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Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
dar la compostura y las finezas del lenguaje” (Guillén, 1998: 198).
Se entiende en estas palabras de Claudio Guillén que este motivo, el
darse del redactor, la dádiva que es la carta, abunde también en un
estilo poco estructurado y alejado de la afectación. Y añade Guillén:
“El mensaje fundamental y constituyente es la entrega verbal, la
voluntad de comunicación, la generosidad del acto mismo de expre-
sión” (1998: 198). En las cartas al director se amplía ese objetivo
centralizado en los afectos para incluir nuevos motivos, todos ellos
vinculantes de un cierto afecto social, de una relación entre personas
de una misma comunidad. No obstante, las cartas que publican los
periódicos y que hacen referencia al propio medio sí que manifiestan
una relación de carácter emotivo entre el redactor de la carta y el
medio de comunicación.
La apariencia de verdad
Decía que las cartas se construyen sobre la verdad. Todo engaño
que cobijen coincide con el tamaño del yo social que el remitente
quiera construir, con el grosor del maquillaje con el que se presente
a los demás. Su verdad, por lo tanto, o la que él pretenda aparentar.
Claro está que, excepcionalmente, el desconocimiento que el desti-
natario tenga del emisor o una tupida trama de verosimilitudes tejida
por el redactor de la carta pueden ocultar una gran mentira. “De ahí
la ambigüedad del producto”, razona Guillén, “de su referencialidad
a la llamada vida real, a mitad de camino entre lo que somos y lo que
creemos o hacemos creer que somos” (1998: 184-185). Pero hablemos
de la verdad. De la verdad que quiere mostrar quien escribe una carta,
aunque finja, y de la verdad de la carta que publica un medio de comu-
nicación. En este último caso, los cuidados que aplican los periódicos
por alejarse de posibles invenciones confieren a las cartas al director
de una verdad casi pétrea. Aparece así la verdad de la calle, la verdad
certificada por el director23 de la publicación.
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23 El uso reiterado del sustantivo “director” no significa que sea literalmente este cargo quien realice las
tareas de selección de las cartas que se van a publicar. Cuando hago referencia a la palabra “director”
en el ámbito del filtrado de cartas, estoy refiriéndome a cualquier persona que realice las funciones de
gatekeeper.