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Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
explicaciones sobre escritores que escribieron cartas para la literatura.
Las cartas al director son cartas privadas cuyo destinatario, el director
de una publicación, extiende a un público de personas afines –los lec-
tores de su periódico– porque cree que pueden llegar a interesar. Todas
las características que se han visto hasta ahora y que se analizarán en
adelante subrayan el carácter privado de la correspondencia entre los
lectores y el director de una publicación. Decir que las cartas al director
son cartas públicas supone un error de bulto que pone de manifiesto
el desconocimiento del carácter y de los recursos que emplean unas y
otras.
El lector decide enviar una carta al director de una publicación que
conoce para que este decida si vale la pena que su medio la publique.
El lector entra en contacto con el periódico. Ese paso resulta crucial.
Manifiesta el lector un interés en responder a los estímulos infor-
mativos que le ha proporcionado la publicación hasta ese momento.
Rompe, con ese acto, con la unidireccionalidad de la comunicación.
Quiebra el simulacro de comunicación que han fomentado los medios
de comunicación de masas. Un simulacro que se fundaba en que sólo
uno de los agentes que intervienen en la comunicación, el periódico,
proponía contenidos. El lector no tenía un peso comunicativo. Con el
envío de la carta, el lector restablece la normalidad. Aunque una carta
–o un puñado de ellas– no es respuesta suficiente que contrarreste el
alud de mensajes del periódico.
No obstante, las cartas al director se constituyen en una muestra
palpable de la existencia de un tú activo.26 Las cartas materializan el
feed-back. Las cartas se convierten en una respuesta individual, en un
producto aislado (stand-alone) que responde a los contenidos del perió-
dico. Las cartas al director son un lugar para que los lectores contacten
con el periódico, de manera individual, para aportar informaciones o
expresar opiniones que se publican junto con otras opiniones y que
incluso pueden dialogar con ellas (Kirwan, 1991: 18). En la explica-
ción de Kirwan, las cartas al director se convierten en una globalidad
compuesta de opiniones individuales. Pone Kirwan el acento en el
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26 La carta al director puede entenderse como una doble metonimia. Metonimia, por un lado, de la
persona orientada a la conversación de asuntos que pueden interesar a la comunidad de lectores de
un periódico. Metonimia, también, de las cuestiones que interesan al público. En este caso, las cartas
al director componen la agenda del público, la agenda de la comunidad de lectores.