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las carTas al direcTor en Tiempos de censura
Ridiculiza a los ensotanados.
La democracia se ha convertido para la revista en una idea fija que
la lleva a un totalitarismo ideológico. [A propósito de Ecclesiam
suam.]
Utiliza argumentos democráticos para analizar la encíclica Humanae
vitae. El Papa tiene más autoridad que una serie de opiniones.
La revista es tendenciosa, deforma la verdad y puede desorientar:
hace un grave mal a la Iglesia.
Puede ser la causa de la crítica situación religiosa de España.
Es sensacionalista por un intento de esnobismo.
Es demasiado clerical.
La revista ha pasado de ser renovación de la Iglesia a crítica negativa.
De nuevo aparecen posiciones contrarias a la crítica. En este caso
no gusta que se critique el catolicismo español. La confrontación que
hace algún lector entre catolicismo español y catolicismo extranjero
enfoca aún mejor el objeto de las críticas. Tampoco gusta que se vier-
tan ideas acerca de la democracia en el seno de la Iglesia. El concepto
diálogo también aparece en este apartado. Se afirma que la revista
ayuda a la cristalización de un cisma en la Iglesia, consecuencia de su
actividad crítica. Sólo se aprecian dos voces que disienten del objeto y
del tono general de las críticas: una mantiene que la revista es demasia-
do benévola con los “integristas” y los católicos “de derecha”; la otra,
se desmarca de todo lo anterior y observa un exceso de clericalismo.
Con respecto a los contenidos de la revista: nueve cartas (14,7%).
La mayoría de los artículos parecen artículos de relleno (la revista
está atascada en las vaguedades).
Defiende a los argelinos, los chinos, los sacerdotes obreros, Ortega
y Unamuno, y ataca a los europeos y a los capitalistas.
Alabanza exagerada de lo moderno, olvido de lo que se hace en
España, artículos anodinos que son piruetas literarias, avidez en
criticar, afán de “secularizar” los valores, acusaciones a institucio-
nes de monopolizar el cristianismo.
El informe sobre la Humanae vitae es un veneno dosificado y pre-
sentado en forma atractiva.
La opinión del Papa, expuesta en la Humanae vitae, es mejor que la
de la revista sobre la encíclica.
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