2) una acción en la que hay conocimiento pero no puede ejer-
cerse la voluntad, es una coacción
y, en ambos casos, no existe libertad personal.
Las dificultades en la actuación se presentan no cuando el
conocimiento nos indica que algo es apetecible y, a la vez, valio-
so sino cuando siendo apetecible no es valioso o, siendo valio-
so, no resulta apetecible: en ambos casos, la voluntad ha de ven-
cer la resistencia que encontramos para realizar la acción, de
modo que las virtudes morales controlen la motivación espontá-
nea sentida.
C) Se actúa, pues, con razones y con motivos pero no por
razones y por motivos.
La que hemos denominado motivación espontánea sentida se
da también en los animales mediante el proceso de estímulo-res-
puesta. Pero los animales no pasan de ahí porque no es posible
desarrollar en ellos el aprendizaje: el animal no razona, no eva-
lúa, no progresa y sólo puede adquirir un adiestramiento mecá-
nico.
D) Conviene, pues, recordar que estamos llamados a con-vivir
con los demás y no, simplemente, vivir al lado de otros, por lo
que resulta fundamental el desarrollo de un aprendizaje que nos
permita pasar de la hostilidad a la hospitalidad. Ello implica, de
una parte, replantearse los contenidos y significados del lenguaje
y, por otra, ser conscientes del tipo de motivaciones que corres-
ponden a cada caso.
En efecto: el ser humano se relaciona con ámbitos mientras
que los animales se relacionan con cosas u objetos. La mani-
pulación o degradación de los ámbitos reduce éstos a meros
objetos, por lo que no podemos tratar o referirnos de igual
modo a unos y a otros. En efecto: en ocasiones el lenguaje
emplea el mismo término para expresar sentimientos, actitudes
y comportamientos totalmente distintos. Por ejemplo: cuando
afirmamos «yo quiero a esta persona», la expresión «te quiero»
implica la existencia de una virtud moral sobre la que se asien-
ta la motivación actual discernida que conlleva un acto enér-
gico de la voluntad, una superación del egoísmo y una opción
por la no-violencia, por el respeto y el amor al otro que exige
la madurez personal y la integración del sujeto en el grupo
humano. Tal contenido y significado es radicalmente distinto al
que conlleva la expresión «yo quiero este pastel para mí», pues,
La dirección de personal en la empresa
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