TISCHNER, J.: Ética de la solidaridad, Ed. Encuentro, Madrid 1991.
ZERILLI, Andrea: Fundamentos de Organización y Dirección
General, Ed. Deusto, Bilbao 1994.
NOTAS
1La experiencia histórica permite acceder a múltiples situaciones de este
tipo. Así, por ejemplo, quienes iban al frente de las manifestaciones estudianti-
les en la época del «Mayo del 68» no siempre se correspondían con los instiga-
dores de la protesta, los cuales frecuentemente se servían de los denominados
«tontos aprovechables» que eran quienes se enfrentaban personalmente a la
policía. Análogamente, la postura de los aliados en la S.G.M. no fue la misma
durante el conflicto bélico que al final del mismo, lo que obligó a mantener la
cárcel de Spandau abierta para albergar a un único prisionero. Señalar, final-
mente, que cuando Agnelli se hizo cargo de la dirección de Fiat, se encontró
con una fábrica en pie de guerra y, para resolver la situación, no hizo frente a
los delegados sindicales sino que encargó a un equipo de expertos un estudio
de la personalidad de todos sus trabajadores para detectar, de este modo, quié-
nes eran los claramente conflictivos e incitadores de los demás los cuales, una
vez descubiertos, fueron despedidos de la factoría y, curiosamente, se trataba de
personas que no ocupaban puestos de representación sino que permanecían
ocultos entre la masa de los trabajadores provocando en sus compañeros un
ambiente de resentimiento, protesta y venganza, es decir, sabían crear un «caldo
de cultivo» favorable a la protesta y la insubordinación sin necesidad de dar
ellos la cara personalmente.
2Pérez López, Juan Antonio, Fundamentos de la Dirección de Empresas,
Rialp, Madrid 1993, p. 171.
3El experto en un tema que no conoce alemán, lleva un intérprete de su
confianza y, sin necesidad de aprender uno lo que sabe el otro, pueden hacer
en común (= sinergia) en el momento actual lo que sería imposible por sepa-
rado.
4Para comprender mejor la exposición que sigue, pensemos qué deseamos
encontrar en un buen director para descubrir qué valores humanos debe tener,
puede tener y los que, de hecho, ya tiene.
5Todos comprendemos que hay situaciones disparatadas y grotescas como
la siguiente: «en esta casa no hacemos distinciones con nadie y, por eso, hoy
hay cocido para todos incluso para el bebé de 2 meses», que son fuente clara
de injusticias: tratar igual a los que de suyo no lo son.
6Así, por ejemplo: «No le denuncies a Tráfico por lo que te ha hecho en
carretera. Practícale una buena Inspección de Hacienda, porque tú puedes
hacerlo, y déjale a los pies de los caballos».
7Como se verá, la aplicación del Z.B.B. implica la aplicación de valores
humanos concretos que son los únicos que pueden permitir el logro de los
resultados económicos empresariales para la organización.
8Actualidad Económica, n. 1905 del 26 de Diciembre al 1 de Enero de
1995, pp. 34-38.
Introducción a los recursos humanos en la empresa
99