Una breve reflexión sobre el mismo nos permite presentar las
siguientes consideraciones:
1º) A lo largo de la era agrícola, lo esencial era la fuerza físi-
ca de las personas para la caza, la pesca, cultivar la tierra y obte-
ner recursos para construir chozas, elaborar tejidos, etc. Todo ello
guarda directa relación con la que hemos denominado motiva-
ción extrínseca que, en el momento actual, se manifiesta en las
necesidades personales de dinero y está orientada, primordial-
mente, a dar cobertura a las necesidades de supervivencia de
nuestro cuerpo proporcionando satisfacción a los sentidos. No
obstante, conviene advertir que no es correcto afirmar que el
dinero sólo sirve para dar cobertura a este tipo de necesidades y,
por tanto, no podemos afirmar rotundamente que sólo guarda
relación con la motivación extrínseca, cuestión que analizaremos
con más detalle en este mismo Capítulo37. En el momento actual
y con las tecnologías que se aplican, basta con dedicar un 2 % de
la población activa a estas tareas para dar cobertura a las necesi-
dades alimenticias si nos encontramos en un país avanzado y
menos del 10 % en un país de nivel de desarrollo intermedio.
2º) Con la aparición de la revolución industrial del siglo XIX,
la fortaleza física deja de ser la clave para la guerra y la agricul-
tura: un tractor o una cosechadora pueden realizar la labor de
muchos trabajadores, por ejemplo. En consecuencia, ya no es la
fuerza física sino el saber cosas lo que se valora más. En este sen-
tido, podríamos afirmar que destaca entonces la motivación
intrínseca y las que hemos denominado necesidades del YO.
Desde el punto de vista personal, se valora cada vez más el desa-
rrollo de la inteligencia cuyo objeto natural es el conocimiento de
la verdad. No se trata sólo de tener cultura sino de aspirar a la
sabiduría en el pleno sentido de la palabra. Pues bien, a pesar de
que en el momento actual seguimos pensando que nos encon-
tramos en esta situación y, por ello, damos gran importancia a la
cultura, preparación, idiomas, Masters, títulos académicos, etc.,
podemos afirmar que, con el 8 % de la población activa, tenemos
suficiente para resolver los problemas que se nos presenten de
este orden.
3º) En el momento actual nos encontramos en la era de los
servicios. Y, en los servicios, lo importante no es la tierra agríco-
la o la fábrica sino la persona que maneja una información con
Recursos Humanos
188