sus criterios personales: la información, a través de la cibernéti-
ca, está al alcance de todos pero la utilización que se haga de la
misma es una cuestión de decisión personal. Por eso, en la era de
los servicios lo esencial es dar calidad y desarrollar la motivación
trascendente que se refiere a las necesidades del TÚ. Pero, para
actuar de este modo tenemos que desarrollar la voluntad para
querer tomar decisiones y, tales decisiones, son valoradas por los
demás en función de la ética que practico con ellos, los valores
humanos que realizo y manifiesto en mi persona, porque el obje-
to natural de la voluntad es hacer el bien. Evidentemente, es
necesario tener cubiertas las necesidades alimenticias y disponer
de los conocimientos suficientes para actuar como profesional,
pero, lo que se pide, es ser un buen profesional que no sólo cono-
ce la verdad y el bien sino que los practica en su vida respecto a
los demás. El protagonista es, por tanto, la persona en todo lo que
hace. En un país avanzado, el área de los servicios es inmensa
porque también los fabricantes de automóviles, ordenadores, lava-
doras, etc., no venden máquinas sino que ofrecen servicios y pres-
taciones a sus clientes, por lo que no menos del 90 % de la pobla-
ción activa se ve inmersa en esta situación. Como el paso de una
era a otra es irreversible, resulta esencial tomar conciencia de
estas realidades y de sus implicaciones como ha puesto de relie-
ve el profesor Corominas38 porque, como se ha indicado, los ser-
vicios son buenos o malos, verdaderos o falsos dado que siem-
pre implican valores humanos inmersos en ellos.
Una reflexión profunda de lo que acabamos de exponer nos
permite darnos cuenta que, en toda relación interpersonal, damos
y recibimos en el equipo de trabajo a través de la cooperación,
colaboración y participación de acuerdo con las instrucciones y
exigencias de los superiores en la cadena de mando. Pero, para
compartir lo nuestro con los demás en el marco de una adecua-
da cooperación, juega un papel fundamental la voluntad guiada
por la inteligencia para buscar la práctica de la verdad y el bien:
no es cuestión de fuerza o de inteligencia sino de querer desa-
rrollar y cultivar un tipo concreto de relaciones de convivencia
que estarán basadas en unos valores humanos concretos. Y como
el ser humano ejercita la voluntad cada vez que toma una deci-
sión o se enfrenta con la resolución de un problema, además de
inteligencia y fortaleza física para ejecutarlo necesitamos criterios
para saber decidir y elegir correctamente porque, la mayoría de
La dirección de personal en la empresa
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