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conclusiones
El director, antes de extender la carta, también realiza una correc-
ción lingüística, verifica que no haya ataques personales, que no forme
parte de una campaña y que no sea un remitente que reitera con exce-
siva frecuencia los envíos de cartas a la redacción.
Más allá de estas cuestiones de carácter general, el director veri-
fica el interés que le despierta la carta mediante diversas reglas que
inciden sobre aspectos significativos. Las reglas que suelen aplicar
los directores son las siguientes: la regla de la relevancia, la regla de
la brevedad, la regla de la autoridad, la regla del entretenimiento y la
regla de la civilidad.
El director actúa como un superlector
El director de un diario o de un revista extiende las cartas privadas
que algunas personas del público le envían personalmente para que las
puedan leer el resto de lectores. El director tiene ese doble papel de ser
destinatario de las cartas y seleccionador de las cartas que se publican.
Pero por otro lado, el director se convierte en un superlector porque
permite que el público externo de las cartas (el público del periódico
que lee la sección de cartas al director) se convierta en público interno
(es decir, quien envía nuevas cartas al director) a través, justamente, de
la publicación de las cartas en el medio.
La sección de cartas al director presenta
una conversación con objetivos
La sección de cartas al director reproduce una conversación entre
los lectores y el diario y, a veces, entre los propios lectores. Se puede
afirmar que se trata de una conversación civil, puesto que los temas
que se tratan son cuestiones de alcance social que quienes los abordan
lo hacen con seriedad y porque les importan. Además se trata de una
conversación en la que quienes participan buscan confrontar sus ideas
y encontrar soluciones. No consiste en hablar por hablar. La sección se
comporta como un foro público para la participación y el debate sobre
asuntos de interés para el público de un determinado periódico.
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