ese
encuentro personal para que, habiéndose enterado la otra perso-
na de lo que le he dicho proceda en consecuencia en el marco
de su libertad-voluntad y, realizando las acciones oportunas, se
obtengan los resultados que se buscan. Por eso, cuando yo insul-
to a otra persona no resuelvo ningún problema sino que creo un
problema nuevo: la ofendo. Y, si consigo vencerla contundente-
mente con mis argumentos, es muy posible que no la haya con-
vencido ni ganado para mi causa: tal vez el otro se calle, se atrin-
chere, se ponga a la defensiva y espere un mejor momento para
tratar de derrotarme a mí cuando su posición sea más fuerte que
la mía y haya aprendido a defenderse de un modo que hoy toda-
vía no sabe.
Hemos mencionado cómo y por qué hemos de comunicarnos
de un determinado modo. Vamos a precisar ahora cómo se pro-
duce el proceso de la degradación en la comunicación, que
Recursos Humanos
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