9Así, por ejemplo, hay delincuentes y drogadictos pero no hay personas
que opten en su vida por querer serlo como opción fundamental de su exis-
tencia humana. A estas situaciones se llega, no se eligen: Al Capone fue a la cár-
cel por delito fiscal, no por mafioso.
10 Conócete a tí mismo, Ed. Temas de Hoy, Madrid 1993.
11 La respuesta final a esta cuestión no es tan incierta como podría suponerse
inicialmente, porque toda persona creyente sabe que, respecto a Dios, hay cer-
teza absoluta en su fidelidad y en su amor permanente hacia nosotros, como
nos recuerdan múltiples pasajes de la Biblia entre los que cabe destacar Is
49,14-15 o Lc 15,11-32, pues «Yahvé es Dios y no hombre» como dice la
Escritura en Os 10,9. Ahora bien: dado que con frecuencia esto no lo sentimos
así, realizar este aprendizaje tiene un coste personal hasta que lleguemos a
admitir, con todas sus consecuencias, que Él es fiel aunque nosotros no lo sea-
mos tal como nos señala san Pablo en 2 Tm 2,13. Y ello es así porque como
nos recuerda el libro de la Sb 11,21-26, «todo lo que has hecho, lo hiciste por-
que lo amabas». Para quienes no son creyentes, el mensaje de la canción inter-
pretada por el conjunto Los Mismos: «Pon una cinta en el viejo roble» (B.C.N.
Records, CD Nº 32-135, Divucsa, 1996) expresa la aspiración humana que todos
albergamos como deseo en nuestro interior y la profunda satisfacción que se
experimenta cuando la vemos convertida en realidad muy por encima de lo
que, razonablemente, pedíamos y esperábamos del otro.
12 Los padres que, para «ayudar» a su hijo, le atan siempre los cordones de
los zapatos, no le ayudan a madurar como persona ni a sentirse seguro de sí
mismo en función de sus propias capacidades. Cuando, como ha ocurrido, un
chico llega así a los 17 años sin saber atarse los cordones de sus zapatos, hemos
conseguido que se sienta un inútil.
13 Pérez López, Juan Antonio, Fundamentos de la Dirección de Empresas,
Ed. Rialp, Madrid 1993, p. 174.
14 Lc 15,11-32: El Padre permite la elección y ejecución de lo decidido por
su hijo porque confía en su capacidad de arrepentimiento y rectificación, cosa
que no siempre hacemos nosotros. En esto consiste educar en libertad y para
la libertad.
15 Gandhi, Todos los hombres son hermanos, Ed. Sociedad de Educación
Atenas, Madrid 1995, 12ª edic.; Hurbert Gerbeau, Martin Luther King, el justo,
Ed. Sociedad de Educación Atenas, Madrid 1979, 2ª edic., pp. 121-142 de textos
escogidos; Gómez Fernández, José Manuel, Economía y Valores Humanos, Ed.
Encuentro, Madrid 1992, pp. 232-236.
16 Todo cristiano sabe que El Cielo no se basa en el amor de benevolencia
sino en el amor interpersonal de amistad, el cual es biunívoco, es correspondi-
do, pero es libre y voluntario. Sin embargo, el camino previo es el amor de bene-
volencia y de beneficencia, tanto al amigo como al enemigo. Y, de hecho, en el
amor de benevolencia siempre soy correspondido por Dios aunque no lo sea por
los hombres, aunque no lo sea por los enemigos.
17 Pérez López, Juan Antonio, Fundamentos de la Dirección de Empresas,
Ed. Rialp, Madrid 1993, pp. 166, 168, 172, 173, 175, 176, 178-184 y Capítulo 12.
18 En este sentido, Aristóteles reconoce que la amistad no es requisito
imprescindible para la vida del ser humano. Sin embargo, todos somos cons-
cientes de la calidad de vida que nos espera en un caso así, y del grado de feli-
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