rirán un resultado que les adjudique las dos frutas dejando al otro
sin nada. Si señalamos con el número 4 la satisfacción más alta que
pueden recibir tanto el padre como el hijo, el 3 representa el segun-
do mejor resultado y así sucesivamente hasta llegar al 1 como el
peor resultado posible, la siguiente figura resume las utilidades de
todas las decisiones posibles. El primer número en cada cuadrante
es la rentabilidad del padre y, el segundo, la del hijo. Si nos fijamos
en dichas rentabilidades vemos que, guiándonos por esta idea de la
naturaleza humana, ni el padre ni el hijo colocarán su fruta en la con-
signa, lo que conduce a un punto de equilibrio en el que ambos se
limitarán a consumir su fruta original (resultado 2,2 subrayado en la
matriz). Y es así porque, haga lo que haga el otro, siempre es mejor
no introducir la fruta en el armario si deseamos, al menos, conservar
la que tenemos dado que dudamos que la otra parte coloque allí la
suya de modo que, si yo deposito la mía y la otra parte no deposita
nada, entonces yo he perdido todo. En realidad, este caso es como el
dilema del prisionero que se expondrá seguidamente.
Gr áfico 1 7
La dirección de personal en la empresa
163
HIJO
introduce la no introduce
naranja en consigna nada
introduce
manzana
en
consigna
PADRE
no
introduce
nada
Resultados del intercambio de frutas
en razón del primer supuesto sobre la naturaleza humana
3,3 1,4
4,1 2,2