Gr áfico 1 0
Los citados autores hacen depender el estilo de mando apro-
piado de la madurez del subordinado, referida tanto a su capaci-
dad para desempeñar el puesto como su motivación para el
mismo. Por tanto, partiendo de un subordinado poco maduro, los
autores recomiendan que el superior ponga el máximo acento en
la conducta directiva (dar órdenes, supervisar, etc.) y un mínimo
acento en la conducta de apoyo. Esto no quiere decir que el supe-
rior sea desconsiderado sino, más bien, que se mantenga afectiva-
mente distante del subordinado para no fomentar una excesiva
confianza inicial. No obstante, el superior deberá expresar su satis-
facción al subordinado tan pronto como observe un rendimiento
positivo de éste. El elogio en el momento oportuno aumentará la
autoestima del subordinado y le motivará a superarse. El incre-
mento en su madurez conllevará una mayor conducta de apoyo,
comenzando por fomentar en él que se persuada por sí mismo de
las propuestas que le hemos venido haciendo para, posteriormen-
te, concederle un mayor grado de participación. Finalmente, cuan-
do el subordinado adquiera un alto grado de madurez, el superior
podrá reducir tanto la conducta de apoyo como la directiva pues
Recursos Humanos
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Poco acento Fuerte acento
en la tarea en la tarea
Fuerte acento Fuerte acento
en la relación en la relación
Poco acento Fuerte acento
en la tarea en la tarea
Poco acento Poco acento
en la relación en la relación
Cómo determinar el estilo efectivo*
Estilos efectivos
* Según Paul Hersey y Ken Blanchard,
Management of Organizational
Behavior: Utilizing Human Resources,
(4.ª ed.), Prentice Hall, Englewood
Cliffs, N.J., 1982, p. 200.
Estilo del líder
Conducta de apoyo Alta
Baja Conducta directiva Alta