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Teoría de las carTas al direcTor. la gesTión periodísTica del público i UOC PRESS
El diálogo sobre esta cuestión terminaba con una carta de José Juan
G. Ormazábal:
“Me permito intervenir en la animada polémica promovida por el señor
Urrestarazu con las siguientes consideraciones: 1º Este señor adolece en
el fondo de cierto mesianismo [...]. 2º Pero acierta en su idea general, [...]
3º En cuanto a nuestro caso, confieso con pena que la cultura vasca tiene
poco que hacer efectivamente en la futura Europa unida; [...] (“Tres consi-
deraciones”, El Ciervo, 106: 7).
Dejando aparte los temas de carácter político, también se encuentran
en los números de la revista asuntos de carácter social que promueven
el diálogo entre los lectores mediante la sección de cartas. Así, el caso
de una joven, acompañada por su novio, que se ve privada de recibir la
comunión por no llevar la mantilla (uso común entonces) origina tres
cartas que responden a la que expone los hechos con indignación:
“En la edición de agosto-septiembre de esta revista (número 127) y en la
sección ‘Apartado de Correos’ hallo una comunicación firmada por A. B.
O., de Barcelona, que lleva por título ‘Dejadme desahogar’. Después de su
lectura he lamentado que la dirección de la revista hubiese dado a la publi-
cación el escrito de referencia, basado en una mera suposición, ya que la
comunicación comienza así: ‘Imaginad por un momento esta historieta’”
(JOSÉ MOLAS RUPELO, “Yo también quisiera desahogarme”, El Ciervo,
128: 10).
“Escribo para A. B. O. de Barcelona y sus lectores en Ciervo, núm.127,
pág. 15. [...]
Como El Ciervo ampara el diálogo, diré lo que yo pensé y sentí [...] (UN
SACERDOTE, “Libertad para desahogar, ¿qué?”, El Ciervo, 128: 10).
“Señor A. B. O. de Barcelona: también los de Faro lamentan la historia que
usted relata en El Ciervo: [...]” (FARO DE MOSCONIA, BOLETÍN DE
LA PARROQUIA DE GRADO, ASTURIAS, “Disculpas para todos”, El
Ciervo, 128: 10).
La crítica de un libro del padre Santiago Ramírez sobre el filósofo
Ortega y Gasset, que la revista publicó en sus páginas, abrió un amplio
debate acerca, no sólo del libro, sino de la relación entre el catolicismo
y la filosofía de Ortega.
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