el poder absoluto corrompe absolutamente, porque resulta muy
fácil aprovecharse para uno mismo de las ventajas y prerrogati-
vas que el poder pone a nuestro alcance. El uso injusto del poder
conlleva una pérdida automática del mismo cuya recuperación
resulta casi imposible.
2º) No usar el poder cuando debe usarse, lo que se conoce
como dejación de funciones. Quien teniendo poder no hace uso
de él para garantizar un mínimo de disciplina, respeto, orden, etc.
en la convivencia entre las personas de un grupo, provoca la ira
y el rechazo hacia su persona por parte de quienes desean actuar
con una postura responsable y coherente y ven que esto no sólo
no se les facilita sino que, en la práctica, se les impide por parte
de un superior que se inhibe y quiere ampararse en la postura
neutral y no comprometida de sus decisiones las cuales, de
hecho, no lo son y toleran y amparan comportamientos muy con-
cretos. Por ello, si esta situación empieza a ser relativamente fre-
cuente, conduce por sí misma a la primera: el uso injusto del
poder que se constata en algo que ya no es un error sino un
resultado frecuente: el favoritismo hacia los privilegiados, que se
mantiene con nuestra postura, y el perjuicio que se ocasiona con
ello a los demás, especialmente a los excluidos, marginados y
vilipendiados.
3º) Uso inútil del poder, lo que significa establecer demasiadas
complicaciones en la reglamentación de las tareas y funciones,
que es tanto como decir complicaciones innecesarias. En defini-
tiva, el uso inútil del poder manifiesta una postura de «torpeza»
por parte de quien lo ejerce.
2.2.4) Cómo se recupera la autoridad
La autoridad perdida no lo es, necesariamente, para siempre
porque puede recuperarse de nuevo. Cuatro son los elementos
esenciales que deben practicarse en este caso:
1º) Reconocer los errores cometidos sin tratar de desfigurarlos
en más o en menos. Para ello se requiere tener una gran dosis de
humildad, que es la virtud humana que nos conduce a recono-
cer y aceptar la verdad de los hechos.
2º) Rectificar las decisiones de cara al futuro con voluntad,
decisión y fortaleza, a fin de asegurar que tales hechos del pasa-
do no volverán a repetirse de cara al futuro.
3º) Todo lo dicho anteriormente no pasa de ser una declara-
ción de buenas intenciones, que compromete a muy poco si no
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