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Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
Agendas abiertas, agendas cubiertas
Los criterios de selección que adopta un medio de comunicación
y el sentido que este medio a su sección de cartas suelen orientar
las características de las cartas que envían los lectores al director. El
tipo de selección, es cierto, guía qué acaban escribiendo los lectores
y cómo lo escriben. El lector conoce o cree conocer, aunque sea de
manera implícita y por el mero hecho de repetir su lectura de la sec-
ción, qué carta tiene más posibilidades de ser publicada que otra. Qué
temas serán mejor recibidos y qué enfoques serán más aceptados. Sin
embargo, las publicaciones suelen converger en el tipo de razones que
hacen de una carta un texto publicable o un texto desechable. Por esta
causa, podré hablar de las características de las cartas al director que, en
lo sustantivo, no difieren de las características que han tenido las cartas
desde los tiempos antiguos y que ya definían los romanos como brevitas
y perspicuitas: brevedad y claridad.
No obstante, a diferencia de otros tipos de relación epistolar, en las
cartas al director media el periodista entre el autor y su público final.
Ese periodista, responsable de la sección o de toda la publicación, se
convierte en el primer destinatario de la carta. En un segundo estadio,
el periodista escoge de entre las cartas que ha recibido las que cree que
pueden resultar más interesantes para el público habitual del diario o
de la revista. El periodista actúa también aquí como un gatekeeper que
selecciona una parte de entre la totalidad de cartas recibidas en función
de sus propios criterios periodísticos. Thornton apunta el papel del
periodista en esta selección y sus posibles distorsiones: “Por ejemplo,
los editores actúan como gatekeepers y seleccionan las cartas que hay que
publicar; en este sentido, los editores pueden fragmentar y distorsionar
la opinión pública reproducida en las cartas al director” (1998).
El periodista elige qué cartas va a publicar y, como consecuencia,
elige también la orientación que quiere darle a la sección. Antes, el tes-
timonio de Lorenzo Gomis permitía una primera aproximación al tipo
de sección que puede ser la sección de cartas. Él distinguía entre la sec-
ción del tipo abanico, que incorporaba múltiples voces con enfoques
dispares, y la sección tipo ariete, que concentraba las aportaciones en
un tipo de orientación, habitualmente coincidente con la ideología del
medio. En esta distinción, la sección de abanico la conformaban más
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