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de carTa a carTa al direcTor
Una conversación con objetivos
Los propios directores de los periódicos consideran su página de
cartas al director desde el prisma de la conversación civil. Y añaden,
en consecuencia, que la sección se convierte en un foro público. Y
he aquí un término en el que convergen multitud de definiciones. Las
cartas semejan un foro público. Que se comporten como un foro
público significa que las cuestiones que alcanzan a referir son públicas
–no tienen un interés exclusivamente privado– y que además todo el
mundo –de hecho, todos los lectores habituales o esporádicos de la
publicación– están invitados a participar. Y quiere decir también que
la trascendencia que le van a dar los lectores que participen convierte
cada uno de los temas tratados en un punto importante de la agenda
del medio, de la agenda de los lectores del medio.35 Este es el alcance
público del foro. Pero convertir una conversación en un foro también
acarrea otras consecuencias.
Las conversaciones –todas ellas amarradas a la realidad por cierto
tipo de convencionalidades– se agotan en ellas mismas como un cerilla
que esperamos que se apague entre nuestros dedos. O trasladan los
argumentos de los participantes a nuevas conversaciones que cobran
su sentido en el mismo hecho de conversar, en el acto mismo de
contraponer informaciones y opiniones. Un foro, no. Un foro es una
conversación en la que los participantes buscan una meta. En un foro,
quienes participan pretenden aclarar conceptos, disminuir ambigüe-
dades. Los participantes se plantean a priori que no van a hablar por
hablar. Un foro tiene un alcance teleológico. Un foro es una conversa-
ción con objetivos.
Méndez, desde el punto de vista del que escribe cartas, aporta una
primera aproximación al concepto de foro: “Es una ‘tribuna de escribi-
dores’ desde la que nos permiten dirigirnos a miles de personas” (1991:
24). No obstante, el concepto “tribuna de escribidores” remite todavía
a una relación unipersonal: la que mantiene el “escribidor” mostrándose
(desde lo alto de la tribuna) al resto. No se ve con claridad la argamasa
de relaciones humanas que genera la sección. Esta definición alcanzaría
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35 Tanto es así que Grey y Brown escriben: “Por supuesto, las cartas pueden ayudar a dar algunos
indicadores de niveles y direcciones del interés público” (1970: 455)