te hagan a ti» no pueden concretarse mediante votación ya que,
al tener las personas distintas pautas de comportamiento debido
a los distintos valores humanos que practican, lo que unos con-
sideran deseable otros lo rechazan. Un ejemplo práctico de lo
que acabamos de indicar podemos encontrarlo en la postura de
un gobernante o un Director de empresa que, por disponer del
respaldo suficiente para adoptar decisiones, propusiera una del
siguiente tenor: «Vamos a comenzar la aplicación de los Derechos
Humanos prohibiendo aquellos que, expresamente, no se
encuentren recogidos en la Declaración de la ONU. Por ello,
como expresamente no figura el derecho de asociación, a partir
de ahora quedan expresamente prohibidos los Colegios
Profesionales, las asociaciones intermedias, los Sindicatos, los
Partidos Políticos... y dejamos, para más adelante, la aplicación
concreta de los que figuran en la citada declaración». ¿Qué pen-
saríamos de una postura así? Los Derechos Humanos existen y
son innatos a la persona, con independencia de que se reconoz-
can o no expresamente por la legislación positiva: no es el Estado
el que me los concede sino el que me los reconoce y me permi-
te o no su ejercicio real, pero, aunque no me permita ejercerlos,
yo los sigo teniendo igual28. Por todo ello, conviene no perder de
vista dos aspectos: la tolerancia es un valor esencial para la con-
vivencia pero la tolerancia no equivale a poner todas las cosas al
mismo nivel, lo que viola la prudencia y conduce a la confusión
y al relativismo. La tolerancia tiene sus límites porque, ante cues-
tiones esenciales para el ser humano, no es suficiente tener opi-
nión sino que hay que tener criterio29.
5.5. Aplicación a la Filosofía y Cultura Empresarial
Finalmente, y aplicando todo lo anteriormente dicho al campo
empresarial, fácilmente se comprende que, aun cuando se pueda
dialogar y hablar de todo, no todo puede ser susceptible de
negociación: el objeto social de una empresa no es una cuestión
que los trabajadores pueden negociar como tampoco puede
negociarse o decidir por consenso si existen o no existen los
derechos humanos y someter a votación una cuestión de este
tipo, porque los derechos humanos son algo inherente a la per-
sona y no algo que «nos reconocen» desde fuera como una «con-
Recursos Humanos
174